LUIS FELIPE MOLINA R.
LA PATRIA | MANIZALES
Recién había terminado la misa de difunto por el descanso de monseñor Eduardo González Buitrago. La Catedral Basílica estaba llena. Había dolor por el sepelio del religioso una semana antes del día del sacerdote. El arzobispo de Manizales, Gonzalo Restrepo Restrepo, presidió la eucaristía para despedir a otro representante de la Iglesia Católica. Al cierre, fue su obligación comunicar la muerte de otro sacerdote, monseñor Alonso Llano Ruiz.
Caminó por el centro de la nave hasta despedir el cuerpo. Luego recibió a decenas de fieles que le buscaron por una bendición. Una señora le pidió que la bendijera por una próxima cirugía. Estaba cerca de la gente. Ellos lo buscaban y él correspondía. 10 minutos después, pudo caminar a la sacristía de la Catedral, donde guardó su mitra, su báculo y tomó un segundo aire. Allí, en medio de la intimidad del máximo templo de la Arquidiócesis de Manizales atendió a LA PATRIA.
¿Cómo lleva la batuta de la Semana Santa un arzobispo?
Me tocan las ceremonias que celebramos aquí en la Catedral. Tengo que preparar las homilías, los sermones y otros comentarios. Por otro lado, debo animar y entusiasmar a los sacerdotes. También doy mensajes en radio y otros medios de comunicación para animar a la gente a que viva la Semana Santa de la mejor manera. Por mi parte, debo intensificar la oración y pedirle al Señor que me dé luces para aprovechar esta semana que es única en el año.
¿De esos ánimos que usted dice, cómo puede atraer a los jóvenes que posiblemente son la población más distante de las celebraciones de la Semana Mayor?
Creo que el testimonio. Tal vez el acercarme, quizás conversar con ellos en pequeños grupos, pues los jóvenes están dados a tener relación en pequeñas comunidades. En lo que he vivido, se comprometen muchísimo. Están en procesiones, participan en actividades y nos ayudan mucho.
¿Cree que la sociedad ha banalizado la Semana Santa?
Sí. Lo hemos tomado como un tiempo vacacional. Mucha gente espera la Semana Santa para tener vacaciones. Pero hay otra gente que ha tomado mucha conciencia y dice que la Semana Mayor es para acercarse al Señor y poner la familia en sus manos.
¿Qué opina de los jóvenes misioneros que visitan las veredas durante la Semana Mayor?
Pienso lo mejor. Darle la oportunidad a un joven de hacer una misión es abrirle su panorama en la vida. Los jóvenes de todas maneras están buscando su realización y cuando se les presenta una oportunidad de estas se entrega, es muy generoso y se les abre una perspectiva en su vida.
¿A los jóvenes que están distantes cómo se les puede invitar?
La mejor invitación es que los amigos jóvenes los vayan invitando y los contagien y que nosotros, con las palabras adecuadas, les vamos diciendo que es fundamental buscar el sentido de la vida en Dios. Él es el único que lo da .
¿Cuál es el significado real de una vigilia durante estas fechas?
Es algo que debe tener un significado más profundo. No es solamente dejar de comer carne, porque muchas veces la carne no gusta mucho y agrada más el pescado. Diría que el sentido de la vigilia debe estar dentro de un sacrificio en la vida. Por ejemplo, si fumo, dejaría de hacerlo y ese dinero lo donaría a los pobres. Siempre debería hacerse con entrega y lo que se gane entregarlo a los pobres.
Monseñor Restrepo bendice una feligrés que le pide oraciones por su recuperación por una próxima cirugía.
¿Cuál es su concepto de los votos de humildad del papa Francisco?
El papa Francisco me ha cautivado por su persona y testimonio. Por todo lo que dice, pero sobre todo, por todo lo que hace. Decimos nosotros que al papa Benedicto XVI nos encantaba oírlo por ser un teólogo maravilloso. Al papa Francisco nos encanta verlo porque tiene gestos, actitudes, humildad y cercanía a la gente, lo que nos da ejemplo y nos ayuda para que la Iglesia cambie.
¿Era el papa Francisco lo que necesitaba la Iglesia Católica para deshacerse del desprestigio que ha sufrido por, al menos, dos décadas?
Sí. La acción de Dios, siempre que hay elección de un papa, es una elección inexorable, y que no podemos discutir. Llegó el papa Francisco con una concepción distinta, con otra visión de Latinoamérica, una actitud de quitar muchas cosas que en la Iglesia alejan a quienes somos servidores de los mismos fieles y nos brinda a diario muchos ejemplos.
¿Cómo cree que un sacerdote puede pasar las enseñanzas del papa Francisco a los creyentes?
