EFE|LA PATRIA|BRUSELAS
La Unión Europea trabaja a marchas forzadas en las conclusiones de la cumbre del jueves y el viernes próximos en las que instará a los países a terminar urgentemente la reestructuración del sector bancario, una tarea en curso en España, que ayer solicitó formalmente la ayuda europea para recapitalizar la banca.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, envió ayer al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker, la carta en la que solicita en nombre del Gobierno asistencia financiera para las entidades con necesidades de capital, tal y como le pidieron los socios de la eurozona el pasado jueves en Luxemburgo.
Juncker dio acuse de recibo de la carta, a la que seguirá una "respuesta formal a las autoridades españolas en su debido momento".
Técnicos de la Comisión Europea se desplazarán "muy pronto" a Madrid para hacer su propia evaluación de las necesidades de la banca y empezar a diseñar el memorando de entendimiento, dijo el portavoz económico de la CE, Amadeu Altafaj.
Ese texto incluirá los términos del préstamo de hasta 100 mil millones de euros que la eurozona está dispuesta a dar al Gobierno español para recapitalizar la banca y las condiciones a las entidades y al sector en su conjunto.
El vicepresidente económico y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha valorado la decisión del Gobierno español.
Además, instruyó a su equipo para que acelere su trabajo a fin de proporcionar una "clara evaluación del sector y de sus necesidades, así como una propuesta sobre la necesaria condicionalidad" en colaboración con técnicos del Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las condiciones se centrarán en los bancos que tengan que ser recapitalizados y el sector financiero español como conjunto, por ejemplo en materia de supervisión y regulación.
En paralelo se revisará de cerca y regularmente el cumplimiento de los compromisos de España con las reformas estructurales, la reducción del déficit y la consolidación fiscal a nivel nacional y regional.
En opinión de Rehn, la evaluación independiente de las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman, que estima que la banca española necesitará entre 51.000 y 62.000 millones de euros para afrontar hasta 2014 un hipotético escenario económico muy adverso, "es un buen punto de partida" para el trabajo de la Comisión.
"Confío en que podremos concluir un acuerdo sobre el memorando de entendimiento en cuestión de semanas, para que podamos proceder a la reestructuración" de la banca, indicó.
La idea es que los términos del acuerdo estén listos para que España y el Eurogrupo puedan aprobar el memorando el 9 de julio.
El dinero que preste Europa procederá del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que tiene un carácter temporal, o del permanente Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) si ha entrado en vigor -está previsto que empiece a funcionar a principios de julio- cuando se haga efectivo el memorando.
A diferencia del FEEF, el MEDE será un acreedor preferente, por lo que tendrá preferencia de pago frente a otros inversores.
El Gobierno español quería conseguir además una recapitalización directa de la banca, sin que el préstamo tenga que pasar por el Estado, pero actualmente esta posibilidad no está contemplada y Alemania se opuso, aunque ahora Berlín quizás tenga que ceder, a juzgar por la parte del borrador de la cumbre relativa a la eurozona citada por la revista alemana "Der Spiegel" y el "Financial Times".
Los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, han diseñado un plan que se apoya en los cuatro pilares necesarios para una fuerte unión económica y monetaria.
Lo más llamativo del borrador es el llamado a los líderes para que "exploren activamente" dotar al MEDE de más instrumentos de intervención, una frase que, según el "Financial Times", aludiría directamente a esta cuestión.
El borrador diseña una hoja de ruta hacia una unión bancaria con un supervisor bancario europeo, un sistema europeo de garantías de depósitos, un fondo europeo de resolución y reestructuración bancaria.
Allana el camino hacia una unión fiscal y política, que implicará una política presupuestaria más integrada y, por ende, la pérdida de parte de la soberanía en materia de finanzas públicas, para la introducción de eurobonos, así como la creación de un fondo de amortización de deuda, entre otros aspectos.
Una demanda de Alemania es crear duros controles centrales (europeos) sobre el gasto público e impuestos, como condición para abordar una posible mutualización de deuda y de riesgos.
En cuanto al supervisor bancario, queda por aclarar si se crea un nuevo regulador o si comparten la tarea el BCE y la EBA.
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