La sede ubicada en el barrio Linares, de Manizales, estuvo cerrada desde el 2011 y se reabrió en febrero pasado. Allí un grupo se psicólogos apoyan niños que han sido víctimas de abuso sexual u otro tipo de vulneración a los derechos.
Según el Instituto, para este año se beneficiarían unos 1200 niños. 600 que son de ayuda terapeútica (que han sufrido abuso sexual y que necesitan apoyo) y los otros 600 de difícil adopción. Con los de difícil adopción el programa es ditinto, pues busca que cuando sean mayores de edad puedan estudiar una carrera universitaria o en el Sena, para que puedan acceder al mundo laboral rápidamente.
Cabe aclarar que estos menores ya están a cargo del ICBF.
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