EFE | LA PATRIA | HELSINKI
El presidente ruso, Vladímir Putin, llega a la cumbre de Helsinki con la intención de convencer a su colega estadounidense, Donald Trump, de que Rusia no es una amenaza, como primer paso para mejorar las maltrechas relaciones bilaterales.
"La tensión actual no tiene fundamentos objetivos. La Guerra Fría hace mucho que terminó. La época de la aguda confrontación ideológica de la Unión Soviética y Estados Unidos es cosa del pasado", dijo en vísperas de la cumbre Yuri Ushakov, asesor de Putin.
El Kremlin llevaba mucho tiempo detrás de un cara a cara en toda regla entre los dos líderes, confiado en poder impedir que Estados Unidos siga haciendo de las sanciones económicas su principal instrumento en las relaciones con Moscú.
La frágil cooperación económica entre los dos países y cómo mejorarla es de los asuntos que quiere tratar Putin, que hará "propuestas concretas en este sentido a Trump", aseguró Ushakov.
A Rusia no solo le preocupan las sanciones directas de Washington, dañinas para la economía del país, sino sobre todo el carácter extraterritorial de esas medidas, que fuerzan a su cumplimiento a terceros países, lo que amenaza sectores y empresas estratégicas para Moscú.
Así, Putin intentará que su colega deje de presionar a Alemania y a otros países europeos para que renuncien a aumentar sus compras de gas ruso y cancelen el proyecto del gasoducto Nord Stream II por el fondo del mar Báltico.
"En nuestra opinión, es una cuestión de libre competencia económica. La postura estadounidense nos parece contradictoria con las reglas del comercio internacional", dijo al respecto Ushakov.
El presidente ruso es consciente de que la política interior en EE.UU. no da margen para aflojar la presión sobre Rusia, y lo repite cada vez que se refiere a su colega de la Casa Blanca, al que excusa por su "forzado" apoyo a las sanciones contra Moscú impulsadas por el Congreso de ese país.
Pero al menos espera encontrar un aliado en el imprevisible y emocional Trump, y ponerle las cosas algo más difíciles al "establishment" de Washington, que culpa al Kremlin de los males del mundo actual, desde la supuesta injerencia en las elecciones de EE.UU. hasta el respaldo al "sanguinario" al régimen sirio.
Por lo demás, la agenda internacional en la que los dos potencias tienen intereses es tan amplia como reducidas son las opciones para que lleguen a consensos más allá de palabras y buenas intenciones.
Las posturas de Moscú y Washington son radicalmente opuestas en la mayoría de los asuntos que se debatirán en el Palacio Presidencial de Helsinki.
De los pocos asuntos en los que se suele hacer mayor esfuerzo para lograr el consenso es el desarme nuclear, que según adelantó Ushakov "puede ser un tema clave en la cumbre".
Se acaba el tiempo para prorrogar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III), que expira en febrero del 2021, y Moscú reitera su interés en renovar el documento firmado en 2012 por los entonces presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev.
El inicio de las conversaciones sobre este asunto podría presentarse hoy como resultado concreto de la cumbre, algo que no sucederá con el polémico escudo antimisiles estadounidense, de los temas que más preocupan a Putin.
La salida de Washington del Tratado sobre Misiles Antibalísticos en 2002 le abrió la puerta para desplegar su escudo, una iniciativa considerada por Moscú como una grave amenaza a su seguridad y al equilibrio estratégico que garantizaba la destrucción mutua en caso de que una de las dos partes lanzara un ataque con armas nucleares.
Siria, Ucrania, el programa nuclear de Irán, la presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses del 2016 y las hostilidades diplomáticas entre los dos países serán otros temas a tratar en la primera cumbre entre Putin y Trump.
En vísperas de la cumbre se ha hablado del supuesto interés de EEUU en retirar sus tropas de Siria y pedirle a cambio a Moscú que presione a Irán para que haga lo mismo.
La cumbre empezará con un cara a cara entre los presidentes, seguirá con un desayuno de trabajo en presencia de otros miembros de las delegaciones y concluirá con una rueda de prensa conjunta en el Palacio Presidencial.
Cerca de 2 mil personas marcharon ayer por el centro de Helsinki unidos en su condena a las políticas de inmigración de Donald Trump y su voluntad de construir un muro con México, la homofobia impulsada por el Kremlin, la falta de libertades y el encarcelamiento de activistas en Rusia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aconsejó a la primera ministra británica, Theresa May, que demandara a la Unión Europea (UE) en lugar de negociar los términos del brexit, según confesó ayer May en una entrevista en la cadena pública BBC.
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