BEATRIZ PASCUAL MACÍAS
EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
Millones de inmigrantes indocumentados de Estados Unidos, desde California hasta Washington, se sienten hoy por primera vez libres tras el anuncio sobre inmigración del presidente Barack Obama, que les sabe agridulce por las muchas personas que aún seguirán en la sombra.
Al menos cinco de los más de once millones de indocumentados que residen en EE.UU. se beneficiarán de las medidas ejecutivas anunciadas por Obama en un discurso televisado, que cientos de personas siguieron anoche a través de teléfonos y iPads en una concentración ante la Casa Blanca, en el centro de Washington.
La parte clave del plan beneficiará a los indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y carecen de antecedentes criminales.
Estos indocumentados evitarán la amenaza de la deportación por tres años y obtendrán un permiso de trabajo, según el plan.
"Por primera vez me siento libre. Libre de andar por la calle sin miedo a la policía o libre de aplicar para un trabajo", dijo la mexicana Enriqueta Juárez, sobre la que pesaba una orden de deportación, que ahora queda suspendida y que vivía con el "miedo constante" de ser entregada a las autoridades fronterizas.
Sobre su marido, Óscar Alfaro, también pesaba una orden de deportación e incluso llegó a comprar el boleto para volver a Honduras, de donde es originario, cuando el servicio de inmigración le dijo que tenía que abandonar el país.
Finalmente no subió al avión y, gracias a la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes Casa de Maryland, consiguió un permiso de trabajo que le ha permitido continuar como organizador de jornaleros.
"Hemos vivido en carne propia esta lucha, hemos vivido el miedo a la deportación. Hemos sufrido mucho", destacó Juárez, quien, como su marido, se han beneficiado del anuncio de Obama gracias a que una de sus hijas, de cinco años, nació en Estados Unidos.
Sin embargo, las medidas tienen un sabor agridulce para muchos otros inmigrantes indocumentados, como Francisco Díaz, que lleva 16 años en el país y que, en abril pasado, viajó en bicicleta desde Miami hasta Washington para pedir al Congreso que aprobara la reforma migratoria.
"Cuando empecé en este tipo de activismo ya sabía que iba a ser el primero en el frente de batalla y el último en recibir el boleto", bromeó Díaz, quien no tiene hijos y derramó algunas lágrimas entre la alegría generalizada.
Acusan a Obama de emperador
El líder republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, acusó al presidente Barack Obama de actuar como un emperador o un rey al proponer de manera unilateral un paquete de medidas migratorias que regularizará a más de cinco millones de indocumentados.
"En lugar de trabajar juntos para arreglar nuestro sistema migratorio fallido, el presidente actúa por su cuenta. Y así no es como funciona una democracia", señala el republicano.
Boehner se suma así a la larga lista de legisladores de su partido que se han referido a Obama como emperador o monarca con el argumento de que las acciones ejecutivas que anunció sobrepasan sus poderes.
El paquete de medidas de Obama enfrenta la férrea oposición de la bancada republicana, que se debate sobre la dimensión de su contraataque tras este anuncio presidencial.
Por un lado, están los que piden llegar a máximos y usar la llave presupuestaria para forzar una nueva parálisis administrativa del Gobierno federal como la del año pasado; y por otro, los que se inclinan por bloquear cualquier fondo destinado a aplicar las medidas del presidente.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015