LA PATRIA | Manizales
Aunque el bajón en ventas por el confinamiento obligatorio los tiene golpeados, los universitarios de la empresa Mantari Crispetas no dudan en aportar de lo que hacen a la sociedad.
Hasta el Parque El Arenillo llevaron el sábado 240 paquetes de crispetas, que distribuyeron a los habitantes de calle que se encuentran pasando la cuarentena en este lugar, adaptado como refugio por la Alcaldía de Manizales.
Pedro Pablo Torrado, es cofundador de Mantari Crispetas, estudia octavo semestre de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Manizales. Cuenta que son cinco socios, todos universitarios.
La labor del sábado surgió porque con la llegada del coronavirus a la ciudad y las medidas de confinamiento obligatorio tuvieron que parar de producir y vender sus productos. “El personal no lo sacamos, pero no podíamos seguir trabajando. Solo hasta hace dos semanas empezamos a laborar otra vez y queríamos aportar un poco a la situación”.
Prepararon su producto y llevaron los 240 paquetes de crispetas para los habitantes de calle, quienes pudieron ver una película y comer crispetas como hace mucho no lo hacían. “Hubo personas que nos contaron que llevaban hasta tres años sin comer crispetas”, expresa Pedro Pablo. “Logramos que las personas se distrajeran un rato, era lo que queríamos, entretenerlos y darles aliento para seguir cumpliendo la cuarentena. Pensamos seguir haciendo actividades similares con otras poblaciones”.
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