Juan Lara
EFE|LA PATRIA|LA HABANA
El papa Benedicto XVI dijo ayer en La Habana que "Cuba y el mundo necesitan cambios" y exigió mayor libertad religiosa en el país caribeño para que la Iglesia Católica amplíe su labor social, incluido el ámbito de la educación.
Ante cientos de miles de personas reunidas en la plaza de la Revolución de La Habana, lugar de los grandes acontecimientos relacionados con la revolución comunista cubana, el pontífice ofició una misa en la que reivindicó la dignidad inviolable del ser humano, advirtió contra el escepticismo y el relativismo y puso en guardia contra esas personas que no se comprometen con la sociedad.
Una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, presidió la misa, a la que asistió el presidente cubano, Raúl Castro, vestido con una guayabera blanca, quien ocupó la primera fila.
"Cuba y el mundo necesitan cambios, pero estos sólo se darán si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad", afirmó el papa con rotundidad.
Esas palabras recordaron las pronunciadas hace 14 años por Juan Pablo II en 1998 cuando visitó la isla y dijo esa ya famosa frase: "Que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba".
Respecto a la necesidad de cambiar, pidió a los cubanos que luchen por una sociedad "abierta y renovada" y les exhortó a la reconciliación, a la vez que se mostró convencido de que Cuba "mira ya al futuro".
En ese mismo discurso condenó con firmeza el capitalismo salvaje, "que deja al hombre -dijo- desprotegido frente a ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias".
"No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que causa la dolorosa situación que tantos experimentan. El progreso verdadero tiene necesidad de una ética que ponga en el centro al ser humano y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas", aseguró el papa.
Benedicto XVI reclamó también mayor libertad religiosa en Cuba para que la Iglesia ejerza su labor plenamente.
"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana", agregó.
La libertad
El pontífice señaló que el derecho a la libertad religiosa, tanto en su dimensión individual como comunitaria, manifiesta la unidad del ser humano, que es ciudadano y creyente a la vez, y añadió que es también legítimo que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad.
Joseph Ratzinger aseguró que cuando la Iglesia pone de relieve el derecho a la libertad religiosa "no está reclamando privilegio alguno", sino que pretende ser "sólo fiel al mandato de Cristo, sabedora de que donde Cristo se hace presente el hombre crece en humanidad y encuentra su consistencia".
Benedicto XVI recordó la labor de la Iglesia para difundir el testimonio de Cristo en los ámbitos escolares y universitarios.
"Es de esperar que pronto llegue aquí también el momento de que la Iglesia pueda llevar a los campos del saber los beneficios de su misión". La Iglesia cubana aspira a recuperar espacio en el campo de la enseñanza.
El texto del evangelio de ayer correspondió al de Juan en el que Cristo dice "la verdad os hará libres" y Benedicto XVI afirmó que Cristo es el "único" que puede mostrar la verdad y dar la genuina libertad.
"Su enseñanza provoca resistencia e inquietud entre sus interlocutores", subrayó, a la vez que agregó que la verdad es un anhelo del ser humano y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad.
Aseguró que, sin embargo, "muchos prefieren los atajos e intentan eludir esta tarea" y que esa actitud, "como en el caso del escepticismo y el relativismo, produce un cambio en el corazón, haciéndolos fríos, vacilantes, distantes de los demás y encerrados en sí mismos".
El papa advirtió que hay muchos que interpretan mal esa búsqueda de la verdad, "llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en su verdad e intentando imponerla a los demás".
El obispo de Roma invitó a los cubanos a "no vacilar y a seguir a Jesucristo, señalando que ayuda a derrotar "los egoísmos, las ambiciones y la opresión".
La misa se celebró en una mañana soleada y en la que una ligera brisa aplacó el calor. El altar fue puesto a los pies del monumento al héroe de la independencia cubana, José Martí, y frente a la efigie a tamaño gigante de Ernesto Che Guevara colocada en la pared de uno de los edificios oficiales del lugar.
Benedicto XVI regresa a media tarde de hoy a Roma, dando por concluida su gira por Latinoamérica, que le llevó también a México.
El papa Benedicto XVI se reunió ayer en La Habana con Fidel Castro, quien en un ambiente de cordialidad le hizo numerosas preguntas, entre ellas: "¿qué es lo que hace un papa, cuál es su misión?".
14 años después de que el líder de la Revolución cubana se entrevistase con Juan Pablo II durante la visita que realizó a la isla, Fidel Castro estrechó la mano de otro papa, Benedicto XVI, de quien ya dijo "tiene la cara de un ángel".
El encuentro entre el papa Ratzinger y Castro se produjo en la Nunciatura Apostólica (embajada de la Santa Sede) tras la misa que ofició el Pontífice en la plaza de la Revolución, informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El coloquio se desarrolló en un ambiente cordial y el papa y Castro charlaron muy animadamente durante 30 minutos, señaló Lombardi, que precisó que el comandante tenía mucho interés en conocer el pensamiento de Ratzinger sobre diferentes aspectos y le hizo numerosas preguntas.
Así, la primera fue sobre el cambio de la liturgia de la Iglesia Católica y el papa le explicó a Castro la puesta al día de la misma para afrontar los nuevos tiempos de evangelización.
También le preguntó "¿Qué hace un papa?, ¿cuál es su función?. Benedicto XVI le expresó el sentido de sus viajes por el mundo para confirmar en la fe a los cristianos, así como el servicio de la iglesia a los pueblos.
Fidel Castro se interesó por la opinión de Ratzinger sobre las dificultades que afronta el mundo actualmente, la multiplicidad de religiones o la problemática de la ciencia que no logra dar respuesta a todos los problemas de la humanidad.
El papa habló de la dificultad que encuentran los hombres en las sociedades en las que Dios está ausente, así como de la relación entre fe y razón y de libertad y responsabilidad.
En su encuentro, Fidel Castro pidió al papa que le envíe algunos libros sobre esos temas que tanto le interesan.
El expresidente cubano fue recibido en la Nunciatura por el cardenal secretario del Estado vaticano, Tarcisio Bertone, con quien ya se ha visto en otras ocasiones.
Mientras llegaba el papa, Castro dijo a Bertone que "había dos cosas que deseaba ardientemente", las beatificaciones de Juan Pablo II (1 de mayo de 2011) y madre Teresa de Calcuta (19 de octubre de 2003), "porque ambos hicieron muchos por Cuba, especialmente la monja que entregó su vida por los más pobres de los pobres.
El papa dijo a Castro que estaba muy contento por cómo es recibido en Cuba y expresó su "gratitud" por la acogida.
Fidel Castro contó a Benedicto XVI que había seguido por televisión todo el viaje del Pontífice a la isla caribeña.
En un momento del coloquio se produjo una broma que demostró, según Lombardi, la cordialidad de la cita.
Fue cuando Castro bromeo sobre las edades de ambos. El papa tiene casi 85 años y él es un año mayor.
El papa, sonriendo, le dijo: "sí, soy un anciano, pero todavía sigo haciendo mi deber".
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