IPS | LA PATRIA
Naciones Unidas
La concentración de poder, la violencia, y las políticas de protección social ineficientes han puesto a América Latina y el Caribe en una trampa de alta desigualdad y bajo crecimiento económico, resumió el informe regional sobre desarrollo humano divulgado el 22 de junio por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La región “está atrapada en un círculo vicioso exacerbado por la pandemia covid-19, que produce avances muy desiguales y bajo crecimiento” y también “ha aumentado enormemente la brecha entre riqueza y pobreza extremas”, indicó el estudio.
Además, sus indicadores sociales están por debajo de lo que deberían, tomando en cuenta que se trata de una región de renta media, de acuerdo con el documento “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”.
Carencias alimentarias
El informe también “destaca un punto que puede servir para liberarse del bajo crecimiento y alta desigualdad: la implementación de sistemas universales de protección social redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento”, dijo el director regional del PNUD, Luis Felipe López Calva.
Menciona datos como que mientras 105 multimillonarios de América Latina y el Caribe tienen un patrimonio neto combinado de 446.900 millones de dólares, 2 de cada 10 personas en la región aún tienen carencias alimentarias.
Los ingresos de las 50 empresas más grandes representaron desde 20% (Argentina) hasta 70% (Chile) del producto interno bruto. Los grupos empresariales diversificados controlados por familias representan entre 39 y 73% de los PIB nacionales.
Con respecto a la concentración de poder en manos de unos pocos que defienden sus intereses privados, el texto señala que con su influencia política estos individuos o grupos hacen mal uso del poder que detentan, distorsionando así las políticas públicas y debilitando las instituciones.
Cita como ejemplo el papel de las élites económicas en el bloqueo a reformas fiscales que promoverían una redistribución más equitativa. En ese renglón, el PNUD aboga por medidas que regulen en cabildeo y el financiamiento de las campañas políticas.
La pobreza multidimensional (que considera varios factores y condiciones de vida y especialmente de la mujer) retrocedió en la región en la década previa a la covid, pero desde 2020 “de acuerdo con las proyecciones, la pandemia ha anulado gran parte de ese progreso”.
La protección social
En cuanto a los sistemas de protección social, el PNUD los considera frágiles y destaca la capacidad limitada de respuesta que tuvieron durante la pandemia. Los gobiernos han creado sistemas paralelos de menor calidad para cubrir a las personas que quedan excluidas, “que en la región son la mayoría”.
Los mercados de trabajo de la región están segmentados y tienen sistemas de protección social que reproducen desigualdades e incentivan la organización de la producción en negocios muy pequeños y poco productivos.
Por ejemplo, el porcentaje de la fuerza de trabajo excluida de la seguridad social contributiva está entre 35 y 46% en países como Chile, Brasil y Argentina, pero alcanza a entre 72 y 82% en Ecuador, Perú y Honduras.
Se sugiere entonces repensar la protección social para lograr la cobertura universal. En síntesis, según el PNUD, para salir de la trampa que frena el avance de los países de la región se deben buscar soluciones que impulsen un crecimiento ambientalmente sostenible y que propicien la inclusión y la movilidad social.
Esas soluciones deben incluir el objetivo de erradicar la violencia en todas sus formas y rediseñar los contratos sociales para garantizar, entre otras cosas, oportunidades en el mercado laboral y protección social.
Sigue la violencia
El informe recuerda que la región es la más violenta del mundo y destaca la formación de un ciclo cerrado en el que la violencia y la discriminación de género es causa y consecuencia de la desigualdad y viceversa.
Además, limita el crecimiento al golpear el capital humano, la productividad y la inversión, a la vez que obliga a aumentar el presupuesto para la seguridad. Los costos directos e indirectos del crimen en la región se calculan en 3% del PIB en el país promedio y en más de 6% en los países más violentos de América Central.
El PNUD recomienda entonces fortalecer los sistemas de justicia local y la expansión de la atención en salud mental para las víctimas de violencia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015