MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Para Amparo Gutiérrez, damnificada del incendio del miércoles en el barrio Sierra Morena que dejó una vecina muerta, las 14 casas que se quemaron eran ranchos entre comillas, porque para ellos eran castillos.
“Lastimosamente comenzó como un incendio en una casa, que terminó acabando con un poco de familias. Uno no es una casa, pero esa casa sí es una familia”, dijo Amparo ayer mientras buscaba entre carbones una alcancía con plata.
Gente escarbando y sacando latas retorcidas era la escena repetida en este barrio de la Comuna San José. De allí todavía salía humo, los ojos lagrimeaban con el olor a quemado y había partes calientes por lo que fue la fuerza de las llamas que consumieron 14 viviendas, la vida de doña Marta Elena Hurtado de 81 años, y que dejó damnificadas a 26 familias, un total de 92 personas.
Algunos subían y bajaban por las únicas escalas que comunican con la Avenida Marcelino Palacio, unos con ropa y cuerpo tiznados, y otros con objetos recuperados. Lo hacían en medio de policías y bomberos que investigan las causas de la conflagración. El caos parece que no pasó, con el amanecer de ayer lo expuso.
Ayer en la mañana todavía ardían partes y el humo cubría el sector.
Salvador
A un hombre de gorra negra, manos ennegrecidas por el tizne y que no quiso dar su nombre, la tristeza se sentía en sus palabras. “Mi casa era de cuatro plantas, vivía aquí con mi señora y mi hijo, el resto estaba arrendado. Enseguida nos dieron dormida anoche. Será ir a buscar dónde pagar arriendo. El incendio empezó enseguida, en la parte de abajo, no se sabe por qué. Unos dicen que la viejita se quedó dormida y que tenía una veladora prendida; otros, que había dos niños solos y que iban a prender el fogón. Pero lo que se me venga encima cada día, así llevo mi vida”.
Frente al sitio del incendio, sentada en una banca, Paola Tatiana Aristizábal abrazaba a sus dos hijos de 17 y 13 años, con retraso mental. “No trabajo, soy discapacitada de una mano por un accidente. Anoche pasamos donde una hermana. Me dijo que estuviera allá mientras se soluciona esto. Necesitamos ropa, comida y medicamentos para los niños, para que no se alteren. Mi tío Wilson los salvó, que Dios me lo bendiga por haberlos sacado de ahí”.
Wilson Agudelo, el tío de Paola, contó que el miércoles a las 10:00 de la mañana, cuando se inició el incendio, estaba durmiendo porque había trasnochado. “Escuché el bullicio de que se estaba quemando la casa, me levanté y vi la llamarada. Los niños estaban adentro y los vecinos habían sacado una escalera, me subí por la ventana y los saqué. Luego todos echaron para arriba porque se estaban prendiendo todas las casas”.
Entidades sociales distribuyeron desayunos y almuerzos por las calles como ayuda a los damnificados.Dolor
Diana Ester Hernández dijo que vivía en la 124, con tres hijos y su pareja, pagaba arriendo. Con lagrimas en sus ojos pidió colaboración porque se les quemó todo. “No tengo pañales para mi bebé de 16 meses, no tengo ropa. Pasé la noche donde mi mamá que vive más para abajo, pero allá no tenemos cómo acomodarnos. El incendio fue cuestión más o menos de una hora, las casas se quemaron con lo que había adentro”.
A Yaneth Gutiérrez también se le notaba el llanto por su nariz enrojecida y las lágrimas que le bajaban por las mejillas. A su mamá, de 60 años, se le quemó la casa y quedó en pérdida total. “No le quedó sino la ropa que tenía puesta. Vivía con dos hermanas mías y con dos nietos. Esto es una calamidad muy horrible. Lo más importante es tener dónde meter la cabeza, o sea la vivienda; el resto, poco a poco se va consiguiendo”.
Héctor Gómez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Sierra Morena, caminaba de un lado para otro en la sede comunal. Allí entregaron ayer desayunos y almuerzos, y estuvo un funcionario de la Secretaría de Salud Municipal verificando este suministro. El aporte fue de la Cruzada Social y de Nutrir.
Según este líder, la mayor parte de los damnificados pasaron la noche en casas de familiares y amigos. “Se hacinaron en las casas, porque bien pequeñas que son. Otros se trasladaron a otros sectores o ciudades. En la noche vino la Cruz Roja y les entregó colchonetas, cobijas, kit de cocina y mercado”.
