A las tierras que poseen los indígenas de Antioquia se les acaban de sumar 30 hectáreas más, las cuales fueron adquiridas por la Gerencia Indígena de la Gobernación para beneficio de dos comunidades.
Las favorecidas son la comunidad Canime, de Arboletes, a la que se le compraron 14 hectáreas; y la comunidad La Sardina, de El Bagre, con 16 hectáreas, todas por un costo de 400 millones de pesos.
Berta Inés Ochoa Zapata, profesional universitaria de la Gerencia Indígena, recordó que “la tierra es el principio fundamental para los indígenas, pues es donde pueden implementar sus productos, su cultura y habitar sin el problema de que los estén sacando de sus territorios”.
Detalló que en el caso de La Sardina (Bajo Cauca), las tierras fueron adquiridas para la constitución de un resguardo.
En el caso de la comunidad Canime (en Urabá), con las tierras aportadas los nativos ampliarán su territorio.
Los recursos fueron asignados entre la Gerencia Indígena, la Secretaría de Agricultura y los municipios, esto especialmente en el caso de la comunidad Canime, donde ella misma aportó $20 millones del Sistema General de Participación.
“Para este año también hay proyectos de compra de más tierras, la Gerencia Indígena cuenta con 165 millones de pesos, pero esperamos gestionar más recursos con la idea de seguir beneficiando estas comunidades, especialmente las culturas senúes, que son las que menos territorio tienen”.
El costo promedio de hectárea en el departamento es de $7 millones. En total los indígenas disponen de 350.00 hectáreas, pero muchas son tierras improductivas.
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