LA PATRIA | MANIZALES
Pese a que en la semana de Feria de Manizales no se registraron muertes violentas, al cierre de esta ocurrió un hecho trágico, cuando José Llolián Sánchez Obando, de 47 años, fue atacado en la noche del sábado con un arma blanca en la carrera 25 con calle 22, y falleció en Assbasalud de San José a causa de las heridas que le propinaron.
Según las versiones preliminares, la víctima fue atacada en una riña, una patrulla lo trasladó al centro de salud, pero no pudieron salvarle la vida. Así mismo, se descartó que fuera un intento de robo, pues portaba todas sus pertenencias. Personal del CTI hizo la inspección técnica del cadáver.
Aficionado al fútbol
José Llolián, era hijo de José Orlay Sánchez, comandante de los Bomberos Voluntarios de Manizales, quien fue futbolista aficionado durante 24 años, pero una lesión lo alejó de las canchas, sin embargo, eso no impidió que dejara el fútbol. Fue director técnico de varios equipos, incluso en la empresa en la que laboraba. Esa afición la heredó Llolián.
Este veterano bombero voluntario recuerda al segundo de sus cuatro hijos como un gran hijo, excelente padre, respetado amigo y tan entregado a su familia, que en diciembre prefirió gastar su dinero en regalos para ella, antes que comprarse por lo menos un pañuelo. Añadió que no le conocía defecto alguno y tampoco algún problema.
A sus 47 años era un activo jugador de fútbol. Hizo parte de varios clubes de la ciudad e incluso hace poco participó en el torneo de Los Reyes Magos. Ese deporte lo alternaba algunas veces con el ciclismo. Actualmente laboraba fabricando sistemas de seguridad y era amigo cercano de Álvaro González, dirigente de la Federación de Fútbol, quien le colaboraba a José Llolián y a su padre para armar equipos.
Sin pistas
Sobre la muerte de José Llolián, su padre no tiene certeza. Cuenta que lo único que sabe es que ese día su hijo estuvo en una fiesta de 15 años de la sobrina de su compañera sentimental en el centro de Manizales, de allí salió hacia su casa en el barrio La Isla, pero nunca llegó.
Su hermana, preocupada, lo llamó a las 2:00 de la mañana, pero al otro lado de la línea le contestó una mujer que le aseguró que él estaba muerto. José Orlay cuenta que las autoridades no le han dado muchas razones sobre lo que pudo haber pasado, pero espera que se esclarezcan pronto las causas del crimen, ocurrido en un céntrico sector de Manizales por donde transitan muchas personas.
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