LA PATRIA | Manizales
Manizales despide a una hija adoptiva, autoridad para hablar de toros y ganaderías, además benefactora de obras sociales: ayer falleció doña Berta Botero de Gutiérrez, a sus 97 años.
Nació en Cali, donde se educó, y contrajo matrimonio en 1945 con el médico Ernesto Gutiérrez Arango, a quien acompañó en su mundo taurino. Tuvieron seis hijos, entre ellos el ganadero Miguel y el exgobernador de Caldas Julián.
Artículo publicado en la Revista Cereza, en la edición 29, de noviembre del 2011
Doña Berta Botero de Gutiérrez
Doña Berta Botero de Gutiérrez es una institución en Manizales. Autoridad para hablar de toros y ganaderías. Lectora de largas horas, estudiosa de temas intelectuales, de arte y humanistas, benefactora de distintas obras sociales y amante de las flores y el jardín.
Adelantada a su tiempo, de mente abierta, entiende los cambios del mundo y aplaude la posibilidad de que cada quien se pueda expresar sin limitaciones de ideologías o sexo.
De elegancia natural, excelsos modales y afectuoso trato. La etiqueta y el protocolo, que hacen parte de su diario vivir, son muestra inequívoca de respeto por los demás. Es excelente conversadora, su inmejorable memoria evoca tiempos que la emocionan visiblemente, y cuenta anécdotas que comparte sin egoísmos, ni pretensiones.
"Uno es de su época", afirma para explicar que no cambia el placer de tener un libro en sus manos por nada. Asegura que le gusta la poesía que se escribía antes, la sensibilidad y el romanticismo.
Con la sobriedad y compostura que no la abandonan, su rostro se llena de nostalgia al recordar la partida de su esposo en 1997. "Estuvimos casados 52 años, fueron tan poquitos los que lo tuve a mi lado", pero rápidamente cambia su semblante al recordar a sus seis hijos, 14 nietos y tres biznietos, son una maravilla, dice.
Viven pendientes de mí, de complacerme en todo, de traerme regalitos y detalles de cada viaje, son una belleza.
Estirpe
Nació en Cali, el 15 de diciembre van a ser 87 años, pero por sus venas corre sangre antioqueña, la que heredó de sus padres, José Botero Salazar y María Gómez Lalinde, quienes llegaron al Valle del Cauca con el brío que caracteriza a la raza. Y de eso se enorgullece. "Todos somos los mismos", dice enfáticamente.
De Antioquia salieron hombres y mujeres capaces, trabajadores, forjadores de la actual sociedad del Eje Cafetero y pujantes y visionarias cuyas obras han perdurado en el tiempo.
"Me gusta contar la historia de mi bisabuelo, Félix Salazar, quien fue arriero, y más tarde un próspero comerciante. Todos tenemos ancestros de origen campe sino, esa fue la época que les tocó y no tiene nada de malo, no sé por qué un escritor tan prestigioso como Abad Faciolince dice que nos sentimos diferentes si todos somos iguales, descendientes de la misma
raza".
Y es que ella no solo dice ser igual a los demás, sino que es consecuente en su trato deferente. Siempre la acompañan palabras de elogio, admiración, amabilidad y respeto para todo el mundo, y eso la hace especial.
Cultura
Estudió en el Liceo Belálcazar de Cali, asegura que la institución fue adelantada para la época, ella hizo parte de la primera promoción de mujeres bachilleres del Valle del Cauca en 1942. "Éramos tan poquitas que el Ministro de Educación, Germán Arciniegas, firmó cada diploma.
La educación recibida allí fue el inicio de un periplo entre escenarios culturales, históricos, círculos intelectuales, políticos y académicos, que transitó en compañía de su esposo, el médico Ernesto Gutiérrez Arango, con quien contrajo matrimonio en 1945. "Yo le decía a Ernesto que quería seis hijos, y a él, que solo tenía un hermano, le parecía que eso no estaba acorde a la época, sin embargo tuvimos los hijos que quería.
Es que tener hermanos es un beneficio de mi Dios, es lo máximo”, asegura doña Berta, quien es la mayor de nueve. En tono de secreto, y entre risas dice: "cómo era de bueno pelear con ellos, y uno sabía que no pasaba nada".
Los toros
En asuntos de toros, ella es autoridad. 60 años siendo testigo del desarrollo de la ganadería familiar avala cualquier concepto sobre ellos. El doctor Ernesto y su hermano, Hernán, habían comenzado su ganadería en 1948, y en 1952 doña Berta viajó en compañía de su esposo a España a visitar ganaderías y ferias, en busca de una raza para el encaste de la ganadería.
Así nació Dosgutiérrez, que fue sociedad hasta 1969, cuando los hermanos decidieron dividirla en partes iguales para que cada familia tuviera autonomía sobre ella. El nombre se lo jugaron a cara sello. Ernesto Gutiérrez dio origen a la ganadería representativa de Manizales y por la que los manizaleños tienen un gran sentido de pertenencia, cada logro suyo, es ganancia para la ciudad.
La esposa, escudera, compañera y confidente, compartió el espíritu generoso y caritativo de Gutiérrez Arango, quien donaba al Hospital Infantil de la CruzRoja, el valor que pagaba la empresa taurina por sus encierros.
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