LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
En Ecuador inauguraron hace una semana un Centro de Rehabilitación Social que albergará a unas 2.700 personas. El empeño puesto en su diseño dará un nuevo significado a las condiciones carcelarias de los presos en este país.
La construcción la realizaron en el sector de Ictocruz, en la parroquia Turi, de la ciudad de Cuenca. Su extensión es de 40 mil metros cuadrados, en los que clasificarán técnicamente a los presos. Allí habrá talleres de manualidades, aulas de clase, bibliotecas, lugares de recreo, entre otros.
“Es un edificio para casi dos mil personas, con unos muros que los aíslan de la sociedad, que tiene la zona de gobierno, viviendas, espacios de trabajo y una escuela. Se puede comparar con una ciudad.”, afirmó Pablo Esteban Ochoa, arquitecto ecuatoriano vinculado al proyecto del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos de este país.
Concentrados para construir
Según el arquitecto Ochoa, el Ministerio de Justicia necesitaba implementar un nuevo modelo de instituto penitenciario. “La idea surgió debido a que los edificios estaban en deterioro y no cumplían su funcionalidad de rehabilitar a las personas. Son espacios de castigo inadecuado para el tratamiento psicológico, además no ayudan al fortalecimiento de vínculos familiares y son peligrosos porque no tienen salidas de emergencia”.
Trabajaron 20 arquitectos y un equipo de 250 personas de ingenierías eléctricas, hidrosanitarias, estructurales, de impacto ambiental y geólogos, quienes investigaron desde el 2006 en 17 centros de reclusión ecuatorianos y cárceles de Argentina, Colombia, Chile y España.
Esta miniciudad tuvo estudios desde el diseño de las cocinas, las dietas de las personas, el tratamiento de los residuos hasta el plan de siembra en huertos.
El diseño empezó en el 2011 y se terminó en un año, y su construcción acabó hace una semana.
Caminos controlados
La construcción tiene un eje central de circulación compuesto por el parqueadero, la administración, las zonas de visitas y de servicios, y los pabellones. Entre cada uno hay filtros que conectan y separan de estos espacios. Estos, a su vez, cuidan los trayectos para evitar conflictos de seguridad.
Los reclusos tienen una ruta específica que conecta un edificio con otro, sin cruces que no sean programados, lo que aumentará la seguridad. Por ejemplo, si el de un pabellón tiene una visita, debe tener una ruta y horario específico. No tiene por qué cruzarse con las personas que están yendo de su pabellón a la cocina, porque cada uno tiene sus rutas.
“Al final es como un laberinto. Un circuito de vías que organiza los flujos de personas, pero sin duplicar las circulaciones”, aclaró Ochoa.
Destacado
En este lugar no solo diseñan el espacio, sino también el tiempo de movilidad de los reclusos.
Amigable con el ambiente
Para la energía hicieron un estudio de geometría solar para saber cómo es la ubicación del sol a diferentes horas del día. Así se orientaron los ventanales y aberturas en lugares altos, para que no existan zonas de oscuridad dentro del edificio y esté iluminado naturalmente.
“Si nosotros sabemos de dónde viene el viento y sabemos cuáles son los cambios de temperatura, podemos hacer que el pabellón tenga renovaciones de aire natural”, comentó el arquitecto.
Para mejorar la temperatura de las celdas, todas están orientadas al sol de la tarde y esas paredes van a recibir seis horas de radiación, se van a calentar y todo ese calor que reciben se va radiar en las noches.
Beneficios para la comunidad
Será un centro de rehabilitación que va a traer desarrollo a la comunidad, según explicó Ochoa. “Se hizo un plan urbano de 270 hectáreas para un plan general de sistema de agua potable, de abastecimiento de energía eléctrica, dos nuevas vías que conectan la ciudad con el Centro, sistemas de seguridad y de transporte”.
La inversión para esas obras asciende a los 8 millones de dólares.
En cifras
La nueva penitenciaria, que reemplazará a las de Azogues, Macas y Cuenca albergará a hombres y mujeres, de las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.
La población carcelaria de las tres provincias de 1.610 internos; 960 del Azuay, 350 del Cañar y 300 de Morona Santiago, es decir, el 60% de su capacidad.
El dato
El arquitecto Pablo Esteban Ochoa asistió al Taller Ágora, del programa de Arquitectura de la Universidad Católica de Manizales.
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