EFE | LAPATRIA | Tegucigalpa
"Honduras le hará el trabajo sucio a los Estados Unidos tras firmar un acuerdo migratorio de asilo, pacto que genera varios problemas económicos y de seguridad para el país centroamericano ante su debilitada economía".
Así lo consideraron varios expertos, como el analista hondureño Raúl Pineda, quien dijo que el Gobierno de Honduras no podía negarse a la petición de Estados Unidos de colaborar a atajar la migración irregular desde Centroamérica, al igual que Guatemala y El Salvador.
El documento se firmó el miércoles por el secretario de Seguridad Nacional en funciones de EE.UU., Kevin McAleenan, y el canciller de Honduras, Lisandro Rosales, en un acto al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York.
El territorio hondureño es utilizado como país de tránsito por migrantes indocumentados, en su mayoría suramericanos y africanos, que intentan llegar a Estados Unidos.
Los migrantes que lleguen a Honduras se enfrentarán con una valla de contención que buscará limitar su capacidad de avanzar hacia suelo estadounidense en busca de una mejor vida bajo una solicitud de refugio, señaló.
Las dudas
Uno de los temas de debate es quién va asignar los recursos para garantizar los derechos básicos, como la alimentación, la educación, la vivienda o un trabajo, de los miles de migrantes.
En opinión de Pineda, el asilo no es la mejor figura que se puede conceder a los migrantes económicos y considera que Honduras, donde la pobreza afecta a cerca del 60 % de su población, se precipitó al no imponer condiciones sobre la concesión de recursos para atender a esas personas.
"Países pequeños están resolviendo el problema migratorio de Estados Unidos", enfatizó el analista, que tildó de "imposición" el acuerdo migratorio.
Estados Unidos ya ha firmado pactos con El Salvador, Guatemala y Honduras para limitar la concesión de asilo a los indocumentados con los tres países que forman el Triángulo Norte de Centroamérica, de donde proceden la mayoría de los inmigrantes que llegan a su frontera.
Pese al acuerdo, del que no ha trascendido detalles, Pineda cree que la migración hacia EE.UU. continuará, pero los migrantes tendrán que pagar mucho más a los traficantes de personas, conocidos como coyotes.
Otro analista hondureño, Graco Pérez, coincidió con Pineda en señalar que el acuerdo es una imposición de EE.UU. a Honduras y el reflejo de que su país no tiene una política migratoria clara.
El acuerdo evidencia además que el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) "no ha funcionado" porque El Salvador, Guatemala y Honduras negociaron con Estados Unidos de forma independiente y no de manera conjunta, dijo Pérez a EFE.
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