EFE|LA PATRIA|WASHINGTON
La Estación Espacial Internacional (EEI), construida durante dos décadas por 16 gobiernos a un costo de 100 mil millones de dólares, completó ayer el acoplamiento de Dragon, el primer vehículo de aprovisionamiento enviado por una empresa privada al puesto orbital.
"Estamos muy orgullosos de ser parte de este momento histórico", dijo en una teleconferencia de prensa Mike Suffredini, director de la misión EEI, en el Centro Espacial Johnson, en Houston (Texas, EE.UU.).
Elon Musk, el fundador y presidente de Space Exploration Technologies (SpaceX), la empresa privada que diseñó, fabricó, lanzó y opera la cápsula espacial Dragon, dijo, por su parte, que no tenía palabras para expresar sus emociones, en medio de las ovaciones de su personal, compuesto mayormente por jóvenes.
El contraste entre los jóvenes técnicos de Spacex, con pantalones cortos y sandalias, y los veteranos ingenieros de la NASA constituyó la mejor ilustración del cambio histórico que empieza a experimentar desde hoy la exploración espacial.
Desde sus comienzos, como parte de la Guerra Fría y la competencia científica y militar entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, la conquista espacial ha sido principalmente un esfuerzo y una inversión de recursos gubernamentales, aunque ha habido colaboración con el sector privado.
Esta primera misión de prueba de la cápsula de SpaceX era crucial para Estados Unidos, porque el año pasado la Agencia espacial estadounidense (NASA) puso fin a la era de sus transbordadores, que hicieron parte fundamental de la construcción, el abastecimiento y las rotaciones de tripulantes en la EEI.
Desde entonces el cambio de tripulaciones y el acarreo de suministros para los seis astronautas que habitualmente residen en la EEI había quedado en manos de Rusia.
La NASA otorgó a SpaceX un contrato por 1.600 millones de dólares para una docena de misiones de naves no tripuladas con la misión de reabastecer a la EEI.
El acoplamiento realizado ayer con total éxito completó una maniobra durante la cual la cápsula Dragon se aproximó lentamente a la EEI, viajando ambos a más de 27.700 kilómetros por hora y a unos 390 kilómetros de la Tierra, hasta que el brazo robótico de la estación sujetó al vehículo de SpaceX.
"Este contratista", resaltó Suffredini, "diseñó su propia nave espacial. Ellos la construyeron, la probaron, lanzaron y operaron la nave de una forma notable".
Detrás de SpaceX está el multimillonario Elon Musk, fundador, ejecutivo principal y diseñador jefe de la empresa.
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