EFE| LA PATRIA
El Gobierno sudafricano admitió ayer que "se cometió un error" con el intérprete de lenguaje de signos que tradujo las intervenciones en el oficio religioso en memoria de Nelson Mandela el pasado martes. La viceministra sudafricana de Mujeres, Niños y Discapacitados, Hendrietta Bogopane-Zulu, lo reconoció en declaraciones a la televisión pública sudafricana SABC, al ser preguntada por las críticas de la Federación de Sordos, que tildó al intérprete de falso.
Bogopane-Zulu dijo que el Ejecutivo está tratando de averiguar por qué fue acreditado por los servicios de seguridad del funeral de Estado e indicó que la compañía que le contrató "se ha desvanecido en el aire. Por razones de seguridad, él debería de haber sido vetado y tenía acreditación".
La responsable gubernamental puntualizó, no obstante, que el intérprete fue a una escuela para aprender lenguaje de signos, aunque no es un intérprete profesional. "Perdió la concentración. (...) El inglés fue demasiado para él", afirmó Bogopane-Zulu.
El lenguaje materno del intérprete era el xhosa, uno de los cerca de cien dialectos que se hablan en Sudáfrica y el propio de la tribu de Mandela. "Se sintió abrumado. ¿Cometió un error?, sí", admitió la viceministra, antes de incidir en que su país trata "de mejorar cada día".
"No creo que, como país, tengamos que decir que deberíamos estar avergonzados", señaló, al explicar que, según las normas, dos intérpretes deben turnarse cada 20 minutos para mantener la concentración.
"No queremos que nadie le ataque", pidió la viceministra, quien agregó que "la gente corriente está empezando a darse cuenta de lo que pasan los sordos cada día".
En declaraciones que publicó ayer el diario local The Star, el intérprete, Thamsanqa Jantjie, de 34 años, dijo que sufrió un episodio esquizofrénico durante el oficio religioso. Jantjie aseguró que empezó a escuchar voces en su mente y a tener alucinaciones, lo que le hizo perder la concentración el pasado martes en el estrado del estadio FNB de Johannesburgo, abarrotado por miles de personas.
Sigue expuesto
La escalinata que desciende del palacio gubernamental de Pretoria, donde está instalada la capilla ardiente de Nelson Mandela, se convirtió ayer en un reguero de lágrimas que diluye la alegría de los días precedentes, en los que primó el festejo por el legado del expresidente de Sudáfrica. La visión de su cuerpo embalsamado deshace momentáneamente el encanto y ayuda a comprender a muchos de sus conciudadanos la realidad de lo sucedido: que el "Tata (Padre)" de su libertad ha muerto. Las escenas de dolor se suceden en el patio del Union Buildings, donde el cuerpo de Mandela yace bajo un enorme arco blanco custodiado por la guardia de honor. La sepultura será el próximo domingo en la aldea de Qunu (oriente de Sudáfrica), donde Mandela pasó su infancia y pidió descansar para siempre.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015