Delegados de por lo menos 10 instituciones de educación superior del país, que se siguen acogiendo a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) elaboran un documento para exponer que no están de acuerdo con metodologías y mecanismos de decisión de este movimiento estudiantil.
La situación se presentó en Manizales, después de dos días de deliberaciones para elegir a 25 estudiantes que serán los interlocutores para concertar una metodología con el gobierno Nacional en la construcción de la nueva ley de educación superior para el país (ver recuadro Los miembros del Comité Operativo).
A la ciudad llegaron el pasado sábado universitarios de diferentes regiones que se amanecieron ayer en esta labor. Sin embargo, miembros del Comité no consideran que haya división.
Felipe Marín, elegido para el Comité de la MANE, estudiante de Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad de Caldas y representante al Consejo Académico, afirma que se confunde la pluralidad, propia del movimiento estudiantil, con la disidencia.
"En la MANE hay un sinfín de posturas que han mostrado es que enriquecen la discusión, lejos de estar en el camino de dividir el movimiento estudiantil. Nombrar vocerías muestra cohesión en la Mesa, que el problema es mínimo", señala Marín.
Sin embargo, los delegados que no salieron muy satisfechos del encuentro quieren hacer una declaración oficial que se conocería esta semana.
Con voz regional
Marín explica que el Comité empezará a desarrollar debates con otros sectores porque la elaboración de la nueva ley, que intentan oponer a la del gobierno nacional hundida por las movilizaciones de los estudiantes el año pasado, debe tener participación de la sociedad.
La propuesta de los estudiantes parte de que el movimiento estudiantil es plural y amplio y por ello subsisten muchas visiones sobre cómo debe construirse, pero la unidad es el Programa Mínimo, que tiene seis puntos básicos.
Hablan de financiación estatal o gratuidad de la educación como derecho, bienestar universitario, libertades democráticas, autonomía universitaria, calidad o excelencia académica y la relación que debe guardar la universidad con la sociedad.
Para Marín la Mesa es un espacio que desde su constitución ha logrado cohesionar las regiones, no como otros sectores dicen, que la propuesta está centralizada en el pensamiento de estudiantes de Bogotá y que poco se tiene en cuenta lo que opinan en las regiones.
"Esto se demuestra en que muchos de los voceros somos estudiantes de universidades regionales. Existen espacios y escenarios que permiten que las regiones tengan voz y estén en igualdad con el resto de regiones y con Bogotá", sostiene Marín.
La participación de comunidades afrodescendientes es otra crítica a lo que sucede en la MANE. Marín defiende el movimiento porque asegura que han hecho debates sobre cómo asumir el tema, entendiendo que la Nación, por sus características de riqueza étnica, repercute y se expresa en este grupo.
"Pero no es el sentir del estudiantado afrodescendiente, de hecho los compañeros afro elegirán un vocero para completar el Comité Operativo. Están ajustando sus dinámicas y mecanismos internos".
Forma de dividir
Óscar Aponte, otro miembro del Comité, estudiante de Sociología en la Universidad Nacional de Bogotá, expresa que la dinámica de la MANE siempre ha tenido fundamento en lo local. "Estas reuniones nacionales como el Comité Operativo, las reuniones de las comisiones, la asamblea general, no tendrían sentido si no hubiera construcción desde cada universidad e instituciones de educación superior en las regiones".
Para Aponte estas versiones son parte parte de una campaña de deslegitimación de la MANE como espacio organizativo. "Ayer había más de 60 instituciones de educación superior presentes en Manizales con delegados elegidos en espacios democráticos locales. El punto no es si un vocero es de una región o de otra sino que son voceros de la construcción de la educación como un derecho".
Al preguntarle sobre la reunión que tuvo la ministra de Educación, María Fernanda Campo, el pasado jueves en Bogotá con representantes estudiantiles del país para involucrarlos en la nueva ley de educación superior, Aponte señala que con ello se ve que el gobierno busca legitimar una propuesta y fragmentar lo que viene construyendo el movimiento estudiantil.
¿Qué viene ahora para la MANE? Andrés Rincón, estudiante de la maestría en Estudios Políticos, en la Universidad Nacional en Bogotá, afirma que el trabajo es hacer realidad la metodología para construir la propuesta alternativa.
"Esa tarea se acompañará de movilizaciones en las calles visibilizando las propuestas del movimiento estudiantil. También se harán foros y debates públicos a los que queremos invitar al gobierno".
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