
EFE | LA PATRIA | Caracas
Miles de chavistas y opositores partieron ayer de nuevo en dos la capital con sendas marchas multitudinarias que muestran la división entre quienes respaldan al Gobierno de Nicolás Maduro, y quienes piden “elecciones ya”, las dos visiones de un país cada vez más polarizado.
Con la jornada de ayer se completa exactamente un mes de la escalada de tensión política en el país detonada por la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que dejaba sin poder al Parlamento venezolano, el único de los poderes públicos en manos de la oposición.
La marcha opositora, que partió desde varias zonas de Caracas, fue disuelta por los cuerpos de seguridad cuando intentaba llegar hasta las sedes del Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, al primero para protestar su decisión contra el Parlamento, y al segundo para reclamar una actuación imparcial en unas futuras elecciones.
En una marcha, que partió desde el oeste de la capital, resultó herido en la cabeza un diputado opositor, y la multitud fue dispersada con gases lacrimógenos.
Lo mismo ocurrió con la marcha que partía desde el este y que fue disuelta por los efectivos de seguridad cuando pretendía tomar una avenida principal de la ciudad que conecta con el oeste.
Al mismo tiempo, otra multitudinaria manifestación chavista recorría el centro de Caracas para llegar hasta la Avenida Bolívar y dar su respaldo a Maduro, eje del gobierno de la llamada “revolución bolivariana”, símbolo de la continuidad del legado del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
A pesar de la amenaza de lluvia, los simpatizantes del Gobierno se congregaron en varios puntos de Caracas, resguardados por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB, policía militar).
Varias tarimas fueron escenarios para la organización y logística y para que los dirigentes chavistas transmitieran sus palabras a los presentes.
Uno de ellos fue el exparlamentario Freddy Bernal, quien desde una tarima en La Campiña, en el este de la ciudad, pidió marchar con “convicción” y “con la misma lealtad a Chávez y al presidente Nicolás Maduro”.
En consonancia con Bernal, una trabajadora de una filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) dijo que celebraba la fecha como “un día de honra” y de “dignificación” de aquellos venezolanos que, según ella, fueron “visibilizados” gracias a Hugo Chávez.
Las convocatorias oficialistas respondían también al llamado del Gobierno venezolano a manifestarse en favor de la paz y en rechazo a la violencia que, asegura, promueve la oposición.
Maduro anunció a los asistentes la convocatoria del “poder constituyente originario” de “la clase obrera”, una fórmula para conformar una Asamblea Nacional Constituyente como la única alternativa, según dijo, de lograr la paz en el país y vencer el supuesto “golpe de Estado” en su contra.
La Asamblea Constituyente requiere de la elección de representantes de la ciudadanía para reformular el Estado con la modificación de, al menos, partes de la actual Constitución vigente en el país desde 2000.
El anuncio de Maduro generó enseguida el rechazo de la oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que llamó al “pueblo” a “rebelarse” ante la convocatoria “fraudulenta” del presidente a modificar la Constitución, una movida que consideró es otro “golpe de Estado”.
“Lo que ha pasado hoy (...) es el golpe de Estado más grave en la historia venezolana, es Nicolás Maduro disolviendo la democracia y disolviendo la república, frente a eso la Unidad Democrática y los diputados de la Asamblea Nacional llamamos a rebelarse al pueblo de Venezuela”, dijo el presidente de la Cámara, Julio Borges, como vocero de la MUD.
Los opositores han respondido a la decisión de Maduro con nuevas convocatorias de protesta callejera.
Para anoche, la MUD instó a un cacerolazo masivo en todo el país, sobre todo para los que viven en el oeste de la capital, donde se ubica el palacio presidencial de Miraflores, dijo Borges.
Mañana (hoy), anunció, también se realizará una sesión en la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) en la que se discutirá “lo que significa este golpe de Estado” y se darán detalles para una “mega acción de calle” para el miércoles.
Las protestas y manifestaciones que se han dado en el país durante el último mes, a favor y en contra del Gobierno, muchas de ellas con desenlaces de violencia, han dejado un saldo de 29 muertos, centenares de lesionados y detenidos.
El abogado constitucionalista venezolano Hermann Escarrá aseguró que a través de la Asamblea Nacional Constituyente convocada ayer por el jefe de Estado, Nicolás Maduro, no se prevé aplicar “modificaciones sustanciales” a la Constitución vigente, aprobada en 1999.
El anuncio de Maduro fue rechazado por los opositores como el dos veces candidato a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles: “Frente al fraude constitucional de constituyente que acaba de anunciar el dictador, pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura!”.
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