
LA PATRIA|MANIZALES
El clima entre los empleados de la Universidad de Manizales está polarizado. La creación de un sindicato y el retiro de las primas extralegales para los trabajadores administrativos son las razones principales.
El enfrentamiento está entre los afiliados a Asoden (Asociación de Empleados y Trabajadores de Instituciones Educativas Públicas y Privadas de Colombia) y los que se hacen llamar empleados no sindicalizados. Hay letreros en contra y a favor de uno y otro bando en los corredores, carteleras y paredes de la institución, y las fiestas de fin de año se aguaron para quienes ya tenían comprometidas las bonificaciones.
El polvorín comenzó el 15 de octubre de este año cuando Asoden se presentó como el sindicato de empleados administrativos. "Nació porque creemos que unidos podremos conseguir una mejores condiciones de trabajo, unos derechos y garantizar estabilidad", explicó el presidente, Maximiliano Bernal.
Añadió que entre sus objetivos está la aprobación de una convención colectiva. Son 50 miembros. Según sus cuentas, en la institución hay 200 empleados, de ellos 120 tienen contrato a término fijo y 80 a término indefinido.
"Retaliación"
Según el grupo asesor del Ministerio del Trabajo en Caldas, el sindicato se registró el 22 de octubre de este año. Para conformarlo solo tenía que llenar el formulario, integrar un grupo de mínimo 25 personas y presentar estatutos y acta de fundación.
Luego de estos trámites, como lo indica la ley, el sindicato notificó a las directivas de la Universidad de Manizales. 15 días después el Consejo Superior decidió retirar los beneficios que por una cláusula de liberalidad se entregaban cada año a los empleados administrativos. Esta les extendía derechos que el sindicato de profesores Asprofum había adquirido en convención colectiva, incluía primas extralegales en diciembre y Semana Santa y auxilios educativos para los trabajadores, sus hijos y cónyuges.
"Quitar ese auxilio fue muy grave y generó una crisis tremenda. Era un reconocimiento que se venía aplicando hace 20 años y lo retiraron tras la aparición del sindicato. Lo justificamos como una retaliación", puntualizó Bernal.
En respuesta Duván Emilio Ramírez, presidente del Consejo Superior y decano de la Facultad de Ciencias contables, económicas y administrativas, explicó que no se trataba de una represalia. "La decisión forma parte de la misma liberalidad de la Universidad para otorgarlos o no, como lo venía haciendo. Por ejemplo, desde el 2010, los empleados nuevos ya no los recibían".
"No al sindicato"
Los trabajadores han trabajado bajo una fuerte tensión laboral. El 30 de octubre se publicó el comunicado que retiraba los beneficios y de inmediato cambió el ambiente. Aparecieron carteles con mensajes como: "¿Quién les dio derecho a pensar y a decidir por los demás? No al sindicato" o "No me sindicalizo, porque en la universidad encontré estabilidad laboral y económica".
Estos mensajes figuran a nombre de un grupo que se autodenomina No sindicalizados. Según empleados que están a favor de esta respuesta, están buscando un acuerdo colectivo con la Universidad para renegociar lo perdido, pero sin contar con el sindicato.
"Pienso que la institución nos ha brindado muchas posibilidades y la conformación de un sindicato para conseguir casi que por la fuerza cosas que nos habían dado, realmente no se justifica", opinó Gonzalo Gallego, empleado no sindicalizado.
A mediados de octubre ocurrió el primer acercamiento con los líderes de Asoden y los administrativos. Tras esa reunión algunos empleados manifestaron su desconcierto, porque no sabían de las intenciones, intereses y objetivos para la creación de la asociación.
"Dicen que luchaban por nosotros, pero no nos contaron antes", afirmó un empleado. Para algunos el sindicato fue una medida improvisada, que apresuró el retiro de los beneficios. "Hablaban que nos iban a quitar las primas, pero eso era un rumor de cada año, el sindicato aceleró las cosas", comentó otro trabajador.
Según Maximiliano Bernal, la renovación de la cláusula era una incertidumbre que sufrían los empleados cada año. "Teníamos condiciones laborales aceptables, teniendo presente que a futuro se nos avecinaban unos cambios en la relación laboral con la institución".
Respalda su afirmación en el hecho de que los empleados administrativos no son un estamento dentro de la universidad y por tanto no tienen ni voz, ni voto en el Consejo Superior, ni un representante que participe en las decisiones que les atañen. Actualmente el Consejo Superior está integrado por dos decanos, dos representantes de los profesores, un egresado y dos representantes estudiantiles.
"Es su derecho"
"Ellos tienen todo el derecho a formar un sindicato y confiamos en que al momento de negociar también pensarán en el futuro de la universidad", aseguró el presidente del Consejo Superior. Sin embargo, afirmó que para entrar a negociar la Universidad tiene que empezar de cero. Por lo tanto la convención colectiva de los profesores no puede servir de base.
Asprofum, el sindicato de docentes apoyó a Asoden y ha manifestado su desacuerdo con la decisión del Consejo Superior. "Es un atropello total, quitar de un pupitrazo unos derechos otorgados desde hace 20 años. Afecta a la gente humilde, que no tiene recursos para pagar lo que le quitaron", declaró Lázaro Valencia, tesorero de Asprofum.
Los representantes estudiantiles aseguraron que el voto de sus líderes fue en contra de la medida. "Consideramos que es pertinente conocer las opiniones de los administrativos sobre sus condiciones laborales", escribieron en un comunicado. Además se mostraron dispuestos a debatir para escuchar todas las opiniones y contribuir a mejorar el clima de la Universidad.
Mientras tanto, el sindicato se reúne con la comisión negociadora nombrada por el rector Guillermo Orlando Sierra Sierra y tendrán hasta el 18 de diciembre para llegar a un acuerdo. "Esperamos que para esa época tengamos buenas noticias, pues la Universidad ha estado dispuesta a negociar", concluyó Maximiliano Bernal.
Datos
- El comité técnico de la Subcomisión de políticas de concertación salarial y laboral de Caldas citó para su primera reunión de enero al rector de la Universidad de Manizales, Guillermo Orlando Sierra. El objetivo es que el directivo explique las razones del retiro de beneficios y así se fomente el diálogo entre las partes afectadas. Este comité está integrado por empresarios, miembros de la Central Unitaria de Trabajadores y representantes del Ministerio del Trabajo.
- La cláusula de liberalidad es un mecanismo legal que entrega derechos de manera voluntaria y que se renueva cada año, por ende no se toma como un derecho adquirido de los trabajadores que la reciben, según explicó el grupo asesor del Ministerio del Trabajo seccional Caldas.
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