
EFE | LA PATRIA | Bogotá
La comunidad internacional repudió ayer los ataques perpetrados contra recintos diplomáticos estadounidenses en Egipto y Libia, y lamentó la muerte del embajador en el último país, Chris Stevens, y otros tres funcionarios en el consulado en Bengasi.
La ONU, según señaló su secretario general, Ban Ki-moon, en un comunicado, condena "en los términos más enérgicos el ataque" acaecido en Libia este martes y recordó que las autoridades libias deben proteger las delegaciones diplomáticas situadas en su país.
En el mismo sentido, la Unión Europea, a través de un comunicado de la jefa de la diplomacia Catherine Ashton, indicó que el Gobierno libio está en la obligación de "tomar sin retraso todas las medidas necesarias para proteger las vidas de todos los diplomáticos y extranjeros que trabajan en Libia".
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien condenó "rotundamente" el ataque, señaló que "es importante que la nueva Libia continúe avanzando hacia un futuro pacífico, seguro y democrático".
El Vaticano clamó por el "respeto profundo por las creencias, los textos, los grandes personajes y los símbolos de las diferentes religiones", ya que es una indiscutible "premisa esencial de la convivencia pacífica de los pueblos", según dijo su portavoz Federico Lombardi.
El ataque al consulado estadounidense en Bengasi, al igual que uno previo, también el martes, a la embajada en El Cairo, que no tuvo víctimas, fueron el colofón de manifestaciones de protesta desencadenadas después de que la televisión egipcia diera a conocer imágenes de un vídeo del director israelo-estadounidense Sam Bacile, en el que se critica al Islám y se caricaturiza a Mahoma.
Gobiernos de todo el mundo se solidarizaron con EE.UU. y con la familia de las cuatro víctimas y condenaron los ataques.
El Gobierno ruso afirmó que condena "firmemente el ataque contra las delegaciones extranjeras y sus funcionarios como fenómeno terrorista que no puede tener ninguna justificación".
El primer ministro italiano, Mario Monti, subrayó que su país no acepta este "gesto atroz" y permanecerá "al lado de las autoridades de la nueva Libia democrática, que no escatimarán esfuerzos para impedir que la nueva era de Libia sea secuestrada".
El presidente francés, Francois Holande, pidió que "se identifique a los responsables y que se les lleve ante la Justicia".
Suiza y España, a través de sus ministros de Asuntos Exteriores, también hicieron llegar sus condolencias al presidente de EE.UU. y a las familias de los cuatro funcionarios muertos en la protesta, que según indicó la cadena CNN citando fuentes oficiales, fue planeada con antelación.
Al tiempo, los Gobiernos de Canadá, México, Argentina, Brasil y Chile se mostraron asimismo solidarios con el Gobierno de Estados Unidos.
"La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el pueblo argentino expresan su más firme condena al ataque perpetrado contra el Consulado de los Estados Unidos de América en la ciudad de Benghazi", señala un comunicado de la Cancillería argentina.
El Gobierno brasileño, tras repudiar "vehementemente" los ataques, recordó la obligación de que los países observen el principio de inviolabilidad de las representaciones diplomáticas y consulares", tal como se establece en las Convenciones de Viena de 1961 y 1963.
En el mismo sentido, el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, John Baird, dijo que el ataque en Libia fue "sin sentido", y exhortó a las autoridades a que lleven a los "extremistas responsables" ante la justicia.
El Ejecutivo chileno "expresa su más enérgica condena al atentado terrorista" cometido en Bengasi y expresó su confianza en que estos hechos "no afectarán el proceso democratizador en el que está empeñada la sociedad libia".
En un breve comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana (SRE) "expresa su solidaridad al Gobierno de Estados Unidos y a los familiares de las víctimas".
"Costa Rica manifiesta su rechazo absoluto al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, y condena particularmente los atentados perpetrados contra objetivos y funcionarios diplomáticos así como cualquier tipo de acción que atente contra la vida e integridad personal de los agentes diplomáticos", indicó la Cancillería de ese país en un comunicado.
Chris Stevens es el primer embajador de EE.UU. que muere en un atentado desde 1979.
Washington. El presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió ayer "justicia" por la muerte del embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, al asegurar que "ningún acto de terror" hará que Estados Unidos "se rinda" y ordenó elevar las medidas de seguridad en las embajadas de todo el mundo.
"Que no haya lugar a dudas: se hará justicia", dijo el mandatario en una declaración desde la Casa Blanca en la que lamentó que el ataque coincidiera con el undécimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Obama agregó que su Gobierno trabajará con el de Libia para procesar a los responsables del ataque de este martes en la ciudad libia de Bengasi que causó la muerte del embajador en el país y de otros tres ciudadanos estadounidenses.
Los ataques en Libia se produjeron el martes tras manifestaciones de protesta contra un vídeo realizado por Sam Bacile, un israelí-estadounidense, en el que se critica el islam y se caricaturiza la figura del profeta Mahoma.
Previamente, un grupo de manifestantes había penetrado en el complejo de la embajada de EE.UU. en El Cairo, del que arrancaron la bandera estadounidense, también en respuesta al vídeo del que se habían transmitido extractos en un canal egipcio.
"Desde nuestra creación, EE.UU. ha sido una nación que respeta todas las religiones. Rechazamos todos los esfuerzos para denigrar las creencias religiosas de los otros. Pero no hay absolutamente ninguna justificación para este tipo de violencia sin sentido", indicó Obama, acompañado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
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