La presión es grande para José Octavio Cardona León. Se posesionará mañana como Alcalde de Manizales, después de haber ganado con 49 mil 278 votos y con cuyo triunfo le devolvió al Partido Liberal el poder administrativo local, esquivo desde hace 15 años.
Por lo que haga o deje de hacer será juzgado, para bien o para mal. Detrás estarán las fuerzas políticas que dirigieron durante ese tiempo el Municipio, y que perdieron en las urnas en octubre pasado. Él lo sabe, y de hecho dice que se quiere cuidar de cometer un error, suyo o de cualquier miembro del gabinete, entre quienes están amigos del alma: Jhon Robert Osorio, Jhon Hebert Zamora, Juan Carlos Gómez, Héctor Fernando Ortiz.
En familia
Ser alcalde era un anhelo juvenil para ellos, hacia 1987, cuando Cardona León tenía 15 años y estaba recién graduado del Instituto Universitario. Su mamá, María Teresa León, dice que la disciplina para estudiar, el aplomo y el juicio que mostraba apuntaban a que sería un buen profesional.
Nació en la vereda La Cabaña, un 2 de marzo de 1970, tiene 45 años, es el menor de cuatro hermanos, pero quedó como único hombre al morir su hermano mayor, Juan Alberto, en un accidente. Carmen Eugenia (abogada) y Ligia Clemencia (educadora especial) lo han acompañado y aconsejado en sus carreras como profesional y político. Doña Teresa dice que todos viven pendientes de él, porque es muy mimado.
Estos hermanos hicieron la primaria en la escuela rural José María Córdoba, al llegar a secundaria su padre, Octavio Cardona Valencia, los matriculó en Manizales. El viaje era diario desde la vereda. Carmen Eugenia recuerda que en época de invierno, con una carretera sin pavimentar y con derrumbes, don Octavio no dudaba en pasar cargados a sus hijos para que no se les ensuciara el uniforme y que trasbordaran. Les pagaba a un vehículo para que los llevara hasta la ciudad.
José Octavio quiso cumplir con el servicio militar, muy a pesar de lo que quería para él su familia. Estuvo un año en el batallón de Cali, después regresó para ingresar a la Universidad de Manizales a estudiar Derecho, su carrera anhelada. Fue ahí cuando le empezó a picar en serio el bicho de la política.
“Era el verraco para conquistar a la gente y se entregaba mucho. Desde hace unos 20 años reparte regalos en Navidad a los niños de las veredas y de la ciudad. Le ha encantado el trabajo social, me lo heredó”, asegura doña Teresa.
Vida política
Militó en el Partido Liberal por 17 años apoyado por el barquismo, de la mano de Adriana Franco y Ferney Tapasco. Pasó a Apertura Liberal en donde estuvo tres años y medio, y en el 2011 ingresó al Partido de la U línea penaguista para ocupar su segundo periodo como concejal.
Con su renuncia al Concejo, en junio del 2014, también lo hizo al Partido de la U para postular su nombre como precandidato a la Alcaldía de Manizales, encontrando apoyo del representante Liberal por Caldas a la Cámara Mario Castaño.
Le contó a su mamá que le estaban pidiendo que se postulara como candidato a la Alcaldía. Ella, sin dudarlo, le dijo: “hágale mijo que yo le ayudo”. Este apoyo materno siempre ha estado presente en las campañas políticas.
Ya había cultivado una imagen en el Concejo, de hombre polémico, estudioso de los proyectos y que hablaba con base en datos, que utilizó para tomar delantera en su campaña a la Alcaldía.
Fortalezas y debilidades
Le dicen Tocayo porque lleva el mismo nombre de su papá. Ama el fútbol y lo juega esporádicamente. Doña Teresa confiesa que ha sido noviero. Es padre soltero de dos hijos: Alejandra, de 23 años, y Juan Alberto, de 20. Como padre se destaca por su entrega.
Mañana, en el acto de posesión, a las 3:00 de la tarde en el Centro de Convenciones Teatro Los Fundadores, estará con su novia Andrea Osorio, trabajadora social y estudiante de séptimo semestre de Derecho.
Al alcalde electo también le gusta la cocina, prepara muy bien carnes y salsas, es el chef de la familia para las fechas especiales. Su hermana Carmen Eugenia y doña Teresa coinciden en que su mayor defecto es que se le salta la chispa con facilidad. Lo saca de casillas la impuntualidad y exige que las cosas se hagan bien hechas y en el momento oportuno. No es rencoroso, por grande que sea la ofensa.
Su vida laboral ha estado enmarcada por sus dos profesiones. Trabajó en la Secretaría de Gobierno de Caldas (1992-1995). Fue jefe de Pases en Tránsito Departamental, personero de Manizales (1998-2001), subgerente Administrativo de la Industria Licorera de Caldas (2001-2003), docente de la Universidad Nacional sede Manizales (2004-2007), concejal de Manizales (2008-2011 y 2012-junio del 2014) y abogado litigante.
Mañana, en su posesión y la del gabinete que escogió, estará acompañado por dos ministros: el del Interior, Juan Fernando Cristo, y el de Medio Ambiente, Gabriel Vallejo, y espera al Director Nacional de Planeación, Simón Gaviria.
Formación
Es especialista en: Derecho Administrativo, de la Universidad de Caldas; en Administración Pública, de la Universidad Antonio Nariño, y en Derecho Penal, de la Universidad de Caldas.
Apoyos
Para llegar a la Alcaldía, fue avalado por el Partido Liberal línea del representante por Caldas a la Cámara Mario Castaño, y lo apoyaron Opción Ciudadana, Alianza Social Independiente, Autoridades Indígenas de Colombia, amigos de Arturo Yepes, un concejal de la U y otro de Cambio Radical.
Absuelto
En el 2009 la Fiscalía lo acusó del delito de concusión por un contrato de distribución durante su paso por la Licorera. Estuvo bajo medida de aseguramiento, pero lo absolvieron. Fue el mismo caso en el que el exgerente de la Licorera Carlos Arturo Fehó fue condenado.
Desde la otra orilla
El senador liberal antioqueño Luis Fernando Duque, quien apoyó para la Alcaldía de Manizales a Luis Roberto Rivas, dijo en plena campaña que aunque el Partido le hubiera entregado el aval a otro candidato (Octavio Cardona), consideraba que para bien de la ciudad se debía buscar otra opción de más experiencia.
Ahora afirma que no ha tenido la oportunidad de relacionarse directamente con Cardona, pero que entiende que es un profesional comprometido y que espera que sea un alcalde enfocado a solucionar las necesidades de la ciudad. “La voz del pueblo es la voz de Dios, y hay que respetarla. Acató la voluntad de lo que se dio en las urnas. Al alcalde le deseo éxitos y espero contribuirle en lo que requiera para la ciudad, y lo que no esté bien manejado se deberá corregir a través de la crítica constructiva”.
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