EFE | LA PATRIA | MADRID
El Partido Popular (PP) reforzó ayer su posición tras ganar por mayoría absoluta las elecciones en la región de Galicia, sin saber el efecto que podrá tener en la política nacional, bloqueada por la falta de Gobierno con competencias plenas desde diciembre del 2015.
Unos 2,7 millones de gallegos y 1,7 millones de vascos asistieron ayer a las urnas en unas elecciones destinadas a renovar los Parlamentos regionales de Galicia y el País Vasco. En esta última región el Parido Nacionalista Vasco (PNV) ha obtenido mayoría simple.
Los populares, que con el gallego Mariano Rajoy gobiernan en funciones en España desde hace nueves meses, confirman que Galicia es uno de sus principales graneros de votos ya que mejoraron sus resultados frente al temor a una victoria corta que llevara a un pacto de sus rivales de izquierdas.
Con el 94,77 % del voto escrutado, el PP habría conseguido 42 diputados en una cámara gallega compuesta por 75 escaños, lo que otorga a Alberto Núñez Feijóo el honor de ser el único presidente regional con mayoría absoluta de las 17 comunidades autónomas en España.
Por su parte, en el País Vasco, con el 99,93 % escrutado, los nacionalistas del PNV, con 29 escaños, se han quedado a nueve de la mayoría absoluta. Nueve diputados que podrían obtener con un pacto con los socialistas o con el PP, ya que ambos han alcanzado esa misma cifra, por detrás de los independentistas de EHBildu, con 18 escaños, y la coalición izquierdista Podemos, con 11.
Desbloqueo
Esta cita electoral en ambas regiones históricas era vista con gran interés en la política española por su eventual influencia a la hora de desbloquearla, ya que el país carece de Gobierno con plenas funciones desde hace nueve meses.
Las elecciones legislativas de diciembre de 2015 y su repetición en junio pasado depararon un Congreso fragmentado que impidió que los partidos lograran ponerse de acuerdo para formar una mayoría de Gobierno.
El socialista Pedro Sánchez, en marzo, y el actual jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy (PP), hace tres semanas, fracasaron en su intento de ser elegidos al frente del Gobierno por el Congreso de los Diputados.
Hasta el 31 de octubre hay plazo para que Felipe VI proponga un nuevo candidato, pero el rey ha anunciado que prefiere dar tiempo a los partidos para que intenten ponerse de acuerdo.
No está claro si los comicios regionales de ayer permitirán superar el bloqueo, aunque es probable que los flojos resultados de los socialistas, que han bajado en las dos regiones, no ayudarán al socialista Sánchez, a quien el PP reclama que facilite un Ejecutivo en España con su abstención en el Congreso de los diputados.
Sánchez niega reiteradamente esa hipótesis y hace unos días anunció que volverá a intentar un acuerdo con Podemos y con los liberales de Ciudadanos para lo que denomina un "gobierno de cambio".
Esa meta es difícil, porque Ciudadanos y Podemos se consideran incompatibles y porque el propio Sánchez cuenta con el rechazo de una parte de su formación, que prefiere que el PSOE pase a la oposición, ya que cuenta con 85 escaños en un Congreso de 350, mientras que el PP tiene 137.
En los próximos días los partidos analizarán el panorama y, en ese sentido, parece relevante la reunión del Comité Federal del PSOE -su máximo órgano directivo- el próximo sábado donde los críticos a Sánchez plantearán batalla al líder.
La jornada electoral tuvo algunos contratiempos. La Ertzaintza (policía vasca) retiró pasquines y algunos carteles de contenido político en colegios electorales de dos localidades, mientras que en Galicia se produjeron pequeños percances relacionados con retrasos y falta de material en las mesas.
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