MARÍA D. VALDERRAMA
EFE | LA PATRIA | PARÍS
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió al primer ministro, Édouard Philippe, que se reúna con la oposición y con los "chalecos amarillos" para buscar una salida a la crisis nacional provocada por sus protestas por la subida del costo de vida, mientras el movimiento insta a nuevas manifestaciones.
Macron se dejó ver a primera hora en la zona más afectada por los tumultos del sábado -el Arco del Triunfo y sus avenidas- para comprobar los daños provocados por las protestas contra la subida de impuestos al carburante.
Según fuentes del Elíseo, Macron instó a Philippe a reunirse con los jefes de los partidos con representación parlamentaria y con los representantes de los manifestantes, sin dar una fecha concreta, con la voluntad de "dialogar". Y solicitó además una "reflexión sobre la adaptación del dispositivo de mantenimiento del orden en el futuro".
Philippe podría encontrarse de nuevo con la inverosímil situación que vivió el viernes tras haber invitado a una delegación de "chalecos amarillos". Solo se presentaron dos miembros de este colectivo: uno que quiso guardar el anonimato y otro que se marchó minutos después de llegar ante la negativa del primer ministro a que se filmara la reunión.
Antes de irse, este "chaleco amarillo" dijo a la prensa que había recibido amenazas y presiones de otros miembros del movimiento para no acudir a la cita pues "no les representaba".
Sin organización de por medio y dada la diversidad y disparidad de visiones de los insurrectos -cuyo elemento común es únicamente vestir esta prenda de seguridad vial-, el diálogo se anuncia complicado.
En su tercer sábado de movilización contra la nueva subida de impuestos al carburante y el endurecimiento del costo de vida, la protesta se saldó con 682 detenciones en Francia (412 en París) y 263 heridos, entre ellos cinco graves y 81 miembros de las fuerzas del orden.
Los enfrentamientos con las autoridades y las imágenes de violencia, con establecimientos públicos y privados en llamas, vehículos calcinados y destrozos en un gran número de comercios se reprodujeron el sábado en menor o mayor escala en París, Marsella o Burdeos y los "chalecos amarillos" llaman ahora al "Acto 4".
En Facebook, red social que han utilizado para organizarse hasta la fecha y en la que líderes improvisados difunden sus consignas a través de vídeos en directo, un nuevo evento fechado el 8 de diciembre a las 7:00 de la noche marca la cita de la semana que viene: Acto 4: Todos al Elíseo (sede de la Presidencia).
Marine Le Pen, presidenta de la ultraderechista Agrupación Nacional (AN), y Jean-Luc Mélenchon, de la izquierdista La Francia Insumisa (LFI), solicitaron ayer la disolución del Parlamento y la instauración de una representación proporcional.
Tanto ellos como el líder de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, exigieron al Gobierno que renuncie a la subida de los impuestos, mientras que los socialistas han convocado hoy una reunión extraordinaria para tratar esta crisis nacional.
El movimiento de los "chalecos amarillos" hace referencia a las prendas fosforescentes que debe utilizar todo automovilista en Francia en caso de incidente en una carretera para tener mayor visibilidad.
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