
EFE | LA PATRIA | NACIONES UNIDAS
Bolivia alcanzó la meta propuesta: retornar a la Convención Antidrogas de la ONU de 1961 con la excepción que había solicitado de permitir el tradicional mascado de hojas de coca, una vez que sólo 15 países se opusieron a esta iniciativa.
La cifra quedó muy lejos de los 62 estados parte de la Convención, requeridos para bloquear la solicitud de Bolivia, por lo que la reserva que había solicitado la aceptó la ONU el pasado jueves en la noche, cuando concluyó el plazo para presentar objeciones. Los últimos dos países en sumarse fueron México y Japón.
Los países que manifestaron formalmente su objeción fueron Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Suecia, Finlandia, Portugal, Israel e Irlanda, pero la ONU aceptó el depósito del instrumento de acceso de Bolivia junto con la reserva sobre el mascado, que entrará en efecto el próximo 10 de febrero, añadió una fuente de Naciones Unidas.
Estaban seguros
Bolivia anunció a mediados de 2011 su retirada la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 y la hizo efectiva en enero del 2012 debido a que su artículo 49 veta el mascado de coca, llamado "acullicu" o "pijcheo", con el argumento de que esa planta contiene los alcaloides base para fabricar la cocaína.
Pero Bolivia solicitó reincorporarse a la Convención antidroga con esa salvedad sobre el "acullicu", una práctica arraigada entre sus sectores sociales, campesinos e indígenas y defendida en la Constitución nacional promulgada en 2009.
El presidente boliviano, Evo Morales, envió en diciembre de 2011 una carta a Naciones Unidas en la que se solicitaba el reingreso con esa condición.
La ONU instauró un plazo de 12 meses a partir del 10 de enero de 2012 para que los países miembros de la Convención expresaran su objeción a esa petición, que hubiera sido rechazada si un tercio de los estados miembros se hubieran opuesto.
Durante este último año la misión de Bolivia ante la ONU trabajó intensamente con los demás miembros de la Convención con el objetivo de asegurar una conclusión positiva.
El resultado del proceso, que se iba conociendo poco a poco, ya que cada objeción era divulgada por el sistema de Naciones Unidas, se daba casi por seguro a favor de la petición boliviana ante el débil número de notificaciones que se iban presentando según transcurría el año.
No es una droga
Sindicatos cocaleros y organizaciones sociales preparan para los próximos días en las principales ciudades de Bolivia jornadas populares de masticado de coca, con las que celebrarán el triunfo en defensa de esta tradición.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, y su ministro de Exteriores, David Choquehuanca, ambos de etnia aimara, han sido los principales abanderados de la defensa del "acullicu" ante diferentes países y foros internacionales.
El Ejecutivo boliviano y el sector cocalero argumentan que la hoja de coca en estado natural no es una droga y que son los narcotraficantes quienes la transforman en cocaína con la adición de sustancias químicas.
La Constitución promulgada por Morales en 2009 señala además que "el Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social".
Para el dirigente de la Confederación de Productores de Coca en La Paz, Ramiro Choque, tras el triunfo para defender el "acullicu", el próximo paso es lograr que los derivados industriales de la planta puedan ser exportados.
Las experiencias de industrialización de la hoja de coca no han sido hasta ahora exitosas, aunque hay diversos productos con esta planta como principal ingrediente, como infusiones, refrescos energéticos, caramelos, harinas, dentífricos e incluso ungüentos.
Los campesinos han planteado varias veces a Morales expandir los cultivos legales de la planta, que están limitados a 12 mil hectáreas, si bien en el país existen unas 27 mil. El último informe de la ONU estableció que en 2011 había en Bolivia 27 mil 200 hectáreas de cultivos de mata de coca, un 12 % menos que las 31 mil de 2010.
El dato
En la lucha contra el narcotráfico de Bolivia, a lo largo del 2012 se confiscaron 36 toneladas de cocaína y 407 de marihuana.
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