EFE | LA PATRIA | Ciudad del Vaticano
Benedicto XVI se marcha tras haber marcado las líneas de renovación y purificación de la Iglesia, en un pontificado de casi ocho años que ha estado marcado por los casos de clérigos pederastas y el escándalo Vatileaks, que puso al descubierto las tramas e intrigas en el Vaticano.
Con casi 86 años y escasas fuerzas físicas, aunque en plenas facultades mentales, Joseph Ratzinger pasa el testigo a un papa que tenga -según dijo en su discurso de renuncia- el vigor "tanto de cuerpo como de espíritu para gobernar la Barca de San Pedro y anunciar el Evangelio".
A Benedicto XVI le ha tocado vivir unos años convulsos en la Iglesia Católica, donde han aflorado cientos de casos de abusos sexuales cometidos por clérigos a menores que pusieron en la picota a las iglesias de Irlanda, EEUU, Alemania, Austria y Bélgica, entre otras, y hasta le salpicaron a él.
No le pillaron por sorpresa, ya que pocos días antes de ser elegido papa -el 19 de abril de 2005- denunció "cuánta suciedad y cuánta soberbia hay en la Iglesia y entre los que por su sacerdocio deberían estar entregados al Redentor".
Y así, poco después de llegar al papado, comenzó con la limpieza de esa suciedad, empezando con el fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcial Maciel, castigado por pederasta.
Los cambios
Benedicto XVI declaró "tolerancia cero" hacia los abusos, lo que supuso un giro de 180 grados respecto a lo que se hacía hasta entonces, donde se imponía el silencio o el simple alejamiento del pederasta, muchas veces a centros con otros niños.
Pero no fue lo único, reformó el Código de Derecho Canónico e introdujo el delito de posesión de pornografía infantil por el clero y exigió que los culpables sean denunciados a la justicia, convencido de que "el perdón no sustituye a la justicia".
Pero cuando las aguas parecían calmarse, el "Vatileaks" sacudió en 2012 al Vaticano y puso en la picota a la Curia Romana, al desvelar intrigas y corrupción en el pequeño estado.
Según algunos medios, el papa decidió renunciar tras conocer los informes sobre el Vatileaks y tras comprobar que no podía meter en cintura a la curia romana, fuertemente enfrentada.
Estos escándalos le causaron tristeza, según reconoció, pero no hasta el punto de renunciar y siempre ha mantenido que no se puede abandonar el rebaño cuando se acercan los lobos.
Ratzinger se va tras haber creado un "ministerio" para la nueva evangelización y dejando en manos del futuro papa las negociaciones para cerrar el cisma abierto en la Iglesia en 1988 por el grupo tradicionalista conocido como "lefebvrianos" que no aceptan el Concilio Vaticano II, y el dossier sobre el Vatileaks.
También ha aprobado normas para la transparencia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el banco del Vaticano, que se visto salpicado durante años por numerosos escándalos financieros internacionales.
En estos ocho años robusteció un pontificado que ha tenido como puntos cardinales el diálogo entre fe y razón, el ecumenismo, proseguir el trabajo trazado en el Concilio Vaticano II y la defensa a ultranza de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
Benedicto XVI defendió en todos los foros y en todos los países que visitó a la familia como célula básica de la sociedad, el matrimonio entre un hombre y una mujer y la libertad de educación.
El avance del secularismo y el relativismo fueron fuentes de preocupación constante para el papa teólogo, quien durante su pontificado ha intentado devolver a Cristo al centro de la vida de la Iglesia y del hombre en un mundo que -no se hartó de denunciar- vive de espaldas a Dios y cree que ya no le necesita.
Dictadura del relativismo
Ratzinger denunció que en el mundo actual se va configurando una dictadura del relativismo, "que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo lo de cada uno y sus deseos".
Durante el sínodo de Obispos sobre la Eucaristía, de 2010, afirmó que cuando Dios es desterrado de la vida pública y solo se le admite como "cosa privada" no hay tolerancia, sino hipocresía.
Benedicto XVI ha defendido el celibato sacerdotal y ha cerrado las puertas del sacerdocio a los homosexuales, pero ha concedido más dispensas que Juan Pablo II a los curas para que se casen.
