GUSTAVO MONGE
EFE | PRAGA | LA PATRIA
Un hombre armado abrió ayer fuego en el concurrido restaurante Amistad de la localidad de Uherske Brod, en el este de la República Checa, donde asesinó a ocho personas y dejó herida de gravedad a otra antes de suicidarse.
Las víctimas se encontraban almorzando cuando el asesinó entró en el restaurante y comenzó a disparar de forma indiscriminada contra los comensales con un arma de calibre 9 milímetros.
Este es el acto de violencia con mayor número de víctimas en el país centroeuropeo en los últimos 10 años, y el ministro de Interior, Milan Chovanec, descartó categóricamente que fuera un atentado terrorista.
"El hombre que lo hizo era de aquí, con más de 60 años", declaró el ministro, que se desplazó al lugar del suceso.
El responsable de Interior confirmó que el presunto autor del tiroteo contaba con una licencia de armas.
Un testigo que se salvó porque estaba en el baño durante el ataque declaró que había unas 20 personas comiendo y se efectuaron alrededor de 25 disparos.
De las ocho víctimas mortales, siete son hombres y una es una mujer, mientras que otra mujer ha sido ya operada tras recibir impactos de bala en el esternón y permanece en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de una localidad cercana.
El jefe nacional de la Policía, Tomas Tuhy, informó de que las unidades especiales que se desplazaron al lugar no tuvieron que intervenir porque el presunto atacante se suicidó antes.
Por el momento se desconoce el motivo, si lo hubo, de elegir ese concurrido restaurante como el lugar del ataque, más allá de que estuviera lleno de gente.
Lo que sí se sabe es que, minutos antes del ataque, a las 12:56, el presunto autor del tiroteo llamó por teléfono a la cadena de televisión privada Prima y avisó de sus intenciones.
"Nos dijo que tenía grandes problemas con muchas personas, que muchos le hacían daño y que no tenía otra salida, ya que las oficinas públicas no le ayudan y que, como tenía pistolas, lo iba a solucionar a su modo", según explicó Pavel Lebduska, redactor de la cadena Prima.
"Me di cuenta de que el hombre no estaba bien de la cabeza y llamamos enseguida a la Policía", añadió.
Patrik Kuncar, alcalde de esta localidad fronteriza con Eslovaquia, manifestó que no había que descartar que el presunto criminal sufriera alguna perturbación, y que disponía de dos armas de fuego.
"Hay en la ciudad un ambiente de miedo y la gente está aterrorizada", dijo el regidor al hablar de la conmoción de los vecinos.
Destacado
El supuesto atacante, de 62 años, no tenía historial delictivo y no había estado bajo tratamiento psiquiátrico.
Destacado
El suceso se produjo en Uherske Brod, localidad de República Checa con 17.000 habitantes, ubicada en la frontera con Eslovaquia.
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