Primero con su testimonio. Es el momento de que nosotros cambiemos el trato con la gente. Que nos acerquemos más a ellos y les tengamos más comprensión. No es el momento de estar llamando la atención en público como se hacía en otros tiempos. Ahora es el momento de que la Iglesia se acerque más. Creo sinceramente que hay muchos sacerdotes que dan un testimonio magnífico de cercanía. Hay otros que por su debilidad caen, e infortunadamente en la Iglesia se ven más los lunares que las cosas buenas.
¿Cómo ve usted el crecimiento de otras Iglesias cristianas en Manizales?
Veo que hay un crecimiento grande de estas iglesias. Hay mucha gente que ha llegado a ellas cambiándose de la Iglesia Católica. Lo veo como una oportunidad para tener una actitud de diálogo y apertura con otros credos, pues hay otras maneras de ver la vida seguir la fe, que también son respetables. Sin embargo, creo que la tradición de la Iglesia Católica es tan grande, estructurada y seria, que debemos estar seguros de que vamos por el mejor camino aunque los otros caminos también sean buenos.
Con su debido respeto, háblenos del Gonzalo Restrepo joven, de ese Gonzalo cuando tenía 20 años. ¿Se le pasó por la cabeza, alguna vez, que sería Arzobispo de Manizales?
No. Con toda sinceridad digo que me ordené a los 28 años. He sido muy feliz como sacerdote, siempre he trabajo en el Seminario, en las parroquias, en la universidad y el Señor me ha puesto en los lugares donde me siento muy cómodo. Con mis compañeros me he tratado muy bien. En una época de mi vida me comenzaron a decir que seríaobispo. Me lo dijeron por ahí unos 10 años, pero sinceramente pensaba que no era posible por muchas circunstancias, aunque en algún momento pensé que podría ser una posibilidad. Finalmente fui obispo en el 2004, llevo ya 11 años, y no se me pasó por la mente en ser Arzobispo de Manizales. La vida lo va poniendo a uno sin uno haber planeado o haber esperado eso.
Se asume que entre sacerdotes, ustedes son sus mejores amigos. Esta semana tuvo que darle sepultura a dos de ellos. ¿De dónde sale toda esa fuerza para aceptar estas situaciones?
Con la muerte del padre Eduardo me dio mucho dolor despedirlo, pero le agradezco al Señor que no lo haya hecho sufrir tanto. Para mí, ha sido un interrogante muy grande. Si el padre Eduardo murió, yo puedo morir en cualquier momento. Es como ver la muerte muy cercana y muy posible. Sinceramente veo que van desfilando los que están cerca de mí y eso me hace sentir un interrogante muy grande frente a la vida y ante la muerte.
¿Cree que la Iglesia Católica debe flexibilizarse ante los cambios sociales de ahora o esos fenómenos deben adaptarse a los preceptos eclesiásticos?
Repetiré las palabras del papa Juan XXIII: "La Iglesia debe actualizarse". La Iglesia debe caminar con el hombre, con sus necesidades y exigencias, y debe actualizarse sin negociar sus principios éticos, ni morales, ni teológicos, pues esos principios son fundamentos que orientan la vida del hombre aunque tienen la posibilidad de actualizarse de acuerdo a lo que vive de hoy. No es lo mismo la Iglesia de hoy que hace unos 30 años.
¿Cómo están las finanzas de la Arquidiócesis de Manizales?
Están bien. Hemos alcanzado un punto de sostenimiento.
¿A qué hora se levanta y cuál es su rutina?
Generalmente me levanto a las 5:00 a.m. y unos 40 minutos de deporte. Practico natación en La Francia, donde vivo. Luego hago un rato de oración y viene también un poco de estudio o despacho de papeles, desayuno y ya después empiezo la vida de atender gente en el Palacio Arzobispal.
¿El arzobispo de Manizales tiene días libres o vacaciones en algún momento?
No. En la semana no tengo días libres y estoy pensando en que debo sacarlos porque realmente es tan complicada la rutina que un día va detrás de otro y una semana detrás de otra. Cuando tengo tiempo saco tres días de descanso, pero sí creo que me hace falta cada semana un día de descanso.
¿Cómo es un día de descanso para el arzobispo?
Es salir de Manizales. Ir donde mi familia. Tal vez en una finca, pensar otras cosas. Visitar los amigos.
¿Qué música prefiere?
Prefiero la música colombiana, eso es cierto. La música instrumental también me gusta mucho. La clásica, a veces, aunque no conozco mucho.
¿Cuál es su libro preferido de la Biblia?
El Eclesiástico. Es un libro de máximas lleno de sabiduría que ayuda mucho a vivir.
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