MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Si James Lindsay, el ingeniero constructor del cable aéreo Manizales-Mariquita, viviera, estaría pleno.
95 años después de terminar su monumental obra, el cable Fundadores-Cámbulos-Villamaría, que hicieron otras personas con tecnología italiana de esta época, es un medio de transporte que resuelve problemas a la gente y mejora calidad de vida.
Estos argumentos los esgrimió Luis Roberto Rivas al finalizar su alcaldía en el 2007, para convencer a los gobernados de los beneficios de los cables aéreos en la ciudad. Hoy se palpan entre quienes viajan por esta ruta.
El crédito no solo es para Rivas, que inició el proyecto de la línea en Manizales. Lo terminó e inauguró el exalcalde Juan Manuel Llano el 30 de octubre del 2009, hasta Cámbulos. La extensión hasta el vecino municipio de Villamaría se alcanzó por decisión del exgobernador de Caldas, Guido Echeverri, y lo inauguró el pasado 4 de enero el actual gobernador Julián Gutiérrez.
Funcionó ocho días gratis para el público, y a partir del 13 de enero comenzó a cobrar $1.500 por viaje de cada pasajero entre Villamaría y Manizales, "una ganga", dice Rogelio de Jesús Ceballos. Es de esa localidad y vende lotería en el Centro de Manizales, por eso se moviliza todos los días entre los dos municipios.
"Cuando no estaba el cable salía a las 7:00 de la mañana, cogía un colectivo y tenía que pagar $1.600. No llegaba a tiempo para hacer vueltas. Ahora salgo faltando 15 minutos para las 8:00 de la mañana y en 13 o 14 minutos estoy en pleno Centro. Después de un viaje tranquilo. Esto ha jalado mucha gente", cuenta Rogelio.
A otros que también ha dejado enganchados el cable es a conductores de bus. Miguel Carmen trabaja con Expreso Palmira, vive en Villamaría y la nueva línea desde Cámbulos le acercó el sitio de trabajo. "Vivo a cuatro cuadras de la estación, a veces llego muy cansado de viajar, tomo el cable y en menos de cinco minutos estoy en el parque, ya relajado. Esto no tiene comparación. Que no me lo quiten, porque me friegan".
Rogelio dice que el tiempo y la plata que se está ahorrando con su esposa, al sumar el gasto familiar de transporte, les ha permitido dormir un poco más y comprar alimentos. Mientras viaja en una góndola desde Fundadores, a las 8:00 de la noche, sugiere que las alcaldías de ambos municipios deberían pensar en extender ese sistema a otros barrios.
De hecho el gerente de la Asociación Cable Aéreo de Manizales, Óscar Humberto González, le comunicó al embajador de Francia en Colombia, Jean Marc Laforêt, que visitó la ciudad el pasado 10 de febrero, que la Alcaldía está pensando en tener más cables en la ciudad.
Dos propuestas son, salir desde la estación del cable en Fundadores hasta algún punto de la Comuna Ciudadela del Norte, tendría 4,5 kilómetros de longitud, y otra partiendo de la estación Cámbulos al estadio Palogrande, con 2 kilómetros.
En las cabinas de los cables en funcionamiento ese es tema que tratan algunos pasajeros. Viajar por el aire sin experimentar trancones, caídas en huecos del pavimento, curvas, sobrecupo, empujones y muchas veces rabias con los conductores ha permitido que la gente se relacione un poco más en los 13 minutos de viaje, que incluyen un trasbordo en Cámbulos para tomar otra góndola, y dos paradas: estación Betania y Fundadores, que es de descenso.
Amparo Peña trabaja en un juzgado en Manizales, pero vive en el barrio La Pradera, de Villamaría. Es de las que está pagando dos pasajes para llegar a la estación del parque, porque no hay buses alimentadores que permitan con un solo valor cubrir el trayecto. Prefiere hacerlo, cuando no es que alguien la sube en carro particular, porque el cable la libra de padecer los trancones que por estos días se forman a la salida de ese municipio debido a las obras viales.
"En el cable hay más tranquilidad. Estamos ganando en calidad de vida. En los juzgados de Manizales trabaja mucha gente que reside en Villamaría y antes no les alcanzaba el tiempo para bajar a almorzar a la casa. Ahora sí lo tienen y pueden pasar un rato con su familia".
Ana Clara Gallo, docente del Instituto Tecnológico y habitante del barrio Santa María, asegura que ha visto gente de Manizales que sale de la estación Fundadores y se va a relajar al parque de Villamaría. Los sábados y domingos es más la afluencia; unos que buscan en ese municipio las tradicionales ventas de chorizos y mazamorra, o los que en familia deciden armar paseo a Manizales y viajan en cable para hacer compras en los centros comerciales, caminar por la carrera 23 o asistir a la ciclovía de los domingos en la capital.
