Álvaro Mellizo
Efe | LA PATRIA | Montevideo
El presidente uruguayo, José Mujica, regresó de su gira por los EE.UU., que discurrió entre el aplauso y la admiración dignos de una estrella de rock, con el importante éxito de haber mantenido su imagen de comprometido guerrillero izquierdista y ser reconocido por Washington como líder regional.
La atípica figura del mandatario, un veterano luchador social de 78 años, enemigo de las formalidades y reconocido por su simple y austero modo de vida, caló profundamente en el "establishment" de Washington, donde obtuvo prácticamente todo lo que fue a buscar en medio de alabanzas a su figura y su Gobierno.
Apoyo en temas educativos y comerciales, la posible exención de los visados para entrar en EE.UU. a los uruguayos y el reconocimiento del derecho del país a tomar medidas contra el tabaco para defender la salud en mitad del pleito que mantiene Uruguay con la multinacional Philip Morris, fueron algunos de los asuntos que Mujica se trajo en la maleta a su regreso de Washington.
Credibilidad
Pero lo más destacado fue la recepción de primer orden con que contó, comenzando el lunes junto al presidente Barack Obama, quien lo definió como una persona de "extraordinaria credibilidad en asuntos de democracia y derechos humanos" y como un "líder en estos asuntos en todo el hemisferio".
Luego llegaron otras reuniones personales con el secretario de Estado, John Kerry, charlas ante universitarios, inversores, autoridades económicas e incontables entrevistas a medios estadounidenses, donde siguió cosechando halagos y parabienes.
Mujica solo tuvo problemas, pocos, en el frente interno, casi todos relacionados con sus habituales comentarios salidos de tono.
Así, su afirmación ante un grupo de inversores de que los uruguayos son holgazanes desató críticas entre empresarios, sindicalistas e incluso compañeros de partido, muchos de los cuales lo acompañaron en este viaje.
"Su presencia en la Casa Blanca tuvo una gran carga simbólica, por su pasado guerrillero y como enemigo del 'imperio'. No sabremos hasta dentro de un tiempo si se llevó algo en claro de la visita, pero de todas formas es aparente que el tratamiento que recibió en EE.UU. excede el tratamiento formal y hubo una evidente sintonía", dijo el analista político uruguayo Ignacio Zuasnabar.
Sin embargo, el presidente no dudó tampoco en plantearle a la Administración Obama temas espinosos, como la situación del embargo a Cuba, ni en decir que para América Latina lo mejor es que EE.UU. "no se meta".
"No cabe duda de que Mujica tiene en la opinión pública internacional una imagen muy positiva, que se basa en que es un dirigente que transmite valores en caída en el liderazgo político global: honestidad, austeridad y ausencia absoluta de corrupción", valoró Zuasnabar.
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