ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES
La edificación que ocupó el Colegio Alfonso López Pumarejo, al lado del Instituto Universitario de Manizales, agoniza. Su enfermedad es el abandono, pues desde que lo cerraron, en 2010 por deterioro, no lo han intervenido.
Como es un Monumento Nacional, declarado así en 2003, solo se puede tocar con el visto bueno del Ministerio de Cultura. Este debe asistir el próximo martes, 28 de mayo, a una audiencia de una acción popular que ordenó un Plan especial de manejo para la vetusta estructura, pero que aún no se ha hecho (ver enlace Ni con acción popular han arreglado el antiguo Alfonso López).
LAPATRIA.COM recorrió el edificio de bahareque que tomó vida para responder algunas preguntas.
Diálogo
- ¿Cómo así que dos años y medio después de que cerraron el colegio, aún no le meten la mano?
Y aún me usan como bodega, con eso le digo todo. Desde que me cerraron se habló de convertirme en un call center, que fue descartado, y la idea que más ha sonado es usarme como centro cultural, pero tampoco se ha concretado. Lo grave es que cada día me pongo peor, se me caen pedazos de canaletas, cielos rasos, ventanas y paredes; el comején y el polvo acumulado por no barrer me provocaron rinitis crónica, y solo resulto atractivo para las ratas. Estoy solo y olvidado.
- ¿Pero no lo han visitado concejales de Manizales, funcionarios de la Alcaldía y de la Gobernación, y particulares con propuestas para recuperarlo?
Pues más consuelo me ha dado el celador que viene todos los días de 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana, porque las otras visitas no pasaron de eso, recorridos, jalones de orejas para los responsables y buenas intenciones. Aunque, pensándolo mejor, pregúntele a la Alcaldía a ver si ya tiene algo concreto (ver enlace Ni con acción popular han arreglado el antiguo Alfonso López).
- ¿Qué piensa de que algunos transeúntes pasen al frente suyo indiferentes?
De pronto no saben quién soy, otros se hacen los de la vista gorda. A los primeros les recuerdo que nací en 1912, ¡hace 101 años!, y toda mi vida la dediqué a la educación, aunque al principio también fui sede de una guarnición militar. Dí a luz al Instituto Universitario en 1914 y a la Universidad de Caldas en 1943; luego fui el hogar de la Concentración Juan XXIII, y del colegio Alfonso López Pumarejo, del que se despidieron 466 estudiantes. A ellos les dije en una frase escrita en el tercer piso: "querido alumno te vas y yo me quedo triste, y solo te pido que no me olvides".
- ¿Para qué le ha servido ser declarado Bien Cultural de Interés Nacional?
Para aparecer en la lista de monumentos, supongo.
María Corona Ríos, vendedora en caseta contigua
El edificio está para caerse, hay rotos por donde usted mire. Me da nostalgia, porque allí tuve una cafetería por tres años.
Jesús Lotero, exrector
Me da tristeza, porque fue declarado monumento nacional, pero mire el deterioro. Se desconoce su pasado.
José Reinel Arias, vendedor de dulces
Desde que quitaron parte de la reja, eso se convirtió en baño y basurero. Se levantan los malos olores.
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