MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
"Gracias a Dios nos hicieron una casita muy buena, gracias a todos por tanto apoyo", Juan Pablo Grisales. "Recibir esta casa es una bendición, jamás pensé tener una así. No sé de qué manera agradecer tanta bondad", Yesica Viviana Cardeño. "Le pido a Dios salud y bendiciones para todos los que hicieron esta obra", Flor María Moyano.
Estas tres personas son parte de los 45 damnificados que habitaban en 15 casas del barrio Santa Ana (Villamaría) y que por un incendio ocurrido el 27 de mayo lo perdieron casi todo. La noticia tocó las fibras de empresarios, industriales, organizaciones sociales y ciudadanos para reconstruir las viviendas.
Fue así como empezaron en junio la labor y ayer entregaron las llaves de 10 casas nuevas.
Apoyo para reiniciar
Yesica Viviana tiene 30 años y lleva 28 viviendo en Santa Ana con su hijo; es operaria de máquina plana. El incendio solo les dejó en pie la fachada, el resto de la casa, que era en esterilla y guadua, se quemó. De los bienes, lograron recuperar el televisor y dos camas
Los tres cuentan que recibieron de la Alcaldía de Villamaría subsidios de arrendamiento durante tres meses, luego cada uno se buscó posada entre familiares. También desde el día del incendio la gente e instituciones se volcaron a ayudarles con cobijas, ropa, mercados, elementos de aseo, entre otros.
"Un incendio es una tragedia fuerte para una familia. Es traumático ver quemarse lo único que uno tiene y que consiguió con tanto esfuerzo, ver entre llamas el sueño que había hecho realidad. Más para mí, que prácticamente sola había hecho la casa. Sentí que el mundo se me iba", cuenta Yesica Viviana.
Reconoce que gracias al apoyo de la gente se fueron levantando. "Uno jamás piensa que tiene esa ayuda, más en mi caso que soy sola, porque mi familia vive en Aguadas. Fue muy bonito ver que gente que uno ni conoce llamaba para decir que nos tenía algo".
Dificultades
De la casa donde vía Juan Pablo, desde hace unos 30 años en Santa Ana, quedaron unas tejas. El incendio se inició enseguida de su vivienda y recuerda que cuando menos pensaron, el fuego empezó a consumir todo.
Maneja una camioneta, labor de la que deriva su sustento, pero que no le hubiese permitido hacer una casa en las condiciones de las que les entregaron ayer. "Gracias a Dios ya tenemos las casitas y quedamos muy bien. Lo único que habría podido hacer es reconstruir como estaba, en esterilla y guadua, porque los materiales están muy caros".
Cuando ocurrió el incendio, Flor María tenía alquilada su casa a un vecino porque le resultó trabajo en una finca. Dice que él perdió todo lo que tenía adentro y ella la vivienda que tenía desde hace 15 años.
Ahora se regresa a vivir a la nueva casa que le entregaron ayer, con su esposo, su hija y dos nietas menores de 5 años. "Trabajo en casas de familia o en lo que resulte, y mi esposo en una aguacatera. Con lo que nos ganamos no habríamos podido reconstruir la casa, porque estamos económicamente muy apretados. Ha sido muy duro salir adelante. Agradezco mucho a todos los que permitieron con esta labor que las familias hayamos podido salir de este fracaso".
El resultado de una campaña
El ingeniero civil Jorge Mejía, del grupo directivo de Obras Sociales Betania que apoyó esta iniciativa, reporta que ayer entregaron 10 casas y ayudaron en el mejoramiento de otras 3. "Esto partió de la foto que publicó LA PATRIA en su primera página con la noticia del incendio en Santa Ana, que fue devastadora: 13 casas quemadas y 2 recuperables, 45 personas sin nada".
La Andi Caldas, bajo el liderazgo de Óscar Villegas, director general de Grupotec, y el apoyo logístico y económico de Obras Sociales Betania, comenzó una campaña a pesar de las dificultades económicas por la pandemia. En lugar de entregar ayudas aisladas, coordinaron construir unidades básicas de vivienda en el mismo lote donde estaban las casas y garantizar los servicios de saneamiento.
"Fue una labor muy satisfactoria, nos colaboraron con materiales y con recursos económicos varias empresas de la región y personas naturales. Creemos que ha sido una muy buena solución para estas familias, que lo que tenían antes del incendio era casas en un estado precario por sus materiales y ahora quedan con unas viviendas dignas", indica Mejía.
Agrega que algunas personas les han pedido más apoyo y analizarán si es posible, porque el esfuerzo que hicieron fue grande y están con déficit de recursos. Las casas fueron construídas en divisiones livianas, con estructura metálica, cubierta en fibrocemento; las entregaron con baño, cocineta, lavadero e instalaciones eléctricas.
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