MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Tenía que pintar la fachada del negocio, pues llevaba un año y medio sin mantenimiento, sucia y colmada de grafitis, pero sin ser vidente sabía lo que iba a suceder y adivinó.
El dueño de la ferretería Hijos de Héctor Gallego Mesa, en la Avenida Paralela con calle 61, a media cuadra del Estadio Palogrande, cuenta que la empresa Pintuco le patrocinó los materiales, que calcula en unos $3 millones, y se demoraron unos 4 días en la labor. Duró dos semanas limpia, con la fachada en colores azul y amarillo resplandecientes.
La dicha poco duró. Se perdió el trabajo y la inversión hecha, pues los grafiteros vieron, cual magnífico mural, la oportunidad para rayar a su antojo.
Impotencia
Esto ocurrió el pasado 23 de septiembre en la noche, después del partido Once Caldas-América de Cali. Al otro día, domingo, una empleada de la ferretería pasó por el lugar y casi llora con lo que vio: la fachada, recién pintada, con grafitis de colores negro, rojo y rosado. Solo unas pequeñas paredes se salvaron ese día.
"Temíamos que esto iba a pasar, pero era necesario el cambio en la fachada, estaba peor. No tiene sentido denunciar, lo que les hacen a los infractores es golpearlos. No vale la pena", dice el propietario, que no quiso dar su nombre.
Los vecinos también le manifestaron su rabia, pues algunos siguen siendo víctimas de los grafiteros, por eso no se atreven a invertir en pintura de fachadas, incluyendo de edificios.
"Lo que se vive es impotencia ciudadana. Ahora, la idea es volver a pintar cuando pase la temporada de lluvias, a ver qué pasa. Es un problema de conciencia, de caos social; una mentalidad muy pobre la de dañar, hacer lo que ellos quieren y no respetar", agrega el propietario.
Impune
Su propuesta es educar a la gente y no reprimir, destinar unos sitios de la ciudad con murales visibles donde puedan expresarse sin que le hagan daño a los dueños de propiedades privadas, algo parecido a los tableros que tienen en los colegios Universitario y Tecnológico.
Limpiar las paredes de lo que se veía el pasado jueves lo calculaba en $500 mil, sin contar el valor de la pintura ($65 mil cada galón) ni la mano de obra ($7 mil el metro cuadrado).
Ayer, al mediodía, todas las paredes de la fachada de esta ferretería ya tenían grafitis. Los vándalos que los hicieron no aparecen y ni siquiera los policías que monitorean las cámaras de seguridad se pillaron esta falta al Código de Convivencia Ciudadana.
Jhon Jairo Vásquez, apodado el Loco, vocero de Holocausto Norte, repudió la situación. Al consultarle si lo habían hecho hinchas de este grupo acudió al sitio y aclaró: "Ningún grafiti es de la barra, son de colectivos grafiteros, ahí está la firma. En toda esa zona no hay un solo grafiti nuestro. Hemos tenido muchas discusiones con ellos porque por su culpa nos señalan a nosotros".
Agregó que han logrado disminuir el grafiti callejero en un 90% con campañas como los murales de los que se han hecho cargo algunos integrantes en diferentes puntos de la ciudad, el arreglo de fachadas de casas que habían rayado cerca al estadio y la pintura que hicieron a 350 bancas en parques y zonas verdes.
"Algunas veces la gente, al no conocer la subcultura que maneja la barra, ve un grafiti que dice Once y lo asocia con nosotros, cuando no somos la única barra que tiene el equipo. Atacamos fuertemente que rayen la ciudad, no está bien hecho rayarle la casa a una persona que le invirtió dinero, pero también es grave que siempre nos acusan y nos culpan de todos los grafitis. No falta el pelado que ande con su aerosol, pero en esa fachada no hay ninguno con nuestra simbología".
Lo que dijo el secretario de Gobierno de Manizales, John Heberth Zamora, de este problema.
- ¿La cámara de seguridad en las afueras del estadio pudo detectar al infractor que pintó la fachada?
Me acabo de enterar que la fachada fue rayada. Habría que mirar ese día del partido la grabación que queda y nos reportan las cámaras del circuito cerrado de televisión de la Policía Nacional.
- ¿La cámara en ese punto está funcionando?
Sí, no he recibido reportes de que no esté funcionando.
- ¿En esos casos qué hace un ciudadano afectado con los grafitis?
Las grabaciones de estas cámaras no se pueden ir entregando al primer ciudadano que las pida, hacen parte de una cadena de custodia en materia penal. Es una contravención de Policía que puede dar lugar a una sanción, pero antes debe iniciarse un proceso administrativo en el que el denunciante manifieste si conoce a quien rayó la propiedad.
- ¿Si no lo reconoce qué hace el ciudadano?
¿Cómo hace una inspección para indagar quién cometió el daño?, es complicado.
- ¿Pero para eso no es que sirven las cámaras de seguridad?
Pero cómo actúa la Administración si el ciudadano no denuncia. Las cámaras son una prueba por excelencia, con sus imágenes se han hecho capturas por el monitoreo que hace la Policía.
- ¿Qué sanciones impone el Código de Policía por pintar grafitis o rayar en propiedad privada?
Multa tipo dos, que son dos salarios mínimos legales mensuales vigentes ($1 millón 475 mil 434), pero puede ser conmutada con trabajo comunitario o hacer la reparación o el mantenimiento del inmueble (Artículo 140 numeral 9).
- ¿Han contemplado establecer muros para que pinten grafitis los colectivos que quieran hacerlo?
No lo tenemos contemplado.
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