Durante su pontificado intentó mejorar las relaciones con los judíos, pero se registraron fuertes controversia por levantar la excomunión a un obispo que niega el Holocausto (lo que hizo al desconocer esa realidad) y acelerar la beatificación de Pío XII, al que los judíos acusan de haber callado ante la Shoah.
En este tiempo abrió las puertas de la Iglesia Católica a los tradicionalistas anglicanos contrarios a las medidas aperturistas de la Comunión Anglicana, como la ordenación de mujeres y de homosexuales como obispos, estimados en medio millón.
También intentó adelgazar la Curia, para hacerla más eficiente, pero con escaso éxito. La reforma es de los temas pendientes.
Benedicto XVI ha sido de los pontífices más sensibles con la ecología y ha denunciado la erosión, la deforestación, el expolio de los recursos minerales y de los océanos.
Hoy terminará el pontificado de Joseph Ratzinger y los cardenales de todo el mundo entrarán en el cónclave para escoger al nuevo papa de la Iglesia católica.
Bogotá. Monseñor José Daniel Falla, secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, anunció que todas las iglesias del país harán sonar sus campanas como un gesto de agradecimiento al Sumo Pontífice.
La actividad se realizará a las 2:00 de la tarde hora colombiana de hoy, mientras en El Vaticano son las 8:00 de la noche, hora que estableció el Papa para finalizar su pontificado.
Pese a que no se tiene planeada realizar una ceremonia en específico, monseñor Falla invitó a que se realice una misa en honor a Benedicto XVI en las iglesias del país.
El Secretario General dijo que el mensaje que dio ayer el Papa en la Plaza de San Pedro reafirma "la certeza de que lglesia la va dirigiendo Jesucristo" y resaltó la necesidad de que haya "una mayor purificación".
*Información de Colprensa.
Lo que dicen en Caldas*
En Risaralda
Diego Osorio, técnico en radios
Me parece que durante su pontificado fue bueno en su labor de evangelización por el mundo, en bien de los católicos.
Óscar Valencia Zapata, comerciante
Benedicto XVI realizó una buena labor de evangelización, dejó una gran imagen, a pesar de lo ocurrido por su enfermedad. Pienso que no debería haber renunciado.
Palestina y Chinchiná
José Luis Cardona Dávila, Palestina
Aunque no conozco mucho de su gestión, creo que su labor estuvo a la altura de su dignidad como máximo jerarca de la Iglesia católica. Razonable su decisión de renunciar al pontificado por quebrantos de salud.
José Uriel Marín, Chinchiná
En los ocho años de pontificado su labor fue ejemplar y provechosa para la Iglesia. Su dimisión fue acertada porque reconoció sus limitaciones de salud para continuar en el cargo.
Guillermo León Valencia, Chinchiná
Su labor fue loable. La nueva evangelización que promulgó, acrecentó la fe en el mundo católico. Su renuncia fue inteligente y con ella nos está enseñando que las gente no debe anquilosarse en los cargos.
En Aranzazu
Sor Alicia Izquierdo, hija de la Caridad de San Vicente de Paúl
Me parece magnífica, pues como persona y como jerarca de la Iglesia católica asumió con responsabilidad el papado, a pesar de que muchos contradictores no lo ven así por desconocimiento de su labor apostólica. Su renuncia nos deja grandes lecciones de humanidad, sencillez, responsabilidad y amor a la iglesia.
Jesús Antonio Martínez, diácono
Es una labor maravillosa, porque ha sido de los que ha acompañado siempre a los papas anteriores. Fue quien
promovió el actual catecismo de la Iglesia católica, que se está utilizando para la nueva evangelización y para profundizar más sobre nuestra fe.
En Manizales
Jorge López, La Sultana
Mirar los problemas que dejó Benedicto XVI para que los resuelva.
Javier Rivera, La Asunción
Espero que sea un buen papa y alguien ejemplar para los feligreses.
José Silvano Peralta, Seminario Mayor de Manizales
Amar a la Iglesia católica y conocer la realidad por la que atraviesa, que conozca cómo está la sociedad.
