MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Se sabe que cada tercer domingo de mayo en Colombia se celebra el Día de la Madre; sin embargo, muchos corrieron ayer con tal de llevarle un regalo a su progenitora y hacerla sentir la reina del hogar, y esto se palpó por la transitada carrera 23 de Manizales.
A las 11:20 a.m. de un domingo cotidiano, la tranquilidad es la protagonista de esta céntrica vía, quizá alterada por deportistas o algunas ventas domingueras, pero ayer pareció viernes o sábado tradicional lleno de mercancías.
Los andenes del corredor vial desde la calle 16 hasta la 32 se llenaron de compradores para escoger obsequios de todos los presupuestos, bien en el comercio formal o en el informal, que lograron un repunte de ventas con esta fecha.
Abastecidos
Entre manos y brazos de la gente se vieron regalos empacados, pero también predominaron arreglos florales envueltos en papel celofán transparente o estampado. Rosas, girasoles, aves del paraíso, cartuchos, margaritas, fueron entre otras las preferidas para homenajear a las madres, así fuera por un precio al doble de otra época. Por una rosa cobraron $2 mil.
Otro líder del día fueron las tortas, empacadas en cajas de cartón o de acetato, incluso las pastelerías se vieron repletas y atendiendo por turnos. “Quién tiene el 8”, se escuchó decir desde afuera a una dependiente. Y ni qué decir del pollo asado o apanado, que se convirtió en opción para almorzar en familia. Los restaurantes que los preparan y venden por la 23 se observaron bien abastecidos para atender a los comensales.
“El almuerzo está rico, bien pueda”, dijo una empleada de restaurante para invitar a la gente a seguir. Ya casi eran las 12:00 m. y las personas seguían caminando y comprando.
“La bolsa, la bolsa”, “llévela”, encoró un vendedor informal; mientras otros ofrecieron anchetas con dulces, muñecos y bandejas con frutas que no faltaron en cada cuadra de las 16, para que los caminantes lograran adquirir un regalo para la mamá en su día.
Cogidos de la tarde
* Gloria Jaramillo, barrio Bengala: Uno siempre está como ocupadito en el trabajo y a veces deja todo para última hora. Soy contadora, y en la semana no me había quedado tiempo de salir a comprar el regalo para mamá.
* Adrián Marín, barrio Las Américas: Estoy comprando flores para completar el regalo, que es la invitación a almorzar. Voy con mi mamá y mi novia, Camila Quintero, a celebrar juntos.
* Andrés López, barrio San José: Vamos comprando regalos de última hora porque así somos los manizaleños, siempre dejamos todo para última hora. El trabajo nos hizo retrasar. La carrera 23 está llena de ventas y se consigue lo que usted quiera, los precios son cómodos.
* María del Carmen Patiño, barrio Villacarmenza: Uno siempre deja para última hora, y el último día quiere ir a compartir con alguna persona especial y llevarle un detalle, como yo, que le llevo a una señora para que no se sienta solita, también llevo el almuerzo para compartir entre todos.
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