
Jorge Raad Aljure*
LA PATRIA | MANIZALES
Del recuerdo: Una efeméride de antología
El pasado 21 de junio se cumplió el 96 aniversario, de la gesta torera de Juan Belmonte en Madrid al toro Barbero. De ello, escribió Gregorio Corrochano lo siguiente: “Con la muleta en la izquierda giraba en un pase natural, los pies clavados, la cintura rota, y al rematar cogía al toro antes de abandonar los vuelos de la muleta y se lo pasaba al otro lado con un pase de pecho, más artístico, más valiente que el natural, y así, alternando estos dos ases admirables, base de todo el arte de torear, el torero creciéndose, superándose, mejorándose a sí mismo en cada lance, toreando hiperbólicamente, como nunca le vimos torear, hizo la faena justa, precisa, como la soñaron los grandes maestros….. Belmonte, transfigurándose, cambiando de estatura, de silueta, hasta de color, se borró… Nunca vi más arte puro, más valentía natural, más dominio, más estética. No hubo oropel. Relumbrón falso, comicidad. No toreaba para el público aficionado al efectismo, sino para el toro y para él. Ni siquiera creo que toreaba para nadie. Me pareció más bien que puso el punto final a la brillante historia de la tauromaquia. Después de esto, nada. No hay más allá.”
Citado por Taurología.
Cuando se menciona Tauromaquia
Mónica Alaejos, ha escrito Mundotoro, un artículo interesante que se reproduce, con los ajustes de rigor, en sus principales secciones. Los aficionados deben meditar sobre su contenido, que es de la esencia del íntimo deseo de ser fiel a la tauromaquia: “El mensaje que proyecta la Tauromaquia actual fuera de sí misma, es ella misma. Sus gestos, su imagen e incluso sus palabras crean cada día el universo simbólico de representaciones que los sectores e incluso los individuos que comparten sociedad y cultura y que la desconocen se crean en su imaginario. Puede que a los de dentro no nos de esa sensación y seamos capaces de perfilar las declaraciones, de contextualizar los sucesos o de defender lo indefendible, pero más allá de nuestro ombligo, se nos ve anquilosados, jerárquicos, endogámicos y puede que hasta pasados de moda, porque la Tauromaquia actual es, en sí misma, ese mensaje.
El diagnóstico de este mal pasa por detectar una falta de armonía del contenido con sus destinatarios, de la estructura del sistema con sus miembros y de una absoluta rigidez y falta de expresión. No sabemos qué queremos decir y mucho menos a quién queremos decírselo, se nos ha olvidado involucrar emocionalmente a los potenciales aficionados, parecemos incómodos en los discursos públicos a favor de obra y somos incapaces de comunicar nada. Siguiendo a J.B.Thompson, la identidad cultural debe ser contextualizada, como si en general fuese producida y recibida por individuos.
La Tauromaquia actual necesita un plan de comunicación estratégico que persiga los objetivos de informar, persuadir y motivar. Una estrategia que proporcione un marco conceptual hacia fuera, que tenga claras las instrucciones y que represente un cambio de mentalidad con nuevas formas de enfocar ese vacío de comunicación y de definición de los mensajes que queremos transmitir. No vale que cada uno de los actores comunique por su cuenta y genere desasosiego o configure procesos de opinión frente a cualquier asunto más o menos grave y lo haga sin pensar en las consecuencias que ese discurso tendrá fuera del sector.”
Madrid es Madrid
Una vez publicada y leída la crónica de Víctor Diusabá es recomendable leer unos apartes de lo escrito por Antolín Castro sobre el significado de lo que sucede en la Feria de San Isidro y en los festejos inmediatamente previos y posteriores. Allí donde se considera el imperio de la Tauromaquia, suceden cosas a las cuales debe acostumbrarse el aficionado porque en la Fiesta Brava, también hay recodos y callejones. Escribe el aficionado: “Las estructuras del mundo taurino son un tinglado inamovible al que es muy difícil remover. No es ni siquiera un sistema conservador, es un muro de hormigón por donde no hay resquicio para que entre el aire.
Es tan hermético que por ningún lado entra aire nuevo o limpio. Así es muy difícil, imposible, que se ventile por un lado o que entren aires renovados por otro. Manejado por unos cuantos intereses y unas cuantas personas nada se escapa a su control.
Las ganaderías y los toreros, la confección de los carteles con ellos, se hacen a su antojo y de nada sirve que se empeñe en soplar el viento en otras direcciones, ellos no se darán por enterados, seguirán con la misma rutina al caminar. Nada les afecta, nada les mueve, nada cambia.
Hay toreros a docenas, muchos más que a los que llaman interesada y figuradamente figuras, pero quedan condenados al ostracismo porque no son de los suyos. Importante es esta definición ‘de los suyos’ pues condiciona todo el desarrollo de la temporada.
Dice el refrán: ”más vale caer en gracia que ser gracioso” o “quien tiene padrino se bautiza” y se cumple cabalmente en el mundo del toro. Si te apodera quien maneja y monta carteles gozarás de múltiples oportunidades. Toreando cincuenta tardes tendrás oportunidad de triunfar en algunas de ellas y eso servirá para dar garantía de que eres un triunfador. No importa que no sea en Madrid, servirá para seguir apoyando al candidato.
Si no se tiene ese poderoso apoderado, la primera consecuencia es que torearás muy poco, viéndose muy mermadas las oportunidades de triunfar y que ello tenga eco. Entonces Madrid es el lugar donde agarrarse, pero tampoco es verdad en su sentido recto. Si la oreja la obtiene uno de los del grupo protegido su poderoso apoderado lo aireará y aprovechará debidamente. Si el que obtuvo trofeos al pasar por Madrid es de los desprotegidos, de los independientes, su futuro queda puesto en cuarentena, o peor, queda en el limbo.”
Y para ser francos, eso sucede en casi la totalidad de las empresas en donde el aficionado ni quita ni pone, al contrario: le imponen.
Reflexión
Aficionado que se respete se identifica como un docto en la Tauromaquia y preconiza, a su leal saber y entender, todo lo que sabe o cree saber sobre la Fiesta Brava y hay que oír a algunos de ellos en los tendidos de la plaza y así mismo en el callejón. Tienen pleno derecho a ello y no hay manera de controvertirlos, salvo con una sonrisa. Pero hay otros que no dicen absolutamente nada, nada de nada, cuando se les pregunta y esos también se merecen una sonrisa.
Luís Bolívar
Pocas han sido las actuaciones de Luís Bolívar en España, pero han sido constantes. Ahora ha sido ubicado en los carteles de la Feria de Santiago en Santander, en el ciclo que corre del 20 al 27 de julio, con dos festejos menos que el año anterior. El último día ha sido para Francisco Marco, Javier Castaño y Luís Bolívar con toros de Victorino Martín. Es importante mencionar que el 22 se programó por fuera de abono un espectáculo ecuestre de la más alta calidad a cargo de la Real Escuela Andaluza de Jerez. Una idea para Manizales. En Colombia, hay escuelas que podrían servir de marco en la Feria.
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