Rubén Darío López
LA PATRIA|Armero
La erupción del cráter Arenas del volcán Nevado del Ruiz el miércoles 13 de noviembre de 1985 afectó los departamentos de Caldas y Tolima. Una avalancha bajó por el cauce del río Lagunilla por el deshielo. Los muertos se calculan en unos 25 mil, además de la destrucción del municipio de Armero.
Muchas personas atribuyen la cantidad de fallecidos a la desidia de las autoridades y a la incredulidad de los mismos armereños. 34 años después, el terreno que ocupó esta población del norte de Tolima es un sitio de romería y de turismo con varios parques y monumentos, aunque son pocos los servicios que se ofrecen en el sitio donde se encuentran las ruinas, a 125 kilómetros de Manizales.
Fotos|Rubén Darío López Londoño|LA PATRIA
Amuletos. En el sitio hay mallas repletas de camándulas, collares, escapularios y otros amuletos dejados por los visitantes para rendir tributo a los muertos.
Bóveda del Banco de Colombia. Fue la única construcción que quedó en pie al paso de la avalancha. Dos meses después, expertos de la entidad recuperaron el dinero y los documentos guardados allí.
Casa de los hermanos Forero. De dos pisos y terraza estaba fuera del camino de la avalancha. Prueba hasta dónde subió el lodo. Los vándalos se llevaron marcos, puertas y ventanas.
Cúpula de San Lorenzo. Esta parte del templo principal de Armero se encontró enterrada 25 años después (octubre del 2010) varios kilómetros hacia abajo. La transportaron al lugar en donde estaba el templo.
Guías. Al visitante le ofrecen desde refrescos y helados hasta artesanías, llaveros, recuerdos, fotografías y videos con la historia de la catástrofe. Allí hay vallas con historia, fotografías del antes y el después e información para los visitantes.
Hospital San Lorenzo. Era de tercer nivel y atendía a pacientes de toda la región. Lo que se ve corresponde al área de hospitalización en el tercer piso. Su último director fue el médico Nelson Restrepo Martínez.
Iglesia de El Carmen. Estaba situada al occidente de la población. Solo quedaron algunas columnas y la parte alta del presbiterio con la cúpula trasera.
La piedra. Su peso se calcula en unas 200 toneladas y mide siete metros de alta. Es la roca más representativa del lahar que contenía agua, lodo, piedras de todos los tamaños y escombros. Debió bajar a unos 60 kilómetros por hora. Se encuentra a unos 200 metros de lo que era el parque principal.
Miles de placas. Los visitantes, penitentes y dolientes han dejado por lo menos cuatro mil placas, lápidas y lozas en el lugar en acción de gracias por algún milagro recibido o pidiendo salud, suerte, dinero y hasta amor.
Monumento a la vida. En lo que era Armero no hay tumbas, sino monumentos con lápidas simbólicas que evocan a los fallecidos en los sitios que ocupaban las casas y los negocios. Al fondo el Monumento a la Vida y la cruz donde oró el Papa Juan Pablo II en julio de 1986.
Recuerdos. La Alcaldía de Armero-Guayabal instaló señalización en los vestigios de las desaparecidas calles. Se ven rotulaciones en piedras recordando los establecimientos que quedaban en cada espacio: Banco Cafetero, Almacén de Pedro Murad, Sastrería Moderna, Ferretería La Economía, Almacén Caperucita Roja y Heladería España son algunos.
Ritos. Aseguran que también llegan visitantes misteriosos, inclusive del extranjero, para practicar brujería, ritos, vudú y misas negras frente a las tumbas del antiguo cementerio, en donde muchos se salvaron por estar situado en una colina.
Profanación. Lápidas de metal y mármol del antiguo cementerio fueron saqueadas. Se ven osamentas de quienes murieron antes de la avalancha.
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