De la única persona que falleció, Héctor expresó que no alcanzó a escapar de las llamas. Doña Marta vivía con un hijo en la casa donde se originó el incendio. Tenía una discapacidad que le impedía caminar. “Estaba solita porque el hijo estaba trabajando. El problema es que los vecinos que quedaron en la casa tampoco se encontraban para auxiliarla y sacarla. Con los bomberos se intentó buscarla, pero hubo otro adulto mayor que lo habían retirado de este mismo lado y se pensaba que era ella. Se dejó de buscar. Las llamas fueron muy altas y abarcaron toda la casa”.
El puente los frenó
Esta parte de Sierra Morena, que es la del medio, no tenía ayer agua ni luz por la afectación en ambos sistemas. El resto del barrio sí.
Héctor agregó que la comunidad se queja porque con el puente que hicieron sobre la Avenida para el Macroproyecto San José, taparon la única entrada de carros, solo quedó una rampa peatonal estrecha y oscura. “Una especie de embudo. Con el incendio esto se volvió un caos. A la gente le tocó subirse por la baranda, los bomberos se chocaban por lo reducido el espacio. La máquina no pudo entrar y hubo problemas para que las mangueras llegaran”.
En esto coincidió Amparo, que seguía buscando ayer la alcancía entre carbones. “Los carros llegaban antes hasta donde se inician las escalas. El puente es muy bonito, es desarrollo para la ciudad, pero para nosotros fue un encierro porque limitaron la entrada. Estamos seguros de que si la vía hubiera estado abierta hubiera podido entrar un carro de bomberos y sofocar las llamas para que no se extendieran tanto”.
El muro que dejó el puente sobre la Avenida Marcelino Palacio (al fondo) y tapó la vía para carros hasta el acceso al barrio.
Reportes oficiales
* Alexa Yadira Morales, jefe de la Unidad de Gestión del Riesgo en Manizales
Afirmó que entregaron ayuda humanitaria y psicosocial a los damnificados, además que la Cruzada Social, el Hogar de la Divina Misericordia y algunos almacenes están distribuyendo ropa. Anunció que hoy empezarán a pagar subsidios de arrendamiento para damnificados censados que perdieron por completo las casas. Para propietarios será de $250 mil durante tres meses, y a arrendatarios $150 mil por un mes. “Planteamos no hacer una colecta de ayudas, porque desde el Municipio podemos suplir las necesidades vitales de las 26 familias. Ayer -miércoles- se les prestó servicio de transporte en camionetas de la Defensa Civil y Bomberos para trasladar los enseres a los lugares que nos pidieron”.
* Jorge Iván Quintero, comandante del Cuerpo Oficial de Bomberos de Manizales
Dijo que hay varias versiones sobre las causas del incendio: un corto eléctrico y manipulación de veladora. “Es lo que estamos tratando de confirmar”. A las personas que están sacando cosas del sitio, les pide que lo hagan acompañados de la Policía y organismos de socorro. “Hay estructuras que quedaron inestables como techos, latas y otras partes que podrían caer”.
Hay que demoler
El alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, reunió ayer en la tarde al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo para establecer las estrategias de intervención en la zona. Participó Tulio Villamil, delegado de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quien visitó el barrio y recomendó que las estructuras que quedaron en pie deben ser demolidas de forma controlada, pues están sobre una alta pendiente y con el choque térmico que tuvieron del calor y el agua podrían colapsar. Agregó que la solución de fondo es reubicar las familias, y que la UNGRD apoyará a Manizales en la coordinación interinstitucional con el Ministerio de Vivienda para gestionar el proyecto de reubicación.
Previamente el alcalde Marín había informado que Sierra Morena fue fundado en 1979, tiene 883 habitantes, 183 viviendas y aproximadamente 266 familias. Ha pasado por dos incendios (20 de diciembre del 2011 y 2 de febrero del 2017 donde murieron dos menores de edad) y un deslizamiento el 19 de abril del 2017 que dejó damnificadas a 54 familias.
De la queja de la comunidad por el cierre del paso para carros, el alcalde respondió que de los temas críticos que encontró es la falta de planeación de la ciudad de tiempo atrás. “Las difíciles situaciones de los últimos años nos han vuelto expertos en la atención de tragedias, pero debemos pasar al nivel de planear una ciudad que mitigue el riesgo”.
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