FELIPE MOTOA FRANCO
LA PATRIA | MANIZALES
¿El proceso de paz va a paso lento o rápido?
Va relativamente rápido, a buen ritmo y este año se puede terminar hacia noviembre. Sin embargo me parece útil la opinión de expertos internacionales como la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad de Barcelona: dicen que el proceso de Colombia va muy rápido. Otros que implementaron el proceso de paz de Guatemala y trabajaron con las Naciones Unidas nos dicen que en Colombia se está andando demasiado rápido, lo que no es tan bueno porque se preguntan a qué hora se va a preparar todo el posconflicto.
En algunas tendencias políticas se habla de posconflicto. Pero cuando uno visita zonas golpeadas por la guerra se encuentra que no hay reparación ni garantía de no repetición. ¿Qué visión tiene sobre este punto?
Las negociaciones que históricamente se han hecho con los grupos ilegales no han logrado que sea una única negociación, sino negociaciones a destajo, con una y otra organización. En teoría, no se ha terminado el conflicto. Pero en algunas regiones y con algunas organizaciones se habla de posconflicto. Esto genera una ambigüedad. La terminación de la confrontación armada es un anticipo para avanzar en el posconflicto.
¿Qué es esencial después de firmarse un acuerdo de paz, si se logra?
Yo prefiero hablar de posacuerdo más que de posconflicto. Reparar a las víctimas es fundamental. Hay que transformar los territorios de violencia, con desarrollo agrario integral y sostenible, dotación de infraestructura, servicios de salud y educación, sustitución de cultivos ilícitos por producción de orden alternativo y sostenida.
¿Qué opina de refrendar los acuerdos con una consulta popular?
La refrendación es necesaria, no por razones jurídicas sino por legitimidad política. Va a ser un tema de controversia, porque el Gobierno adelantó una reforma legal para hacer referendos durante las votaciones, por tratar de resolver un tema complejo que es el umbral del 20% de votos para que estos tengan validez. No creo que los diálogos de La Habana se terminen antes de las votaciones de octubre.
Usted ha criticado al expresidente Álvaro Uribe por estar en contra de las actuaciones del Gobierno Santos durante el proceso de paz, ¿por qué?
Álvaro Uribe tiene una inquina personal con el presidente Juan Manuel Santos y eso condiciona todos sus comentarios, se lleva por los cachos a todo tipo de personas.
¿Entre esos Antanas Mockus y su marcha por la paz, que según Uribe está pagada por Santos?
Uno puede estar en contra de las propuestas de Mockus, pero es un hombre con reconocimiento ético. Su Corporación Visionarios sí tiene un contrato con la presidencia para elaborar pedagogía relacionada con el proceso de paz. Pero es malintencionado asociar eso con la iniciativa de una marcha por la paz. Además el Gobierno Uribe también usó recursos para promover iniciativas relacionadas.
¿Y no cree que ese dinero contratado con Visionarios puede ser un pago por el apoyo que Mockus le dio a la reelección de Santos?
Siempre he tenido diferencias con Antanas Mockus, más no cuestiono su integridad ética.
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