LUCÍA LEAL
EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció ayer nuevas sanciones diseñadas para estrangular todavía más al sector turístico de Cuba, en su campaña para conquistar a los votantes de origen cubano en el estado clave de Florida.
A menos de seis semanas para las elecciones del 3 de noviembre, en las que busca un segundo mandato, Trump prohibió que los estadounidenses se alojen en cualquier hotel de Cuba, que compren allí tabaco o alcohol para traer de vuelta a EE.UU. o que viajen a la isla para asistir a conferencias profesionales.
Eso afecta a prácticamente todos los hoteles de la isla, vinculados de una u otra forma al Ejecutivo de La Habana, y supone un paso más en las restricciones del Gobierno de Trump, que hasta ahora prohibía el alojamiento en aquellas instalaciones turísticas controladas por las Fuerzas Armadas de Cuba.
Para implementar la nueva sanción, el Departamento de Estado creó una nueva Lista de Alojamientos Prohibidos, que en su edición inicial afecta a 433 hoteles de la isla.
Entre ellos se encuentra el hotel Tryp Habana Libre, de la cadena española Meliá, de los pocos grandes hoteles que habían quedado exentos de las anteriores sanciones por no estar vinculado al conglomerado militar Gaesa, además de otros operados por Iberostar, Globalia, NH y otras compañías europeas.
Carrie Filipetti, responsable en el Departamento de Estado de EE.UU. de la política hacia Cuba y Venezuela, reconoció ayer que no había informado con antelación a España u a otros países europeos "de este cambio en particular".
El objetivo de las nuevas sanciones, explicó la funcionaria, es animar a los estadounidenses a quedarse en "casas particulares", viviendas en donde los cubanos alquilan una habitación o una parte de la casa a los visitantes, a través de plataformas como Airbnb.
Sin embargo, la nueva lista incluye también a numerosas "casas particulares", porque el Departamento de Estado ha determinado que no eran realmente "independientes" del Gobierno, indicó Filipetti.
Prohibiciones
Las nuevas sanciones prohíben que los estadounidenses que visiten Cuba regresen con "productos de alcohol o tabaco de origen cubano", lo que acaba con la autorización que impuso el expresidente Barack Obama de traer a EE.UU. hasta 100 dólares en esos productos (habitualmente ron y puros habanos) para consumo personal.
Además, el Departamento del Tesoro amplió las restricciones de viaje a Cuba, donde el turismo de los estadounidenses ya está prohibido, al eliminar la posibilidad de que sus ciudadanos asistan u organicen conferencias profesionales en Cuba, algo que a partir de ahora solo se permitirá en casos excepcionales, bajo petición.
Tampoco se podrá viajar a Cuba para participar en "actuaciones públicas, clínicas, talleres, otras competiciones atléticas o no atléticas, y exposiciones", precisó el Departamento del Tesoro.
Gesto de campaña
Las medidas de Trump para dar marcha atrás al "deshielo" promovido por Obama han golpeado duramente la economía de Cuba, que atraviesa serios apuros económicos, con una creciente escasez de alimentos y productos básicos que se ha reforzado con la pandemia.
A medida que se acercan las elecciones del 3 de noviembre, en las que busca un segundo mandato y quiere retener el favor de los estadounidenses de origen cubano en el estado clave de Florida, Trump ha endurecido su discurso hacia La Habana.
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