
Oscar René Oliva
EFE | LA PATRIA|Guatemala
Las comunidades rurales del noroeste de Guatemala, las más pobres y vulnerables del país y también las más afectadas por el terremoto del miércoles, luchan por volver a la normalidad con la ayuda de miles de socorristas y soldados, y la solidaridad de otros países.
El primer cargamento de ayuda humanitaria para los damnificados fue despachado ayer por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) hacia las comunidades rurales de San Marcos y Quetzaltenango.
Esos dos departamentos y los de Quiché, Sololá, Huehuetenango, Totonicapán y Retalhuleu, donde se concentra la mayor cantidad de población indígena y la pobreza y marginalidad del país, fueron declarados el jueves en "estado de calamidad" por el presidente Otto Pérez Molina debido a los daños causados por el sismo.
Hasta el momento, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) contabiliza 52 fallecidos, al menos 200 heridos y 22 desaparecidos, pero las cifras definitivas pueden variar a medida que avancen los trabajos de rescate y levantamiento de escombros.
El gobierno asegura que tiene recursos para hacer frente a la emergencia causada por el terremoto, pero también reconoce que la fase de reconstrucción "no será fácil". Países como Estados Unidos, Canadá, Taiwán, Venezuela, España, Colombia, México y Costa Rica, según Pérez Molina, le han ofrecido su colaboración y ayuda.
La declaración de estado de calamidad, que durará 30 días y que prohíbe las concentraciones, espectáculos, el porte de armas de fuego y limita la locomoción, permitirá atender con más rapidez a los damnificados por el sismo, según las autoridades.
Cientos de socorristas y soldados colaboran con los pobladores de las comunidades afectadas en limpiar los destrozos y planear la reconstrucción. A los bomberos, soldados y miembros de la Cruz Roja guatemalteca se unió un grupo de siete integrantes de la Brigada de Rescate Topos de México.
Las autoridades aún no han cuantificado los daños materiales ni lo que costará la reconstrucción, pero ya se ha determinado que quedaron destruidas 554 viviendas y otras 1.529 sufrieron desperfectos, y hay reportes de derrumbes y grietas en carreteras.
Duro golpe
Según la Encuesta de Condiciones de Vida del 2011 elaborada por el estatal Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en los siete departamentos en estado de calamidad los niveles de pobreza van desde un 53,73 (Quetzaltenango) hasta un 77,47 % (Sololá).
El departamento de San Marcos, el más golpeado por el terremoto, según las cifras oficiales, tiene un índice de pobreza del 68,54 %, mientras que en Totonicapán es del 73,29 %, en Quiché del 71,85, Huehuetenango el 60,50 & y Retalhuleu, la zona del epicentro del terremoto, del 59,24 %.
En febrero pasado, el presidente Pérez Molina puso en marcha en San Juan Atitán (Huehuetenango), con una prevalencia del 91,4% de desnutrición crónica, su programa "hambre cero" que beneficia a 166 de los 334 municipios de Guatemala.
El movimiento telúrico del miércoles es el más fuerte desde el terremoto del 4 de febrero de 1976 que dejó 25.000 muertos.
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