
Fernando Prieto Arellano
EFE|LA PATRIA.
La oleada de violencia que viven Israel y Palestina se centró ayer en Jerusalén, escenario de cuatro apuñalamientos de palestinos a israelíes.
La tensión se cebó con la ciudad desde la mañana, cuando un joven palestino de 19 años fue abatido por la policía tras tratar de apuñalar a un agente que le dio el alto y le ordenó que sacara la mano del bolsillo cuando pretendía cruzar la Puerta de los Leones, una entrada a la ciudad vieja, que lleva a la Vía Dolorosa.
Según la versión policial, el joven sacó un cuchillo del bolsillo y llegó a apuñalar al agente, pero le alcanzó en el chaleco protector, por lo que no logró herirle.
Horas más tarde, tenía lugar otro ataque, cuando se dio el alto a una joven palestina cerca de Ammunition Hill, en la divisoria que separa el este del oeste de la ciudad.
Un agente le pidió que mostrase el contenido de su bolso, momento en el que la joven habría sacado un cuchillo y habría atacado a un guarda de fronteras, que resultó herido leve.
Según la versión de la Policía, los agentes la "neutralizaron" con disparos en los que resultó herida grave.
Poco después tuvo lugar otra agresión con arma blanca, esta vez en la colonia judía de Pisgaz Zev, en el este de la ciudad, zona ocupada por Israel desde 1967.
En este caso, dos palestinos atacaron a un israelí de 24 años con un cuchillo, hiriéndole de gravedad, y en la huida agredieron también a un adolescente de 13 años que paseaba en bicicleta y que se encuentra ingresado en situación crítica, según la oficina de información policial.
En el cuarto ataque, un hombre murió al ser abatido tras herir a otras dos personas. Según la versión policial, que calificó el suceso de "ataque terrorista", un hombre trató de quitarle el arma a un soldado dentro de un autobús en un acceso a Jerusalén, a la altura del Centro de Convenciones y el puente de Calatrava.
En un primer momento, el atacante habría intentado estrangular al soldado, tras lo que sacó un cuchillo, con el que le hirió.
Sería una intifada
A la escalada de violencia en Israel y Palestina aún no le llaman intifada, y tampoco tiene una dirección clara, ni mucho menos jerárquica, pero sí podría tener un origen religioso, canalizado a través de las redes sociales.
Este extraño movimiento desde el pasado 1 de octubre se ha cobrado la vida de cuatro israelíes y 28 palestinos, según fuentes oficiales de ambos lados.
"Si llega a haber una tercera intifada, esta será diferente de las anteriores porque no hay un liderazgo concreto tras ella", afirmó la periodista israelí Smadar Perry, del diario Yediot Aharonot, en un encuentro con un grupo de periodistas europeos de visita en la zona. La primera, conocida como "Intifada de las piedras", ocurrió entre 1987 y 1993, y la segunda, o Intifada de Al Aqsa, fue entre el 2000 y el 2005.
De hecho, señaló Perry, sigue habiendo coordinación entre los aparatos de seguridad de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina, pese a lo manifestado por el presidente palestino, Mahmud Abás, en la Asamblea General de la ONU el pasado 30 de septiembre, cuando dijo que, ante el estancamiento del proceso de paz, no se puede esperar que su gobierno respete los Acuerdos de Oslo.
En opinión del periodista del Yediot Ron Ben Yishai, considerado entre los mayores expertos israelíes en asuntos de seguridad y defensa, "no hay una mente que dirija este movimiento", en el que se observa una "peligrosa mezcla" de elementos "de frustración" social con otros "de carácter religioso radical."
Según Yishai, ese elemento religioso radical "tiene su origen en las mezquitas", donde se ha gestado el mensaje de "Al Aqsa está en peligro", en alusión a las pretensiones de ciertos elementos ultranacionalistas judíos de cambiar el "status quo" de la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este.
Ese mensaje surge de manera natural -en una clásica espiral de "acción-reacción"- ante los discursos que algunos diputados israelíes de extrema derecha han pronunciado en la Kneset (Parlamento de Israel), donde han hablado del Monte del Templo (la denominación judía de la Explanada) como un lugar judío.
Lo que comporta ese mensaje, señala, Ben Yishai, es la intención de "derribar Al Aqsa" y todo lo que ella supone, máxime considerando que es el tercer lugar más sagrado en la jerarquía del islam tras La Meca y Medina.
En todo caso, y como bien apunta Ben Yishai, "haya o no haya intifada", se le llame o no se le llame así, "las fuerzas de seguridad israelíes van a matar a muchos palestinos" en el tiempo que dure esta revuelta, "y cada palestino muerto nos acercará más a una verdadera intifada", sostiene.
4 israelíes y 28 palestinos han muerto desde el primero de octubre pasado en la oleada de violencia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015