EFE | LA PATRIA | Bogotá
Colombia confía en que Daniel El Loco Barrera, el último gran capo de la droga que estaba en libertad y que fue capturado en Venezuela, sea extraditado o deportado a este país, aunque reconoce que otros países también pueden reclamarlo.
Así lo manifestaron ayer los ministros de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y de Justicia, Ruth Stella Correa, firmes en su expectativa de que las autoridades venezolanas decidan cuál será el siguiente estatus del capo, y quienes se apresuraron a anunciar las primeras acciones encaminadas a garantizar su traslado a Colombia.
Correa, según explicó a los periodistas, pedirá al juez que instruye los casos en contra de El Loco Barrera que "formalice la solicitud de extradición", para que la remita al Ministerio de Justicia y éste a su vez la envíe a la Cancillería, encargada de tramitarla ante el Ejecutivo de Venezuela.
La ministra dejó claro que este proceso será lo más breve posible y estimó que el capo podría estar en Colombia dentro de un mes, siempre que las autoridades venezolanas decidan extraditarlo al país vecino.
Por su parte, Pinzón expresó su confianza en que Venezuela lo enviará a Colombia ya que en anteriores capturas de narcotraficantes en la nación vecina el procedimiento seguido ha sido el de la deportación; aunque planteó como otra opción la extradición, ya que las autoridades judiciales de su país tienen elementos suficientes para reclamarlo.
"Lo que no se puede perder de vista es que un narcotraficante que ha tenido tentáculos en tantos países de índole criminal pues también pueda ser reclamado en extradición en estas naciones", advirtió, al precisar que las rutas de El loco Barrera recalaron en Estados Unidos, Centroamérica, África y Europa.
De hecho, Estados Unidos y Colombia habían ofrecido recompensas de 5 millones y 2,7 millones de dólares, respectivamente, por su captura.
La decisión sobre la situación jurídica del narcotraficante está ahora en manos venezolanas, como recalcó el ministro del Interior de este país, Tareck el Aissami, quien en una rueda de prensa informó de su traslado a Caracas desde la ciudad de San Cristóbal, donde fue detenido el martes y cercana a la frontera con Colombia.
"Se encuentra bajo custodia del Gobierno y nosotros, luego de las investigaciones correspondientes, informaremos cuáles son los siguientes pasos respecto a la entrega de este ciudadano", indicó.
En los medios de comunicación colombianos se especuló ayer sobre la posibilidad de que Estados Unidos reclame también a El Loco Barrera, uno de los hombres más buscados a nivel global y quien ha sido socio de paramilitares, carteles internacionales, guerrillas y bandas criminales.
Sin embargo, el fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, sostuvo que hasta "este momento" no se ha recibido un pedido de extradición formal de EE.UU. y agregó que mientras tanto la Justicia colombiana preparará los procesos que se siguen en su contra.
Entre ellos, hay cuatro procesos de confiscación o extinción de dominio "sobre 200 bienes" y uno por narcotráfico, aunque según sospecha la Fiscalía el capo pudo haber borrado otras cinco investigaciones en su contra y una orden de captura por enriquecimiento ilícito.
Las artimañas de El Loco Barrera eran conocidas por las autoridades colombianas, que asumieron como un reto su captura.
Al parecer, el capo se estableció hace cuatro años como ganadero en San Cristóbal, donde llevaba una vida discreta con desplazamientos en autos de gama media que conducía siempre una mujer y pocas salidas del país, con excepción de esporádicos viajes a Brasil y Argentina para visitar a sus dos hijos.
El narcotraficante colombiano fue capturado cuando realizaba una llamada desde una cabina telefónica de San Cristóbal y se hacía pasar por un tal José Tomás Lucumí, nombre que aparecía en un pasaporte falso.
Otro detalle que llamó la atención de las autoridades fueron las manos del capo, llenas de heridas y quemaduras hechas con algún tipo de ácido en sus pulpejos, para evitar así ser identificado.
El Loco Barrera era jefe de alias Cuchillo y reemplazó a Miguel Arroyave, alias El Arcángel, jefe paramilitar del Bloque Centauros entre 2002 y 2004. Su labor delictiva, entre otras cosas, consistía en controlar las rutas de narcotráfico que iban hacia Venezuela y Brasil.
El Loco Barrera ya confesó sus crímenes.
Bogotá. Quizá para la mayoría de ciudadanos del común los nombres de Armando Gutiérrez, Danilo Bustos y Wílmer Ospina Murillo no les diga mucho. Pero para la Fiscalía serían tres de los presuntos testaferros de Daniel Barrera.
A nombre de estas tres personas estarían 40 predios urbanos, 29 rurales, siete establecimientos de comercio, tres sociedades y 110 automotores ubicados en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Santander y Tolima.
Según la Fiscalía, también se rastrean actualmente propiedades de testaferros relacionados con el Frente 43 de las Farc y el capturado narcotraficante, entre los que están 30 predios rurales, 13 urbanos, 10 establecimientos de comercio, 24 sociedades y dos automotores en Meta y Cundinamarca.
De igual manera, se dio a conocer por el ente acusador que por compulsa de copias ordenadas por el juzgado tercero Especializado de Villavicencio se ordenó investigar a 10 empresarios y comerciantes de diferentes municipios del Meta, Boyacá y Risaralda, que estarían vinculados con El Loco Barrera, con las Farc y el extinto jefe del Ejército Popular Revolucionario Antisubversivo de Colombia (Erpac), Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo.
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