Luis Felipe Gómez Restrepo
LA PATRIA | MANIZALES
La vida de José Restrepo Restrepo marcó un tiempo inspirador en LA PATRIA y en el departamento de Caldas, por una parte; y por otra, imprimió un sello muy especial en el nivel cultural y familiar. Dos dimensiones de una misma persona, una pública y otra más privada, pero en ambas marcadas por una clave de lectura: el bien común.
Lo que hoy se podría llamar muy elegantemente la responsabilidad social empresarial, la vivió desde el ejercicio empresarial con una noción generosa, filantrópica y responsable de compartir. Que en algunos casos terminaba en su tensión con los administradores que colocaba en la empresa, pues se volvían locos con tantos “papelitos” que les enviaba, se trataba de órdenes de caja para ayuda a distintas familias.
Si bien esta faceta es típicamente la etapa de filantropía, también comprendió muy profundamente que a través de un medio de comunicación se podían transformar realidades gracias al poder de convocatoria, seguimiento y focalización de esfuerzos. Y este era una de sus principales obsesiones. ¿Qué estamos impulsando? ¿Qué estamos apoyando? ¿Cuál es nuestra agenda de región? Se preguntaba muy a menudo. Una dimensión social de una empresa de comunicaciones que busca tener una activa ciudadanía corporativa.
Visionario
La búsqueda del bien común lo llevó a la política, se convirtió en congresista por el Partido Conservador y por el departamento de Caldas. Conservador siempre fue, era un Partido que en esa época tenía un arraigue grande en una Colombia más bien rural que apenas comenzaba a vislumbrar la urbanización.
Pues bien, esa transición de la sociedad colombiana lo llevó a pertenecer por varios años a la Junta Directiva del Instituto de Crédito Territorial, que tenía como principal función hacer las casas dignas para los pobres, ya que la migración del campo a la ciudad empujó el crecimiento urbano. Muchos de los barrios de Manizales que se han convertido en polo de desarrollo con el paso del tiempo, fueron los iniciados por el ICT. Tuvo José Restrepo una visión que entroncó con los cambios del país, con una mirada de bien común.
Su constante participación en la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales fue una manera de experimentar en la ciudad ese ánimo y trabajo por los demás. Otro detalle, poco conocido, está en el liderazgo del grupo que invitó a los Jesuitas para que organizaran un colegio en la ciudad. ¿Cómo impactar a la ciudad, sino por la cultura ciudadana y la educación? Un visionario de dimensiones que hoy son los pilares de la competitividad.
Hombre de fe
Ya en su cara más privada, tenía un grupo de amigas con las que leía literatura universal, era esa vena humanista que siempre lo acompañó y que lo llevó a acercarse a diversos autores. Era esa dimensión de beber de la cultura universal para alimentar la relectura de la actualidad. Nunca supe su autor preferido, pero le encantaban los humanistas cristianos.
De otra parte, llevó una marca de fe grande en su corazón, era un hombre religioso, católico practicante, que dejaba campo en su vida a la expresión de la fe; en su casa tenía muchos rincones explícitamente religiosos, como presencia de esa trascendencia en la cotidianidad.
Con cierta afinidad con el hoy santo José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, por ello el pequeño libro Camino, que tanto cariño le tienen los miembros de la “Obra”, siempre estaba en su mesa de noche. Los principios del Evangelio lo llevaron muy de seguido a vivir el bien común, como una opción ética y religiosa, más allá de lo político y social.
Generoso y ponderado
En la familia, su posición de pater familias, la ejerció con dos toques, la informalidad y el humor. Sabía de su posición, pues gozaba de un gran respeto por todos los miembros familiares, por lo que podía darle un toque muy especial de informalidad en sus relaciones, que lo hacían cercano y cálido. Y, por otro lado, el humor, que hoy podríamos decir, era una especie de tomadura de pelo, que permitía relativizar muchas situaciones que podrían generar tensión.
Uno de sus rasgos que con mayor frecuencia aparecían era su generosidad, quería que a todos les fuera bien, que todos tuviéramos oportunidades. El esfuerzo de la familia reunida era una tarea clave anual que cumplía con todas las expectativas. Los diciembres eran infaltables en La Rochela, la casa donde todos cabíamos. Había cuarto para cada rama familiar encabezada por uno de sus hijos o hijas.
Todas las tardes cuando estaba en la capital del país, era imperdonable la llamada al periódico LA PATRIA, debía conocer el título y texto del editorial, y las noticias de abrir primera página. En algunas oportunidades que le oí la conversación con el director o con el jefe de redacción, buscaba la ponderación y el justo medio, que es el camino más recto para lograr el bien común.
Dato
Don José Restrepo Restrepo falleció hace 40 años (28 de noviembre de 1979). Fue director del diario LA PATRIA entre 1949 y 1973.
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