LA PATRIA | MANIZALES
Gloria Inés Urueña busca a su hijo, José Andrés López, desaparecido el 9 de febrero del 2001, en el barrio Las Ferias, de La Dorada, a la edad de 17 años.
Ella estuvo esta semana en el cementerio del puerto caldense, durante la visita de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), que inició su trabajo el pasado jueves y culminó ayer.
La idea era recuperar cuerpos que podrían corresponder a personas que fueron desaparecidas durante el conflicto armado.
La intervención hizo parte del Plan Regional de Búsqueda de la UBPD en el Magdalena Caldense y, a su vez, del trabajo articulado y complementario con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“Una se llena de fe y de esperanza de que en medio de que ellos van buscando podremos obtener respuestas. Que no sea mi hijo, pero de pronto otro de los que desaparecieron, o alguien que no era de La Dorada y terminó en este cementerio, pues por el río bajaba mucha gente. Es bonito guardar esa luz”, anotó Urueña.
La JEP emitió el Auto 3 del 2021, dentro del trámite de medidas cautelares solicitadas por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).
Luz Marina Monzón, directora de la UBPD, explicó que su equipo adelantó un abordaje forense en el cementerio del puerto caldense.
“Con base en la investigación humanitaria realizada, a partir de la información y participación de las organizaciones de la región como Fundecos, Equitas, Cedat y la información recaudada dentro de las medidas cautelares, se sabía que unos 20 cuerpos no identificados están en bolsas y cajas. Una vez los cuerpos son recuperados y analizados preliminarmente por el equipo forense, serán entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde se procurará agilizar la identificación y entrega a sus familias”, explicó la directora. Todas estas jornadas arrancaron el año pasado en Samaná.
De acuerdo con datos de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, en el cementerio de La Dorada existen 49 sitios de interés forense en donde hay cuerpos no identificados que se encuentran en un nivel alto de riesgo. Entre ellos se incluye la celda de custodia que interviene la Unidad de Búsqueda.
La celda de custodia es un lugar de tránsito entre el primer sitio de inhumación de un cuerpo no identificado (bóveda o fosa) y un sitio de destino final, que se llama el osario común.
“Debemos valorar esos cuerpos, pues no todos son de competencia para la Unidad, por ejemplo una persona adulta mayor que falleció, nadie sabía quién era, pero no murió en el conflicto armado, no es de nuestro resorte. Revisamos las lesiones y características de cada cadáver, pero buscamos aspectos que puedan sugerir una muerte violenta. Si pasan esos criterios, los tomamos bajo custodia y se mandan para Medicina Legal Ibagué para necropsia. Esperamos encontrar familias”, anotó un vocero de la Unidad.
Se determinó que los cuerpos no identificados que permanecen en el cementerio de La Dorada han sido cambiados de lugar en múltiples ocasiones, así como exhumados sin orden judicial y rotulados con distintos nombres por la comunidad.
“Quiero citar una frase que pronunció una víctima hace unos días y que sintetiza el trabajo humanitario que realiza la UBPD: ‘Nosotros no estamos buscando solo cuerpos; estamos buscando vidas’”, contó Monzón.
En el puerto se han registrado, hasta el momento, al menos 537 víctimas de desaparición en el conflicto armado, según datos entregados a la UBPD por el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica.
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