EFE | LA PATRIA | SAN SALVADOR
El recrudecimiento de la violencia, que ha duplicado la cifra de los asesinatos en lo que va del 2016 en comparación con 2015, y una masacre de 11 trabajadores perpetrada por la pandilla Mara Salvatrucha (MS13) han entronizado al estado de sitio como la última balsa para el Gobierno de El Salvador en materia de seguridad.
No obstante, surge un aspecto que merece más atención: este tipo de medidas, de alguna forma, fueron aplicadas en el pasado reciente del país y no dieron los resultados esperados.
En junio del 2003, el fallecido expresidente Francisco Flores (1999-2004) lanzó el plan Mano Dura, que entre otras acciones, estipulaba la captura sistemática de pandilleros y el apoyo de la Fuerza Armada a la Policía en labores de vigilancia en las calles.
Durante la implementación de este plan fueron detenidos 19.275 supuestos pandilleros, algunos en varias ocasiones, de los cuales 16.191 fueron liberados casi de inmediato.
Estas medidas fueron la punta de lanza de la campaña política que le permitió al partido de Flores, la actual opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), gobernar un cuarto período.
Más de un año después de iniciado el plan, Elías Antonio Saca (2004-2009) lanzó su versión y lo denominó Súper Mano Dura; en este se repitió la formula de las detenciones y de la utilización de cerca de un millar de soldados en acciones de seguridad ciudadana.
Pese a la dureza con la que fueron tratados los pandilleros y a la presencia de los cuerpos de Seguridad en las zonas con mayor presencia de estos, diferentes sectores han señalado su fracaso.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyó en su informe Seguridad ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina que este tipo de políticas han fracasado, y generaron mayores niveles de violencia.
Basta con indagar los índices de homicidio en los períodos previos y posteriores a la ejecución de estos planes para ratificar lo expuesto por el PNUD.
Cuando Francisco Flores llegó al poder en 1999 la cifra de muertes violentas, según la Policía, fue de 2.340, el año en el que se lanzó la Mano Dura, cerró con 2.388, y el año cuando se va Flores y llega Saca al poder concluyó con 2.933 asesinatos.
De igual forma, en 2009, cuando Funes releva a Saca las muertes violentas escalaron hasta las 4.382, de acuerdo al Instituto de Medicina Legal (IML), es decir, el principal resultado de estos planes fue un incremento de los homicidios superior al 85% en 10 años.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015