LA PATRIA | MANIZALES
Lo que fue una criticada distribución de tejas para damnificados, tras el vendaval del 11 de agosto en el Kilómetro 41 de Manizales, resultó en una historia de solidaridad de una empresa manizaleña.
Este fenómeno de la naturaleza dejó, según censos de la Alcaldía de Manizales, 24 viviendas totalmente destechadas y parcialmente 120 a las que se les volaron algunas tejas, entre otros daños.
La Unidad de Gestión del Riesgo (UGR) reportó al día siguiente que el alcalde, Carlos Mario Marín, gestionaba con empresas privadas la donación de tejas, pues esta Unidad solo disponía de un rubro para 80 y se requerían al menos 900 para superar la emergencia.
Además de la vereda Kilómetro 41, se afectaron casas de El Recreo, La Panamericana, El Vagón, La Carrilera y de la invasión Potrerillo que llaman Fundación de Vivienda Nueva Esperanza, donde hubo construcciones afectadas en su totalidad.
De forma paralela, el grupo Construyendo Solidaridad, de personas que se unieron para ayudar con sus aportes y gestiones a familias damnificadas de emergencias en Manizales y que conocen de las dificultades sociales y económicas de la Fundación, también gestionaron tejas con la misma empresa.
Donaciones
Directivas de la empresa autorizaron la donación, y la confusión se presentó días después, cuando al Kilómetro 41 llegó una tractomula con el material. La Alcaldía no estaba presente, ni con personal ni con sus listados de damnificados, y la entrega se hizo solo a familias de la Fundación y a unas tres del Kilómetro 41 a través de una líder de la invasión y de personas de Construyendo Solidaridad.
A oídos de la Alcaldía llegó este hecho, indicando además que fue una entrega al parecer desordenada. Se hicieron presentes, y Construyendo Solidaridad aclaró que la donación era la gestión que ellos habían hecho y que la entrega se hizo con protocolos de bioseguridad.
Sin embargo, damnificados de otros sectores se quejaron con la Alcaldía de que no habían recibido nada y seguían con problemas en sus techos. Alexa Morales, jefe de la UGR, señaló que todos hicieron la solicitud por las tejas y que quizá faltó coordinación entre las partes para haber priorizado la entrega a los que más requerían las tejas, como algunos que quedaron con habitaciones y cocinas al aire libre.
La empresa confirmó ayer que la primera entrega correspondió a la petición de Construyendo Solidaridad, y que para lo que falta de damnificados, que son los listados de la Alcaldía, ya aprobaron un segundo aporte que se entregará a través de la Cruz Roja. La jefe de la UGR anunció que esperan entregarlas este fin de semana.
Silvia Libreros, habitante de la Fundación y que recibió ayuda y colaboró en la entrega de tejas, contó que Construyendo Solidaridad les llevó el 22 de febrero tejas y láminas de súper board para mejorar sus construcciones, que en gran mayoría son de esterilla, madera y lámina de zinc.
“La entrega se hizo con listados que firmaron los beneficiados de la Fundación. Mucha gente tiene el material ahí quieto porque debemos hacer un buen montaje que resista y soporte el peso de las tejas de eternit”.
Consuelo Arcila, habitante del sector El Recreo, está entre los damnificados que no han recibido nada. Solo tiene un documento de Bomberos de revisión del predio en el que indica que el vendaval le dañó cinco tejas, cuando eran 17. “El día que distribuyeron el material sentí tristeza, porque también teníamos necesidad. Afortunadamente enseguida de la casa hay una ferretería y nos las fió y ahí las estamos pagando”.
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