AL VILO DEL CALLEJÓN
Santiago Silva Restrepo
Tarde ligeramente cubierta, brillo tenue y grata frescura dio lugar para la quinta y última corrida de abono de la 58 temporada taurina de Manizales. Plaza llena y un exquisito cartel convirtieron a la Monumental Plaza de Toros de Manizales en un anfiteatro donde tuvo lugar una poesía de buen toreo. Una emotividad adicional endulzó la tarde de ayer: Orlando Galvis Mejía fue homenajeado tras 20 años de liderar la escuadra de monosabios de la plaza, y Rodrigo Arias, El Monaguillo, se despidió de su tierra natal en medio de una estruendosa ovación.
La ganadería de Ernesto Gutiérrez presentó, quizá, el mejor encierro de la temporada. Con una estampa característica de la reata de este hierro se lidiaron seis nobles toros, tres de los cuales marcaron la diferencia. En particular, aquel de nombre Contratista se mostró guerrero en el caballo y atento de los trastos a lo largo de la faena.
El matador bogotano Pepe Manrique lidió a los ejemplares Clarinete y Florsilvestre, de 450 kg. y 446 kg., respectivamente. En ambas faenas Pepe realizó un honesto trabajo, con temple y actitud, con finos naturales y largos redondos. Sin embargo, terminó la tarde sin pena ni gloria debido al mal sabor que dejaron sus presentaciones por su falta de quietud y desastrosa suerte con la espada.
Más tarde llegaría Julián López, El Juli, quien se enfrentó a los magníficos astados bautizados Arcoiris, de 468 kg., y Contratista, con 480 kg. Mágicamente, El Juli transformó sus faenas en poesía con largos y templados redondos que tendieron al infinito. A pesar de haber estado acompañado en ambas oportunidades del pasodoble Feria de Manizales, con su segundo toro el madrileño hizo soñar a la afición en la plaza, con un manejo del capote como en años no se veía en Manizales. Digno del trofeo de la feria, ejecutó vistosas verónicas, sensacionales tafalleras, embrujantes lopecinas y majestuosas caleserinas que generaron euforia en los tendidos. Su excepcional adversario fue honrosamente indultado y la plaza entera se deleitó con, diría yo, la mejor faena de la feria.
Al cierre de la temporada Sebastián Castella, torero francés que lidiaría los ejemplares Patatela y Príncipe de 454 kg. y 504 kg., respectivamente. A pesar de haber salido en hombros y contrario a la grandeza que ha lucido en otras tardes en Manizales, Castella mostró cierta displicencia en su primera faena. Después de una corta presentación en su primer toro, tras ser golpeado por su adversario, Sebastián logró una adornada labor muleteril en su segundo, acompañado del sonoro pasodoble España Cañi. En mi opinión, a Castella le hizo falta darle mayores espacios a Príncipe y mayor precisión en la estocada, lo que le hubiese permitido darle un mejor cierre a la feria.
Nota: Dos toros brindados al Procurador Alejandro Ordóñez Maldonado, uno al senador Luis Emilio Sierra por su defensa al arte taurómaco, y un brindis al ministro Germán Vargas Lleras por su aparente labor social.
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