Isabel Gómez, Medellín (Antioquia)
Combatir la corrupción que hay en el Vaticano.
Luis Guzmán, Riosucio (Caldas)
No me imagino ni cómo será.
Carlos Tabares, San Jorge
La reconciliación de los pueblos.
Susana Tabares, San Jorge
Combatir la pobreza en el mundo y mejorar la calidad de vida de los que están en peores condiciones.
Juan Carlos Quintero, La Enea
Centrarse en albergar la juventud y contarle la verdad al mundo de todo lo que está oculto en El Vaticano.
Martha Revelo, Malabar
No sé cuáles son las funciones que tiene el papa.
Humberto Torres, Villamaría (Caldas)
Estar hasta el final del pontificado como lo hizo el papa Juan Pablo II.
Paula Ortega, Villamaría (Caldas)
Que esté como Juan Pablo II, que acompañó a los católicos hasta su muerte.
Santiago Román, Neira (Caldas)
Recuperar la creencia que han perdido la mayoría de feligreses.
Sandra Román, Neira (Caldas)
Castigar con severidad a los sacerdotes pederastas.
Alejandro Serna, Chinchiná (Caldas)
Velar por los intereses de los demás y que no se mame a mitad del camino.
Gloria Malaver, Fátima
Transformar más la iglesia en el sentido que debe inculcar los valores como se hacían antes.
Martha Botero de Villegas, Triángulo
Acercar más a los católicos con la Iglesia y difundir la doctrina de Cristo como la misericordia y caridad.
*Información de corresponsales
Caracas. El cardenal venezolano, Jorge Urosa, asegura que las supuestas luchas internas dentro de la Iglesia católica ante la elección de un nuevo papa son una "fábula" y destaca la autenticidad y franqueza de Benedicto XVI por una decisión en la que no hay que buscar "cinco patas al gato".
En una entrevista con Efe, el también arzobispo de Caracas reconoció que podría haber un papa latinoamericano, aunque subrayó que lo más importante no es de dónde venga sino que sea el "profeta de Cristo", destacando que entre las tareas que deberá afrontar están la renovación interna y la lucha contra el "secularismo".
A punto de partir para Roma, donde participará en el cónclave para la elección del papa, que, según dijo, podría ser el 10 o el 11 de marzo, monseñor Urosa destacó la personalidad y el legado de Benedicto XVI, quien hoy dejará de ser la cabeza de la Iglesia.
El papa Benedicto XVI, que hoy renuncia a la silla de San Pedro, se dirigirá a partir de las 5:00 de la tarde a Castelgandolfo, su nueva residencia durante los próximos dos meses.
Castelgandolfo, una localidad que dista una treintena de kilómetros al sur de Roma y se alza en el lado oeste del lago Albano, debe su nombre a la familia Gandolfi, que estableció sus dominios en esa zona en el siglo XII.
Los Gandolfi fueron los que mandaron a construir el castillo que en el siglo XIII pasó a la familia Savelli y que estos vendieron a su vez a la Cámara Pontificia en 1596.
Propiedad de los papas desde entonces, sobre su emplazamiento se construyó el palacio utilizado más tarde como residencia estival pontificia.
El Papa Urbano VIII ordenó al restaurador de la basílica de San Pedro, el arquitecto Carlos Maderna, la edificación del palacio, el cual se llevó a efecto entre 1624 y 1629.
Luego, la residencia se fue agrandando bajo los papados de Alejandro VII, Clemente XIII y Alejandro VII, quien encargó a Bernini la construcción de la iglesia dedicada a Santo Tomás de Villanueva.
Hoy, el palacio y los jardines ocupan 55 hectáreas de terreno, un territorio más grande que el Vaticano.
El Papa Benedicto residirá allí hasta que finalice la reestructuración del monasterio del Vaticano, su hogar definitivo.
"Pido que recen por mí y por los cardenales llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro".
"Agradezco el respeto y la comprensión con la que ha sido acogida mi decisión de renunciar al papado y reitero que lo he tomado con plena libertad".
"Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres".
*"Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos".
*"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme".
"Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia".
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