
Sara Gómez Armas
Efe | LA PATRIA | La Habana
Los equipos negociadores del Gobierno y las Farc saludaron el premio Nobel de la Paz concedido al presidente Santos como un espaldarazo al acuerdo final y un impulso para desbloquear el proceso de paz tras el decepcionante resultado del plebiscito para ratificar el pacto.
Para el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, el galardón es un reconocimiento al liderazgo y persistencia del mandatario, pero también a las víctimas que participaron en el proceso, en representación de las más de siete millones de víctimas que han padecido el conflicto armado más largo del continente.
Por su parte, el jefe negociador de las Farc, Iván Márquez, alias de Luciano Marín Arango, deseó que el Nobel dé la fuerza necesaria para sacar adelante el acuerdo de paz, que busca una vida digna a todos los colombianos.
Comunicado
Las partes concluyeron en la capital cubana una intensa semana de reuniones para buscar una salida a los acuerdos de paz alcanzados en agosto, y firmados el 26 de septiembre el Cartagena, pero que no fueron ratificados por los colombianos en el plebiscito del pasado domingo.
En un comunicado conjunto leído a la prensa, los equipos negociadores del acuerdo defendieron desde La Habana que ese documento contiene las medidas necesarias para garantizar la paz y abogaron por seguir escuchando a toda la sociedad en un proceso rápido y eficaz que permita una pronta solución al conflicto.
Las delegaciones reconocieron la necesidad de escuchar a los sectores de la población que votaron por el No para entender sus preocupaciones y definir pronto una salida, aunque matizaron que las propuestas de ajustes y precisiones que resulten de ese proceso serán discutidas entre el Gobierno y las Farc para dar garantías a todos.
Mensaje a la ONU
Los dos equipos apoyaron el compromiso del presidente Santos de prolongar el alto el fuego bilateral y definitivo del pasado 29 de agosto y, para afianzarlo, se acordó un protocolo de seguridad dirigido a prevenir cualquier incidente en la zona de pre-agrupamiento para "asegurar un clima de seguridad y tranquilidad".
Por ello, también solicitaron a al secretario general de la ONU y al Consejo de Seguridad que autorice ya a la Misión de Naciones Unidas en Colombia a ejercer las funciones de monitoreo, verificación y resolución de diferencias durante el cese el fuego.
Esa misión debería haber comenzado a funcionar al entrar en vigor el acuerdo final de paz alcanzado el pasado agosto tras casi cuatro años de negociaciones en La Habana y rubricado por Santos y Timochenko en el pasado 26 de septiembre en Cartagena con un amplio apoyo de la comunidad internacional, que en estos momentos está paralizado tras el triunfo del No en el plebiscito.
Tras ese varapalo en las urnas, Santos mantuvo durante toda esta semana encuentros con los partidos políticos y los defensores del No, encabezados por los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, para desbloquear la situación en paralelo a las reuniones en La Habana de los equipos negociadores.
El No se impuso en el plebiscito con el 50,21% de los votos contra el 49,78% del Sí, en una jornada en la que la abstención fue del 62,57%.
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