Manuel Fuentes
EFE | LA PATRIA | Santiago de Chile
Una elevada abstención, que rozó el 60%, y el fracaso de la derecha, que obliga a una recomposición en las filas conservadoras, marcaron el triunfo de Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Chile. Bachelet se convirtió en la primera mujer que es reelegida presidenta de Chile, tras vencer en la segunda vuelta de los comicios a la candidata de la derecha, Evelyn Matthei.
La aspirante de la Nueva Mayoría obtuvo el 62%, frente al 38% de la representante de la Alianza por Chile. Una amplia coalición política, que abarca desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista, asume el protagonismo político con el retorno de Bachelet a La Moneda cuatro años después de haber entregado el poder a Sebastián Piñera, el primer presidente democrático de la derecha en 50 años.
Retos
La presidenta electa tiene ante sí el difícil reto de conducir un país en el que se empiezan a notar los efectos de la desaceleración económica y para el que ha prometido profundas transformaciones políticas y sociales. Además, su triunfo se produce en un contexto de creciente desafección por la política por parte de la sociedad chilena, como pone de manifiesto el hecho de que este domingo 6 de cada 10 electores prefirieron quedarse en casa.
Representantes de todos los sectores políticos, incluido el propio mandatario chileno, coincidieron en señalar que la baja participación supone una severa advertencia, tanto para el Gobierno como para la oposición. Aunque la derecha no ha llegado a deslegitimar el triunfo de Bachelet por la baja participación, algunos de sus portavoces han señalado que la abstención le resta representatividad.
Según el planteamiento de los más conservadores, la presidenta electa debería refrenar el impulso renovador con el que concurrió a estos comicios, toda vez que la mayoría de los chilenos no votó por ella.
Pero este argumento lo refutan quienes recuerdan que hace cuatro años, cuando en Chile el sufragio era obligatorio, Sebastián Piñera ganó con 3 millones 599 mil votos, apenas 100 mil más que los obtenidos por Bachelet en estos comicios presidenciales, los primeros con voto voluntario.
Además, tampoco es previsible que la Nueva Mayoría desaproveche la oportunidad histórica de sacar adelante reformas de gran calado, como la tributaria, el cambio hacia una educación pública gratuita y de calidad e, incluso, una nueva Constitución.
Y ello porque tras las elecciones parlamentarias del pasado 17 de noviembre cuenta con una amplia representación en ambas cámaras que le permite superar el bloqueo político impuesto por la derecha durante más de dos décadas a causa del sistema binominal.
"Con hipo"
La derrota de Evelyn Matthei abre además una vía de agua en la derecha chilena, a pesar de que la candidata asumió íntegramente la responsabilidad por los adversos resultados electorales cosechados este domingo. "Hicimos unas primarias que no sirvieron para nada, gastamos plata que no teníamos y hemos dormido poco", resumió con una mezcla de ironía y pesar el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, quien definió la ruta electoral de Evelyn Matthei como "una campaña con hipo".
Larraín se refería así a que la derecha fue desechando sucesivamente candidatos, tras la caída en desgracia del exministro de Obras Públicas Laurence Golborne, la derrota en las primarias del extitular de Defensa Andrés Allamand y la baja por depresión del exresponsable de Economía Pablo Longueira.
Y además por el papel desempeñado a lo largo de la campaña electoral por el presidente Sebastián Piñera, a quien muchos acusan de haber prestado un tibio apoyo e, incluso, haber torpedeado la candidatura de Evelyn Matthei.
En previsión de las críticas que se le vendrían encima, Piñera, quien mantiene la incógnita sobre una eventual postulación presidencial en 2017, habló días atrás de que había quienes en la derecha estaban preparando la "noche de los cuchillos largos", para pasar factura por los errores cometidos.
Pero más allá de las equivocaciones en las filas conservadoras, los analistas coinciden en que el secreto del triunfo de Bachelet es la sintonía con una sociedad que ha ido cambiando en los últimos años y se ha hecho más exigente y el compromiso de iniciar un nuevo ciclo político aprovechando una oportunidad que no dudan de calificar de histórica.
El titular y la electa
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se reunió ayer con Michelle Bachelet para iniciar los primeros contactos para el traspaso del poder en marzo próximo. El mandatario, acompañado de su esposa y una hija, visitó a Bachelet en su casa, donde estuvo cerca de una hora, y le regaló varios libros editados por el Gobierno bajo su gestión. El encuentro marcó el inicio de una serie de reuniones que sostendrán durante las próximas semanas para coordinar el traspaso de mando. Otro tema que ocupará la agenda entre Piñera y Bachelet es el fallo del juicio sobre los límites marítimos entre Chile y Perú ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que se conocerá el 27 de enero. Ninguno dio declaraciones.
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