MARTÍ QUINTANA
EFE | LA PATRIA | TAPACHULA
La caravana de miles de hondureños que buscan llegar a Estados Unidos avanzó ayer por el suroriental estado mexicano de Chiapas en un brutal éxodo que se cobró al menos una vida y en el que los migrantes denunciaron violaciones a derechos humanos por el Gobierno mexicano.
Ni el calor abrasador, por encima de los 30 grados, ni la dura caminata de unos 40 kilómetros han aplacado los ánimos de los miles de migrantes centroamericanos, en su gran mayoría hondureños, que han puesto rumbo a la localidad de Huixtla, en Chiapas.
A ritmo ligero, familias enteras, muchos hombres, pero también madres solteras con hijos, han convertido el asfalto en un río de personas, una muchedumbre agotada, pero sin intenciones de desfallecer.
De acuerdo con el refugio para migrantes del municipio de Suchiate, fronterizo con Guatemala, se registraron 7 mil 125 personas de la caravana que entraron a territorio nacional, entre ellas, mil 500 mujeres y 2 mil 400 niños.
Los más afortunados eran subidos en camiones y furgonetas gratuitamente, un regalo para los hondureños que arrancaron el periplo el 13 de octubre convocados por el voz a voz o a través de las redes sociales.
No obstante, al menos un joven perdió la vida al caer de uno de estos vehículos. Y según reportan medios locales, seis migrantes habrían muerto al volcar un tráiler en el que viajaban también en Chiapas, sin formar parte de la caravana, ejemplificando los peligros que enfrentan en la travesía.
Algunos pedían limosna. Sin apenas nada en los bolsillos y escaso equipaje, viajan con lo puesto y agradecen la ayuda del pueblo mexicano, que les reparte agua, comida, medicamentos y ropa en un ejemplo de enorme solidaridad.
La valentía, la ilusión por una vida mejor, se contagia entre los participantes de la gran marcha.
Esta enorme caravana, que se suma a otras realizadas con anterioridad, ha puesto en jaque a varios países y amenaza con romper la frágil relación diplomática entre México y Estados Unidos desde el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca.
“Tristemente parece que la Policía mexicana y los militares son incapaces de parar la caravana que se dirige a la frontera sur de Estados Unidos. Criminales y desconocidos de Medio Oriente están mezclados”, alertó ayer Trump en Twitter.
Pese a los esfuerzos del Gobierno mexicano para detener el contingente, el río de personas no ha dejado de crecer y, de hecho, se habla que otra caravana podría ingresar al país, mientras que hay centenares de migrantes atrapados en el puente fronterizo entre Guatemala y México.
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