
EFE | LA PATRIA | Jerusalén
La muerte de tres jóvenes palestinos durante una redada israelí en Cisjordania motivó ayer el primer parón del proceso de paz, apenas un mes después de su inicio, al cancelar los palestinos las reuniones previstas para horas más tarde.
La delegación palestina suspendió los dos encuentros que iba a mantener con la israelí en la noche en la ciudad cisjordana de Jericó y que hubieran conformado la cuarta ronda negociadora, señaló a Efe una fuente oficial palestina.
"La comunidad internacional está siendo contactada para coordinar una respuesta clara a los extremistas que en el Gobierno israelí intentan boicotear las negociaciones de paz", señaló la fuente bajo condición de anonimato.
La decisión no supone una suspensión total del proceso de paz, sino simplemente de las reuniones previstas para ayer, si bien los palestinos podrían romper definitivamente el diálogo, que tiene una duración prevista de nueve meses, si "no hay una reacción de condena clara de la comunidad internacional", indicó la fuente.
El motivo del enfado palestino es la muerte de Robin al Abed, de 34 años y personal de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Yunis Yahyuh (22) y Jihad Aslan (20).
Los tres perdieron la vida por fuego del Ejército israelí durante una redada en el campo de refugiados de Kalandia, al sudeste de Ramala, que también dejó 15 heridos.
Ataques
El Ejército israelí argumenta que agentes de la Policía de fronteras, que habían penetrado en Kalandia para detener a un "operativo terrorista", se encontraron con "cientos de palestinos" que les "atacaron violentamente con piedras y ladrillos".
Los agentes pidieron entonces refuerzos a soldados, inicialmente "destinados solo a asegurar la operación", que acudieron al lugar y "tuvieron que recurrir al uso de fuego en defensa propia".
Uno de los muertos, Al Abed, era miembro de la UNRWA y, "según informaciones creíbles, iba camino del trabajo y no estaba envuelto en actividad violenta alguna" cuando recibió "un disparo en el pecho" y murió "en el instante", indicó esa agencia de la ONU en un comunicado fechado en Jerusalén Este.
Para la dirigente palestina Hanan Ashraui, la incursión fue un caso de "uso excesivo e indiscriminado de la violencia y de munición real en zonas con densa población civil", que supone "una patente violación de la legislación internacional y humanitaria".
"Estos crímenes y los concursos para (nuevas construcciones en) los asentamientos son un mensaje claro de las verdaderas intenciones israelíes respecto al proceso de paz" y tendrán "repercusiones negativas", aseguró sin detallar el portavoz de la Presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina.
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