En la celebración de la Misa Crismal, de bendición de los óleos sacramentales que se usarán durante el año, el arzobispo de Manizales, Gonzalo Restrepo, pidió a los fieles ayer que acompañen a los sacerdotes con su oración, pues en la ceremonia todos los que pertenecen a la Arquidiócesis renovaron sus votos.
El arzobispo afirmó que la Misa Crismal es de las más bellas y significativas del presbiterio, porque renuevan en comunidad los compromisos sacerdotales (castidad, humildad y pobreza).
En su homilía, pidió al Señor que les permita dejar de lado las diferencias y sinsabores que han tenido, y que puedan elevar su espíritu para sentirse ungidos por el Espíritu Santo como lo fue Jesucristo. “Les ruego a los fieles que nos acompañen con su oración, que rueguen por nosotros para que seamos fieles al Señor y testigos auténticos de Cristo”.
También bendijo y consagró los óleos, que son un aceite extraído del olivo, y que se convierten en signos de salvación y fortaleza para la vida cristiana. “Todos hemos sido ungidos en el bautismo y la confirmación, y los sacerdotes, cuando recibieron su ordenación y consagración ministerial; de la misma manera el óleo de los enfermos se utiliza para pedir la sanación de una enfermedad y para darnos la sanación espiritual de todas nuestras miserias”.
A los sacerdotes y seminaristas les dijo que seguramente tendrán dificultades por la debilidad humana, pero les recordó que están ungidos por el Señor y él seguirá haciendo en ellos su obra.
Monseñor Gonzalo Restrepo, arzobispo de Manizales
Para todos, un mensaje de mucha esperanza y paz, que celebremos estos días de Semana Santa con mucha alegría, recogimiento, piedad; son los momentos en los que el Señor nos llama para que hagamos una conversión de nuestras faltas, le pidamos que nos perdone y nos ayude a salir adelante. Cualquier participación que se haga de algunas ceremonias o de todas es fruto de gracia y de mucha conversión.
Monseñor Luis Enrique Hoyos, rector del Seminario Mayor Nuestra Señora del Rosario
Ante todo es el llamamiento a cultivar el amor a Dios, más que con sentimientos y que con palabras, con la propia vida en cumplimiento de su voluntad, de sus mandatos y de su santa ley; y el amor al prójimo, porque el amor a Dios tiene que ser manifestado en el amor al prójimo, de pasar haciendo el bien para transformar nuestros corazones y nuestros ambientes.
Sacerdote Néstor Mario Arias, párroco de la Nuestra Señora del Carmen
Desde hoy nos disponemos y abrimos nuestro corazón a esas gracias que nos traerá el Señor en esta Semana Santa, que no es solamente para nosotros los sacerdotes sino también para todos los fieles. Traerá una gran renovación a nuestras vidas, hogares y familias. Por eso hay que dedicarnos a la oración. Vamos a acompañar a Jesús con nuestros sacrificios y sobre todo con el arrepentimiento de nuestros pecados.
Sacerdote José Silvano Peralta, párroco de María Reina barrio Cervantes
Es la oportunidad de encontrarnos con Dios, de no ser indiferentes y valorar el amor de alguien que ha entregado su vida por nosotros. Para muchas personas resultará irónico que cada año celebremos lo mismo, pero si celebrando lo mismo a veces nos olvidamos de ese amor, entonces es la oportunidad en la que el Señor nos dice que quiere estar de nuevo en el corazón y en la vida de cada uno.
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