Y es que el cable es un medio de transporte muy singular. Por los mismos 1.500 pesitos los pasajeros pueden subirse a una cabina con lo que lleven en la mano: maletas, morrales, animales, paquetes, bultos, coches, carritos de dulces o de helados o de bebidas calientes, y otras cosas que pocos se imaginan como bicicletas, lámparas, manojos de globos inflados, estropajos, palos llenos de algodón de azúcar, como se vio y contaron en varios recorridos que se hicieron para este informe.
Claudia Sepúlveda, de Manizales y con familia en Villamaría, se puede dar el lujo de llevar a su hijo hasta ese municipio y devolverse, sin demoras, para llegar a tiempo a Confamiliares del Centro donde labora. Dice que transportarse en cable es seguro porque las cabinas tienen un botón de comunicación con las estaciones, donde hay funcionarios y vigilancia privada.
Otro impacto, pero negativo de este sistema, lo han tenido que asumir las empresas de transporte público colectivo que tienen rutas a Villamaría: Sideral, Socobuses, Gran Caldas y Serviturismo, esta última que no entregó información.
Sideral y Gran Caldas coinciden en que dos variables están influyendo en lo que llamaron leve reducción del transporte de pasajeros: el cable y las obras de acceso a Villamaría, que están congestionando y alejan a los usuarios.
Agregan que es prematuro dar una cifra con tan poco tiempo de funcionamiento del cable, pues beneficia a quienes van para el Centro, pero no a otros que se dirigen a destinos en el oriente y occidente de la ciudad. Socobuses asegura que no se han visto afectados porque cubren una ruta hacia donde no viaja el cable, y quedarse en el Centro les implicaría pagar dos pasajes.
Otros actores de esta dinámica del cable aéreo son el comercio y el turismo, que tienen una cara positiva. Ha jalonado el turismo de nacionales y extranjeros, en las dos localidades. Se volvió en un nuevo símbolo de Manizales, a donde no falta visitante ilustre para la foto de rigor, y grupos que quieren ver otra cara de la ciudad para llevarse un recuerdo gráfico. Villamaría, por su parte, es doblemente ganadora. Rogelio, el vendedor de lotería, que dice estar feliz con este medio de transporte, asegura que el municipio estaba paralizado y que ahora se ven más visitantes.
Tal es el impacto, que la Asociación Cable Aéreo de Manizales estudia ampliar una hora los horarios del servicio en la noche y en la mañana; es decir, desde las 5:00 a.m. hasta las 11:00 p.m. Se están basando en las filas de pasajeros que se forman en las estaciones Fundadores y Villamaría para viajar entre ambos municipios.
Según datos suministrados por la Asociación Cable Aéreo de Manizales, el promedio de pasajeros diario en el 2013, sin línea a Villamaría, era de 4 mil 200.
El promedio de pasajeros diario en enero y lo corrido de febrero del 2014, exceptuando Feria y vacaciones, con línea a Villamaría, es de 12 mil 500.
La Asociación tiene 52 trabajadores de planta, la línea a Villamaría demanda unas 15 personas, entre operarios y ayudantes.
Se calcula que en enero se movilizaron en el cable medio millón de personas.
El único freno del cable es cuando llueve, la demanda de pasajeros baja ostensiblemente.
Rogelio de Jesús Ceballos, Villamaría
A mucha gente le daba miedo subirse a las cabinas, pero ahora saben que incluso es más seguro que el bus.
Sara Patricia García, Villamaría
Es un transporte excelente, ágil y tranquilo. Tengo carro y la ida hasta Molinos, por la congestión, me desmotivó a seguirlo usando.
Amparo Peña, Villamaría
Por la topografía de Manizales los cables son lo mejor, deberían pensar en ubicar más líneas.
Mateo Vargas, Villamaría
Viajar en el cable me representa un ahorro de una media hora, que me permite desayunar bien y dormir un poco más.
Claudia Sepúlveda, Manizales
Ahorro tiempo. Cuando hay mucha gente, el sistema es más rápido; a veces baja uno en 12 minutos.
José Ómar Arias, Manizales
Es servicio es muy bueno, pero debería tener vehículos alimentadores para acercar a quienes viven lejos.
Ana Clara Gallo, Villamaría
Lo que necesita Villamaría es renovar el parque. Trabajo en Manizales y por el parqueadero del carro pagaba $60 mil, ahora me ahorro esa plata.
Sujey Ospina, Manizales
Hay facilidad de acceso al Centro, la gente está muy contenta con este servicio.
Jorge Lancheros, Manizales
Es un sistema excelente, embellece los municipios y reduce los gastos de tiempo, que en comercio se traduce en dinero.
Stiven Beltrán, Manizales
Trabajo por el Parque de Los Enamorados, subo en cable con mi cicla hasta Fundadores y sigo por la Santander montado en ella.
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