El informático vaticano Claudio Sciarpelletti, de 48 años, fue condenado ayer a dos meses de cárcel por el delito de encubrimiento de Paolo Grabiele, exmayordomo del papa, en el robo y difusión de documentos de Benedicto XVI, aunque la pena quedó en suspenso.
"En nombre de su santidad Benedicto XVI, gloriosamente reinante, e invocando a la Santísima Trinidad..." fue la fórmula con la que el presidente del Tribunal, Giuseppe Dalla Torre, comenzó a leer la sentencia tras una hora de deliberaciones.
Dalla Torre señaló que Sciarpelletti fue condenado a cuatro meses de cárcel, pero que la pena fue reducida a dos, vistos los atenuantes, y que el cumplimiento de la misma quedaba suspendido durante cinco años.
El informático tendrá, además, que asumir el pago de las costas del juicio.
Por este caso, conocido como "Vatileaks", Paolo Gabriele, de 46 años, fue condenado el pasado 6 de octubre a 18 meses de cárcel, que cumple desde el 25 de octubre en una celda del Vaticano.
Dalla Torre precisó, al leer el breve texto que, Sciarpelletti ha sido condenado por haber sido considerado culpable de haber obstaculizado las investigaciones.
La reducción de cuatro meses a dos se debió a que se le aplicó una ley aprobada por el papa Pablo VI en 1969 que contempla atenuantes, en este caso los servicios prestados en el Vaticano y la falta de antecedentes penales.
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